Huyendo de las amenazas en su país terminó muriendo en el desierto de Arizona: la trágica historia de la colombiana que intentó cruzar la frontera de Estados Unidos con sus hijos

Escapando de Colombia por intimidaciones en su contra, Claudia Marcela Pineda y su hija de 11 años fallecieron bajo el calor del desierto de Arizona en la búsqueda del ‘sueño americano’. Su hijo de dos años logró sobrevivir

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En la imagen, Claudia Marcela
En la imagen, Claudia Marcela Pineda y sus hijos María José y Kristhyan. Fotos: Archivo particular

Con 37 años de edad, Claudia Marcela Pineda era madre y padre a la vez. Vivía sola en Tunja (Boyacá), y tras quedarse sin empleo, decidió emprender un viaje con sus hijos María José Sánchez y Kristhyan Pineda -de 11 y 2 años de edad- desde Colombia hacía los Estados Unidos con el fin de brindarles mejores oportunidades. Sin embargo, lo que inició como el sueño de un futuro mejor terminó en una tragedia.

“Por favor ayúdenme que me voy a desmayar”, fueron las últimas palabras de esta madre colombiana antes de que ella y su hija fallecieran en medio de las altas temperaturas del desierto de Arizona, que incluso pueden llegar hasta los 48 grados centígrados.

Horas antes, de acuerdo con los familiares de Pineda, la mujer de 37 años se comunicó por última vez con ellos cerca de las 6:00 de la mañana (hora colombiana). Claudia había hablado con su esposo, Hugo Pinzón, quien la esperaba a ella y los dos pequeños en Estados Unidos, y con otra persona cercana que también sabía de su viaje.

“Supuestamente iba a un lugar donde la iban a dejar en la frontera y ahí esperaría a que pasara Migración. Pero nunca me dijo que tenía que atravesar un desierto (…). Estoy segura de que ella no sabía eso, porque si lo supiera, no habría arriesgado a los niños de esa manera”, contó en diálogo con el periódico El Tiempo un ser querido de Pineda.

Al parecer, el trayecto no salió como Claudia lo había planeado, y el coyote (traficante) que se supone la ayudaría a cruzar la frontera hacia Estados Unidos los abandonó a ella y a sus dos hijos.

Claudia Marcela, una mujer “valiente y luchadora”

En la imagen, Claudia Marcela
En la imagen, Claudia Marcela y sus hijos María José y Kristyan. Foto: Archivo particular

Claudia Marcela Pineda Sarmiento nació en Tunja, Boyacá, en el seno de una familia disfuncional. Como su padre, Manuel Guillermo Rodríguez estuvo ausente y su madre, Claudia Marcela Pineda Sarmiento, únicamente se dedicaba a laborar en su finca en Tibaná, desde pequeña tuvo que trabajar, así lo conoció el periódico local, El Diario.

A sus 26 años, siempre entregada al trabajo, consiguió un empleo en una papelería de Tunja, a la vez que laboraba en las noches como mesera en un bar. Durante ese tiempo, conocería al papá de su hija María José, quien solo la reconoció por medios legales, y al igual que le pasó a ella en su niñez, el hombre no estaría presente en la vida de su hija.

Desde entonces, Claudia siendo madre y padre al mismo tiempo tuvo diversos trabajos, en papelerías o bares, con el fin de mantenerse a flote a ella y a María José.

“Cuando conocí a mi esposa me enamoré de ella porque era la mujer más guerrera del mundo. Ella tenía tres trabajos en el momento en que la conocí para poder sacar adelante a su hija sola”, contó en entrevista con el periódico El Tiempo, su esposo, Hugo Pinzón.
En la imagen, Claudia Marcela
En la imagen, Claudia Marcela Pineda y su esposo Hugo Pinzón. Foto: Archivo Particular

La pareja se conoció en 2013, en el bar Zaragoza Club, en Tunja, donde ambos trabajaban. En ese momento, Claudia tenía tres empleos, de 7:00 de la noche a 5:00 de la mañana laboraba en el bar, de 9:00 a 11:00 am en una cafetería y después, hasta las 4:00 de la tarde trabajaba en un restaurante. “Era valiente y luchadora”, aseguró Pinzón al mismo medio.

Tras durar un mes y medio de novios, Claudia y Hugo decidieron irse a vivir juntos, hasta que en el 2019. Pinzón decidió irse a los Estados Unidos por amenazas que estaba recibiendo en su contra, al parecer, tras un altercado que tuvo trabajando en el bar La Topa Tolondra, donde luego de pedirle a unos clientes que se retirarán del lugar, terminó apuñalado e intentaron incriminarlo de un robo, así lo conoció el periódico El Diario.

