Hace casi dos meses que el presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado y su crimen hasta el momento no se esclarece. Mientras se adelanta la investigación y el juicio, las condiciones de detención de 18 exmilitares colombianos que son acusados del magnicidio no mejoran y podrían ser víctimas de violación de los derechos humanos.
Al parecer, los mercenarios colombianos han logrado comunicarse por medio de cartas con sus familiares y en los documentos han descrito torturas, así como mensajes para dar a entender que temen por su vida. Esperan poder ser repatriados o extraditados a los Estados Unidos.
Según reveló el diario El Tiempo, un exmilitar detenido en la isla contó a través de una misiva los tratos crueles de los que ha sido víctima junto a sus compañeros. “He sido torturado y los muchachos también. Nos han arrancado las uñas, quemado con ácido, puñaladas, golpes y demás. No quisiera contarles esto, pero es la realidad. Tienen que denunciar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y presionar al Gobierno colombiano para nuestra repatriación”, cita el periódico.
Cinco de ellos habrían manifestado la necesidad de que se lleve un juicio justo en su contra, debido a que hasta el momento han tenido que declarar, pero sin un abogado que los represente y garantice sus derechos, por lo que, presuntamente, podría haber torturas para modificar sus testimonios.
Además, esas escuchas se dieron con un intérprete de español que al parecer no tenía un buen dominio del idioma y los testimonios fueron transcritos en un papel, con lápiz y a mano. Todas esas situaciones les da para indicar que no habrá un juicio justo y mucho menos debido proceso, indica El Tiempo.
El pasado 30 de julio viajó a Haití una comisión de funcionarios colombianos, junto con la Defensoría del Pueblo. Allí se verificaron las condiciones de reclusión que, según las misivas entregadas a los familiares, no han cambiado pese al traslado a una cárcel.
“Solo recibimos una comida al día y dormimos entre excremento humano, ratas y cucarachas”, dice una de las cartas reveladas por ese diario.
Otra de las comunicaciones señala que cuando llegaron al penal por la gestión de la Cancillería, estuvieron 26 días amarrados por parejas o en solitario y, en esas condiciones, debían ir al baño cuando los guardianes quisieran, comer y bañarse.
“Eso no te lo había contado, cuando nos torturaron, el primer mes fue muy duro (…), aún tengo dolor; a los demás compañeros los machetearon, los quemaron, los apuñalaron, pero gracias a Dios no fueron graves”, dice otras de las misivas de uno de los detenidos.
Otra de las cartas advierte que “todo está manipulado y acomodado” para hacer pasar a los mercenarios como culpables del crimen, por lo que la versión sostenida hasta el momento no sería respaldada por los exmilitares.
La posibilidad de torturas para modificar los testimonios de los exmilitares presos fue sostenida por la esposa de uno de ellos en la emisora La FM el pasado 19 de agosto. De acuerdo con la mujer, ella recibió una carta, pero su contenido es un mensaje en clave.
En la misiva, el militar se disculpa por múltiples situaciones de maltrato que se atribuye cometidas a su esposa, pero ella señala que nunca sucedieron y se trata de una forma del exmilitar por contarle la situación en la que se encuentra y pedir ayuda.
“Pedirte disculpas por cómo te trataba cuando llegaba borracho, que te pegaba para escuchar lo que yo quería sin darte la oportunidad de nada”, dice el documento entregado a la emisora, pero la mujer afirma que su esposo nunca fue borracho y tampoco violento con ella.
“También pedirte disculpas cuando quedabas toda herida y me pedías que te llevara al médico y yo no lo hacía, por dejarte días sin comer. Por aquellos momentos en que me suplicabas medicamentos para tus heridas y a mi no me importaba nada. Me acuerdo también que había días que te dejaba sin agua para tomar”, habría escrito el ex soldado colombiano en la misiva, que la esposa sostiene son los malos tratos a los que está sometido él en la cárcel haitiana.
Pese a que el magnicidio ocurrió el pasado 7 de julio y unos días después los colombianos fueron capturados, hasta el momento no ha iniciado el juicio, no han sido imputados y tampoco se les ha asignado o permitido la representación de un abogado defensor.
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