Indiferencia y disgusto, lo que siente más del 48% de los bogotanos por las estatuas y monumentos de la ciudad

Así lo dio a conocer un estudio de la Veeduría Distrital y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, investigación que, además, reveló que el 9,5% de los capitalinos no le ve importancia a dichas piezas

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Foto de archivo. Una paloma
Foto de archivo. Una paloma descansa sobre una estatua de Simón Bolívar en la Plaza de Bolívar, en Bogotá, Colombia, 7 de octubre, 2016. REUTERS/John Vizcaino

El laboratorio de Innovación para la Gestión Pública (LABcapital) de la Veeduría Distrital y el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) llevaron a cabo dos mediciones ciudadanas sobre la resignificación de las estatuas y monumentos en Bogotá.

Aunque el estudio reveló que el 83% de los ciudadanos considera que las estatuas y monumentos de la capital son importantes, un 48,8% de los bogotanos manifestó que siente indiferencia y disgusto por las piezas, mientras que otro 9,5% aseguró que no les ve importancia.

“Gran parte de los ciudadanos y ciudadanas tiene sentimientos de indiferencia, disgusto, incomprensión y rabia con respecto a las estatuas y monumentos de Bogotá y cerca de la mitad (48,8%) considera que debe repensarse cómo se ha representado el pasado y conmemorar a las personas representativas de la historia actual de Colombia”, señaló la Veeduría Distrtital.

Por ejemplo, según el estudio, en el caso de la estatua de Gonzalo Jiménez Quesada, en la Plazoleta del Rosario, la cual fue tumbada por indígenas Misak el pasado mes de mayo, las opiniones se dividen entre quienes consideran que los daños y alteraciones que recibió la pieza fueron necesarios para generar un debate entorno a la permanencia de la misma, y entre quienes señalan que fue un acto vandálico y de violencia.

Los sentimientos que genera la estatua van desde la indiferencia y el odio hasta la tristeza por la violencia que trajo consigo toda la situación y que finalmente afecta a las personas que viven y trabajan en el sector, indicó la misma entidad.

Ante la situación, la investigación realizada por la Veeduría Distrital y el IDPC señaló que los vecinos del sector plantearon varias opciones frente al futuro de la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada. Una de ellas es que la pieza sea fundida y con las partes resultantes se construyan obras de arte, o que sea exhibida en un museo donde se cuente la verdadera historia del conquistador español.

“Los vecinos demuestran gran entusiasmo para que en el lugar en donde estaba la estatua se realice una de las siguientes acciones: reconocimiento a la naturaleza, valoración a personajes influyentes que lucharon por el pueblo colombiano, obras artísticas alusivas al paro y que se incentive el turismo y el comercio con un jardín, una fuente o una galería”, denotó la Veeduría.
En la imagen, la estatua
En la imagen, la estatua del conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada tras ser derribada por indígenas Misak en Bogotá, Colombia May 7, 2021. REUTERS/Luisa González

Entre tanto, otro grupo más pequeño expresó que lo que deben realizar las entidades con la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada es restaurarla y devolverla a la plazoleta de la Universidad del Rosario.

Por otro lado, el estudio también develó que el 90% de los bogotanos considera que las estatuas y monumentos de la ciudad reflejan un valor histórico, pedagógico y conmemorativo, mientras que otro 60% afirma que las piezas los representan.

Los resultados de la investigación así mismo dejaron en evidencia que, el 90% de los entrevistados, cree que el Distrito debe poner en marcha actividades de pedagogía preventiva y de diálogos que permitan la inclusión de la ciudadanía frente al patrimonio cultural.

Frente a las cifras, el veedor distrital, Guillermo Rivera, propuso la creación de espacios de escucha para que, de la mano con la ciudadanía, se establezcan estrategias de promoción y cuidado patrimonial, además de generar debates sobre la resignificación de las estatuas y monumentos de Bogotá.

“Estas mediciones evidencian que ningún tema en la ciudad puede ser tabú y que el patrimonio tampoco. El diálogo en torno a los temas urbanos es fundamental”, concluyó el funcionario.

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