El pasado 2 de septiembre a las 11 de la mañana, el niño Elián Andrés Poveda desapareció en la zona de Cabrera, en Cundinamarca. La tía del menor, Jennifer Aza dijo que la mamá descuidó por un momento al niño cuando se produjo su desaparición.
Se encontraban haciendo el almuerzo porque ellos trabajan en esa zona. La mamá dejó al niño al lado de una roca jugando con el celular, bajó a lavar unas papas a la orilla del río y cuando se devolvió, no estaba el niño.
La alcaldía de Cabrera dijo que se intensificaron las labores de investigación y búsqueda, por lo que autoridades y especialistas llegaron hasta el municipio para prestar su servicio.
El niño estaba vestido con una camiseta gris y una pantaloneta azul, un saco gris con negro y unas sandalias de meter el dedo.
Además, las autoridades locales manejan la hipótesis de que el bebé pudo haber caído al río Sumapaz. Wilson Cruz, comandante de Bomberos de Cabrera dijo: “hemos recorrido unos cuatro kilómetros hacia abajo del río Sumapaz, el casco urbano y un kilómetro hacía la parte alta del río”.
Según Medicina Legal en el 2020 un promedio de 4 menores al día desaparecieron en el país. De estos 1.579 menores, 811 aparecieron vivos y 10 muertos, mientras que de los 758 restantes no se conocen aún sus paraderos. Los datos evidencian que existe una constante en las cifras de desaparición de menores, pues en el 2019 hubo 2.392 desaparecidos y, para el 2018, 2.368. La reducción que hubo en el 2020 se la atribuyen a la cuarentena, no a las medidas tomadas por el Estado para tratar la problemática.
El número de casos relacionados con menores de edad entre los 10 a 17 años, edades en las que más menores se desaparecen, permite evidenciar problemáticas asociadas a la familia o a su entorno natural, por lo cual las instituciones que se encargan de la búsqueda deben evaluar las condiciones desencadenantes de la desaparición y verificar aspectos asociados como violencia intrafamiliar, maltrato infantil, abuso sexual, conflicto de custodia, entre otros factores que determinan la opción de ausencia por parte de los niños y adolescentes, como puede ser interpretado bajo el análisis de factores desencadenantes adicionales, según ICBF.
Teniendo en cuenta que el bienestar y los derechos de los niños son fundamentales, en el 2020 el Gobierno publicó el “Protocolo de Alerta urgente para la búsqueda, localización y recuperación de niños, niñas y adolescentes reportados como desaparecidos”, que tiene como objetivo lograr una respuesta institucional coordinada a nivel nacional para la pronta recuperación de un menor de edad desaparecido. Dicha Alerta se fundamenta en el sistema de Alerta AMBER nacido en Estados Unidos y replicado en varios países del mundo.
AMBER, es un sistema de difusión de información que busca incluir de manera inmediata a la comunidad y agencias involucradas para ayudar en la búsqueda, localización y recuperación segura de menores de edad secuestrados. Las alertas se transmiten a través de radio, televisión, señales de tráfico, teléfonos celulares y otros dispositivos habilitados para datos.
El protocolo fue creado ya que el Estado colombiano encontró que de 2.392 menores reportados como desaparecidos en el 2019, el 51.5% continúan desaparecidos y el 0.7% aparecieron sin vida. Una cifra alarmante.
“Los casos de menores tienen mayor relevancia y se debe empezar una búsqueda inmediata. Es mentira que se deba esperar 24 o 72 horas; si el familiar hace una indagación inicial sin resultados y tiene indicios de su pérdida, debe acudir a las autoridades”, comentó Diana Ramírez Páez, profesional de Medicina Legal y Secretaria Técnica de la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, al diario El Tiempo.
SEGUIR LEYENDO