Santa Marta es un destino para descansar de la rutina y celebrar lo lindo de la vida. Es por eso que en sus calles proliferan distintos lugares dispuestos a brindar una experiencia a visitantes y locales, imposible de olvidar.
Y es que más allá de las hermosas playas que yacen en la ciudad, como Playa Blanca o Pozos Colorados, con la noche emerge una hojarasca con amplia oferta para el entretenimiento, que vive en pleno corazón del centro histórico, uno de los lugares preferidos de los viajeros para hospedarse en la “Perla de América”.
Infobae Colombia recorrió las calles del sector que conserva joyas arquitectónicas que datan de épocas coloniales, y encontró cinco bares imperdibles para tomar un buen cóctel y bailar, en una ciudad que es puerta de paraísos llenos de biodiversidad como el Parque Nacional Natural Tayrona y la Sierra Nevada de Santa Marta:
Charlie’s Bar
Calle 19 # 4-12
Se trata de un bar con un concepto europeo en donde se encuentran en su mayoría extranjeros, pero al que también acuden los samarios atraídos de su amplia oferta en coctelería de autor, que se crea con frutos y productos de la zona.
Según cuenta su bartender, Carlos Ferrer, les gusta trabajar con productores y productos locales, como torombolo, maracuyá, mango o tamarindo y en los que también se cuela el café de la Sierra Nevada de Santa Marta. Esta amalgama de sabores y saberes se ve reflejada en su cultura especializada en coctelería, de la que también se desprende una academia para futuros mixólogos.
Los viajeros podrán encontrarse con un lugar ameno para conocer gente o hablar entre amigos, al ritmo de sonidos del Caribe que se mezclan con los electrónicos y crossover, pero donde también tiene cabida la música en vivo de artistas locales.
Allí, probamos el cóctel Himmel Grün o Cielo Verde (en español) de la autoría de Ferrer y hecho a base de kiwi, hierba buena, gotas amargas, zumo de limón, un sirope de óleo y vodka; una fantástica mezcla de sabores que le dan frescura a la bebida, a la que se le suma un buen toping de Jägermeister que resalta muy bien las sensaciones en el paladar.
El Watusi Poderoso
Calle 19 # 3-56
Para tomar un buen cóctel y en el transcurso de los tragos “azotar baldosa” se creó El Watusi Poderoso, un bar que nació hace casi cuatro años con la idea de ofrecer un espacio dedicado a los ritmos salseros, ya que según indica Iván Daza, su propietario, en aquel entonces en la ciudad no existía un lugar con este enfoque musical.
Hoy en día, y en la búsqueda de ofrecer otros ritmos populares entre los viajeros como el reguetón, mantienen un concepto en el que trataron de convertirse en “una discoteca-bar retro, es decir, que mantuviera la ideología de la música que para nosotros era muy bien hecha, de los 80, 90, tropical, pero entonces empezamos a meter merengue, reguetón clásico y salsa”, explica Daza.
En cuanto a la oferta coctelera, si bien tiene una propuesta de autor, también mantiene los clásicos y en definitiva sorprende. Así lo probamos con La Mangonada, un cóctel inspirado en el clásico Margarita, preparado a base de tequila, triple sec, limón, mango y michelada con chamoy (condimento mexicano que preparan allí mismo). Una experiencia refrescante, poderosa y sobre todo muy sabrosa, que además viene acompañada con un pitillo o sorbete adornado con tamarindo, altamente apetecido por los clientes del lugar.
Crabs Bar
Calle 18 # 3-69
Se trata de un bar para escuchar buen rock y tomar cócteles muy rockeros. Nació en Bogotá en 1999 con la idea de crear un lugar de culto para melómanos y en el que incluso se llegaron a realizar las finales del festival Rock al Parque. Diez años después se trasladó al calor samario, donde hoy se mantiene como uno de los epicentros más agradables para encontrarse con amigos.
