El 10 de noviembre de 1995 fue la última vez en la que una lideresa social de Arauca escuchó la voz de su hijo. A través de una llamada, el joven, que por aquellos días tenía 24 años, le comentó que había recibido una buena oferta de trabajo, pero no le dio más detalles al respecto. El hombre desapareció y fue hasta la semana pasada, luego de 26 años sin conocer sobre su paradero, que su madre, la lideresa, recibió los restos del cuerpo que apareció sin vida. Durante más de dos décadas, y con una fotografía, la mujer lideró la búsqueda de su hijo. “Al momento de su desaparición tenía 24 años y laboraba en una finca en el departamento de Casanare, de donde me llamaba con frecuencia”, comentó.
Fue gracias a la gestión de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), y el Grupo interno de trabajo de búsqueda, identificación y entrega de personas desaparecidas de la Fiscalía (Grube), que la lideresa pudo finalizar el largo proceso de investigaciones para hallar a su hijo. En 2005, la mujer, en compañía de otros de sus hijos, viajó desde Arauca al municipio de Villa Nueva, en el Casanare, para buscarlo. En ese momento, testigos le contaron que se había ido a trabajar a la vereda Las Palmas, en ese departamento. “Yo le pedía a Dios que no me llevará hasta encontrar a mi hijo, se lo rogaba a diario”, detalló.
En el 2015, la Fiscalía, luego de diez años de esa pista, le informó a la lideresa y a su familia que se había hecho el hallazgo de diez cuerpos en un municipio del departamento del Meta, y que su hijo podría estar entre ellos. El Instituto Nacional de Medicina Legal, entonces, logró la plena identificación del cuerpo, y en el 2020 la lideresa presentó a la UBPD una solicitud de búsqueda de su hijo, cuyo nombre no se hace público por solicitud de su familia.
“Estoy muy agradecida con el acompañamiento que he recibido, porque me han informado cada paso. A pesar de que se trata de un momento muy doloroso. Después de tantos años finalmente he podido encontrar el cuerpo de mi hijo y tener un lugar a donde llevarle flores”, manifestó la madre de la víctima, quien es una de las fundadoras de la Asociación de Familias de Desaparecidos por la Defensa de la Vida, los Derechos Humanos, la Paz, la Convivencia y la Reconciliación en el Sarare (Asofavida) en el departamento de Arauca.
“A partir de la articulación institucional con la Fiscalía fue posible concretar la entrega digna a sus familiares, quienes, en un acto privado, lo inhumaron en un cementerio del departamento de Arauca”, dice un comunicado de prensa emitido por la UBPD respecto al proceso de entrega del cuerpo, en el que también se especifica que la desaparición del hombre se habría dado en medio de circunstancias relacionadas al conflicto armado colombiano.
La directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, Luz Marina Monzón, habló del emotivo momento que vivió esta familia, “para la Unidad de Búsqueda, solicitudes como la de la mamá de este joven se constituyen una voz de confianza de las víctimas y las organizaciones de la sociedad civil en la tarea que la entidad desarrolla, y al mismo tiempo una responsabilidad muy grande para poder agilizar la búsqueda de los desaparecidos y la entrega de resultados a miles de familias que esperan saber qué pasó con sus seres queridos”.
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