Por miedo a que atentaran contra su vida, el 17 de enero de 2019, Hugo partió hacía el país norteamericano. Antes de abandonar Colombia, se despidió de Claudia, quien debido a ese encuentro quedó embarazada de su segundo hijo, Kristhyan Pineda.

La ruta de Claudia y sus hijos hacia los Estados Unidos

En la imagen, Claudia Marcela
En la imagen, Claudia Marcela y su hijo de dos años, Kristyan. Foto: Archivo particular

Tras dar a luz a Kristyan en 2019, Claudia continuó laborando en trabajos informales y pese a que Hugo le enviaba dinero desde Estados Unidos, la situación económica de la madre de 37 años empeoró. Con la llegada de la pandemia, la papelería donde trabajaba cerró, y aunque consiguió otro empleo en un restaurante, renunció por, al parecer, los malos tratos de su jefe, así lo conoció El Tiempo.

En medio de las dificultades, según conoció El Diario, la gota que llenó el vaso llegó el 27 de julio de 2021, cuando un hombre abordó a Claudia y apuntándola con un arma de fuego la cuestionó por el paradero de su esposo. Ella solo respondió que él había salido del país. Allí fue cuando Pineda decidió que ella y sus dos hijos abandonarían Colombia.

El 21 de agosto, Claudia, Maria José y Kristyan salieron desde el aeropuerto El Dorado en Bogotá con rumbo hacía México, para el martes 24 de agosto viajar a Tijuana (México) igualmente en avión.

“Me dijo que iba a estar en la casa de una amiga de la mamá de Hugo Pinzón, el 21 de Agosto viajó a México a la 1:30 p.m., salió del aeropuerto a media noche porque Migración la detuvo un tiempo, estuvo en México dos días; el 24 de agosto viajó a Tijuana sobre el medio día y se volvió a comunicar a las 9:00 p.m. aproximadamente y me dijo que ya había llegado a Mexicali”, relató la mejor amiga de Pineda, Tatiana Barajas Ávila, según conoció el diario La Vanguardia.
En la imagen, los boletos
En la imagen, los boletos de avión de Claudia Marcela y sus hijos para su viaje a México. Foto: Archivo particular

Al día siguiente, el 25 de agosto, Claudia se contactó con su mejor amiga y le dijo que ya iniciaba su viaje hacía el país norteamericano y que no podrían contactarse. “Me dijo que ya se iba a ir y que quedaba incomunicada pero que cuando saliera volvía a comunicarse conmigo”, dijo Barajas al mismo medio.

El plan, según contó Hugo Pinzón a El Tiempo, era que ella y sus hijos viajarán hasta la frontera con Estados Unidos, donde esperaría a encontrarse con agentes de Migración, a quienes les mostraría sus papeles pidiendo asilo.

Pero las cosas no resultaron como las planearon, el coyote que los llevaría a la frontera los abandonó en el medio del camino. Sin saber la ruta y con 3% de batería, Claudia pidió ayuda al 911.

Claudia: “Por favor, ayúdenme”.

Operador:“¿Cuántas personas están con usted?”.

Claudia: “Dos niños, por favor ayúdenme que me voy a desmayar”.

María José: “Mami, tengo hambre”.

Claudia: “Ya mi amor”.

Operador: “¿Tiene WhatsApp?”.

Claudia: “Sí, señor”.

Operador: “Le acabo de enviar un mensaje”, se escucha en la llamada que se corta luego de que el celular de Claudia se quedara sin batería.

Aunque las autoridades los encontraron pronto, fue demasiado tarde. Los cuerpos de Claudia y María José fueron hallados en la zona desértica de Levee Road y County. Según conoció la revista Semana, se cree que las causas de muerte fueron por deshidratación y extenuación causadas por las altas temperaturas.

Kristyan, el pequeño de dos años de edad, logró sobrevivir y ahora su padre, Hugo Pinzón, busca que las autoridades estadounidense le den la custodia del menor, para la cual tendrá que hacerse una prueba de ADN.

“Eso fue un milagro de Dios, de vida, porque mi esposa dio la vida para traerme al pequeño, a mi hijo, para que me conociera. No lo conozco aún en persona”, expresó Pinzón en entrevista con Noticias Caracol.

Sobre Claudia Marcela y María José, Hugo indicó al noticiero que ya pasó una solicitud para que sus cuerpo puedan ser cremados en Estados Unidos, y luego enviará las cenizas a Colombia para que los familiares de Pinzón puedan despedirse de ella y su hija.

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