“Es una puerta multifacética y multicultural, porque no solamente el rolo viene sino todos los extranjeros y la gente que quiere compartir la música y vivir la experiencia”, manifestó Oscar Zuluaga, el Cangrejo, cofundador del lugar.
Allí nos encontramos el Jack Mojito, un clásico cóctel a base de whisky Jack Daniel’s (en vez de ron) y hierbabuena, “es uno de los tragos preferidos de los rockeros, entonces es uno de nuestros tragos de la casa”, agrega la manager Carolina Marín.
Oh la la ! La Puerta
Calle 17 # 2-29
Creado por el parisino Remi Lajtman y su socia Carine Bejar hace 16 años, se ha convertido en uno de los bares preferidos de Santa Marta para bailar y “cóctelear” a buen ritmo de la música del Caribe colombiano. Para él, es una mezcla de “cosas que no comen cuento de la moda” y donde se pone “música con criterio”.
“La Puerta es una mezcla de razas, de estratos, de música y descomplicación”, indica Remi y al mismo tiempo asegura que en su bar las personas pueden encontrarse con “el amor de su vida (...) mucha gente se ha casado gracias o por culpa de La Puerta, hoy vienen con sus hijos, que casi son mayores de edad. Es un lugar de encuentro increíble entre colombianos y extranjeros”.
Probamos en este ícono samario una Margarita hecha a base de fresa natural, decorada con un borde de sal con pimienta y una rodaja de estrella de torombolo y fresa, además de una rama de hierbabuena en el fondo que le da el toque refrescante perfecto a esta mezcla que, al ritmo de champeta, se disfruta en la plenitud del Caribe colombiano.
La Terraza By La Brisa Loca
Calle 14 # 3-58
En lo alto del hostel La Brisa Loca, otro clásico samario, se encuentra La Terraza, un bar donde se reúnen tanto turistas como locales desde hace siete años. “Los viajeros que llegaban en ese momento eran los primeros backpackers, quienes estaban en búsqueda del movimiento de fiesta”, recuerda Luisa Blanco, manager del lugar pionero en el concepto de rooftop de Santa Marta.
En su oferta gastronómica plantean opciones locales, con alternativas vegetarianas y ligeras, que se combinan muy bien con su propuesta coctelera, que trata de integrar disponibilidad; buscando que las materias primas siempre estén a la mano, y así mismo que sean rápidas de preparar para el disfrute de los clientes, quienes ansiosos, llegan al lugar queriendo refrescarse del calor costeño que abraza a la capital del Magdalena.
El Caipilulo fue el cóctel que probamos en esta bella terraza adornada de plantas con edades de hasta 12 años, y preparado a base de vodka de lulo, zumo de limón, además de hielo y soda, “para darle una sensación de frescura y crocancia”, comenta el barman Rafael Cantillo.
Uno más para bailar hasta que den los pies... Beat Beach
Calle 20 # 4-18
En Taganga, corregimiento ubicado a 15 minutos del centro histórico de Santa Marta, se encuentra este bar diseñado como una casa cultural-hostel que ofrece una experiencia de baile única en la ciudad. Se trata de un espacio a donde llegan DJ locales, nacionales e internacionales, con la intensión de poner a bailar, en su mayoría, al público samario.
La música electrónica es su estandarte y según su propietario, Alejandro Azuero, llegó a Santa Marta hace aproximadamente seis años y actualmente es reconocido como el epicentro de estos sonidos en la ciudad.
“La gente nos conoce más que todo por el techno, empezamos a traer toda la movida, vienen DJ de todo el mundo”, cuenta el también publicista, quien llegó a la ciudad costera proveniente de Bogotá.
Lo interesante del lugar, además de su puesta en escena, ideal para el disfrute de los sonidos electrónicos, es que también funciona como una casa de encuentro cultural para los pobladores locales. Allí se reúnen artistas, que asimismo llegan de todas partes del mundo y del país como el grafitero Notable, a quien encontramos disfrutando de la fiesta después de haber adelantando un mural que estaba desarrollando en el lugar.
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