Juan Esteban Constaín es uno de los escritores colombianos de la actualidad, que ha sido reconocido con premios de narrativa al interior y fuera del país en la última década. Margarita García Robayo ha publicado varios textos en países de América Latina con traducciones al inglés e italiano. Sus obras, que pasan por la ficción y la historia, fueron consideradas “neutras” para ser parte de los invitados por el Gobierno nacional para representar al país en la Feria del Libro de Madrid.
Robayo, a través de una declaración pública, rechazó la invitación a raíz de la polémica. Ligada al contenido de su obra, afirmó: “No existen los eventos culturales “neutros” ni los escritores “neutros” ni las personas “neutras”. Todos tenemos una postura, una mirada sobre el mundo y sobre nuestra geografía que, por mucho que se intente disimular o esconder, termina saliendo a flote”.
La escritora de ‘Tiempo muerto’, ‘El sonido de las olas’ o ‘Fish soup’, envió una carta a los organizadores de la Feria del Libro de Madrid, a través de la cual informó que no asistirá, a menos que la mesa a la que ha sido invitada tenga como tema de discusión la supuesta neutralidad de la literatura.
“Los eventos culturales existen más allá de quienes lo organizan. Se puede controlar hasta cierto punto los aspectos técnicos o logísticos de una feria, pero no el pensamiento de quienes participan. Llamar neutros a los escritores invitados me parece algo muy desafortunado”, señaló Robayo.
Ella, como otros invitados al evento literario en una de las industrias editoriales más importantes del mundo, decidió rechazar la invitación y alejarse de los criterios elegidos por el Gobierno nacional, al igual que lo hizo el escritor Juan Esteban Constaín.
Constaín, a raíz de esa definición, rechazó la invitación por medio de una declaración “no neutral”, en la que calificó como una vergüenza la polémica desatada por los criterios de selección gubernamentales para los invitados al evento literario.
“Por mi parte digo que acepté de buena fe la invitación y que estoy desde hace dos meses en Europa visitando a mis hijas, viaje que pagué de mi bolsillo. Me apena dejar colgada de la brocha a gente con la que me comprometí a hablar en la feria y a presentarle sus libros, no los míos, pero si voy lo haré sin aceptar ni los honorarios ni el estipendio ni nada de lo que implica la invitación del gobierno colombiano”, señaló Constaín a través de una declaración escrita.
La polémica surgió luego de que el periodista Winston Manrique Sabogal, de la revista W Magazín, denunciara que la delegación seleccionada por el gobierno colombiano excluyó a varios escritores prestigiosos. “El retrato de la literatura colombiana contemporánea en la Feria del Libro de Madrid, como país invitado es muy incompleto porque ha primado el sectarismo político”, señaló.
Como explicación de la selección de los escritores y escritoras, el embajador colombiano en España, Luis Guillermo Plata, confirmó que se trataba de temas políticos: “Uno no quisiera que una feria literaria se convirtiera en una feria política. Ni para un lado ni para el otro. (…) Se ha tratado de tener cosas neutras donde prime el lado literario de la obra”, dijo al portal portal Libertad Digital.
Juan Esteban Constaín, quien es autor de ‘Álvaro: su vida y su siglo’ o ‘Calamares en su tinta’, de los más recientes, fue invitado a la Feria junto a escritoras como Melba Escobar, Ángela Becerra, Beatriz Helena Robledo, Darío Jaramillo, Jorge Franco, entre otros.
Sin embargo, tras conocer los criterios de selección, Constaín se separó de la delegación oficial porque no exalta la vitalidad y complejidad de la literatura nacional y hay “omisiones inaceptables”, pese a que comprende que en ese tipo de convocatorias siempre habrá ausencias sensibles.
“Que esas omisiones tengan un trasfondo político e ideológico es una vergüenza y un acto de mezquindad y de torpeza lamentables. Y lo digo como invitado, agradecido por la invitación que acepté de buena fe. También porque sé que detrás de la organización de un evento así hay muchas personas que trabajan con dedicación y las mejores intenciones, y no es justo que su labor se vea ensombrecida y enlodada por un escándalo que nos habríamos podido ahorrar si hubiéramos hecho de esta feria una oportunidad para encontrarnos todos, de verdad, y decirnos en la cara muchas cosas que hace tiempo tenemos que decirnos sin infamarnos ni anularnos como interlocutores en una sociedad”, escribió Constaín.
Según el escritor de ‘¡Calcio!’, la selección respondió al “sectarismo que lo carcome todo, intoxica el alma de los seres y los pueblos”, que se encuentra en el mismo trasfondo de la violencia que ha llevado al país al “abismo”. “Colombia sí se baña dos veces en el mismo río, todos los días. Lo más doloroso, y lo más aleccionador también, es que ese río es la sustancia esencial de nuestra literatura. Ese es el tema”, agregó.
Constaín calificó como una afrenta que él y los demás invitados fueran calificados como “neutrales” por el embajador Plata. Sin embargo, aseguró que no suponía la intención del funcionario, pero el desliz generaba incomodidad para los invitados.
“Primero, porque la neutralidad no es un valor en la literatura. Es más: la literatura es, por definición, la ausencia misma de toda neutralidad. Ya cada quien verá las implicaciones que eso tenga en su vida y en su obra; pero es así. Y segundo, porque sus palabras, sin duda ligeras y equivocadas, implican una idea que casi ningún escritor está dispuesto a aceptar, creo yo, y es que su suerte y su reconocimiento dependen de su adhesión o no a las acciones y al nombre de un gobierno cualquier gobierno-o a la ausencia en sus libros y sus palabras de toda dimensión política y crítica. Lo primero es grotesco, pero lo segundo es imposible, porque el solo hecho de escribir entraña ya una postura política radical e irrecusable. Negar eso es negar la literatura”, escribió Constaín.
Para el escritor que ha ganado el Premio Espartaco de Novela Histórica en la Semana Negra de Gijón 2010 y el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana 2014, los eventos de este tipo siempre conllevan a una intervención del Estado, y por tanto del Gobierno de turno, y terminan en polémicas similares.
“Lo mejor quizás sea nunca ir a estas cosas; esa suele ser a veces mi posición, valga la paradoja y la contradicción de decirlo así, para evitarse problemas”, señaló. Propuso, además, que se genere un sistema riguroso de gestión cultural para ese tipo de invitaciones, con el fin de evitar que algún poder se filtre para posicionar su visión.
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