Con 11 clubes, el pasado 10 de julio comenzó la Liga Femenina de Fútbol en el país, un torneo que se oficializó en 2017 y cuyo primer campeón fue Independiente Santa Fe, que repitió título en 2019. Del certamen también se ha coronado ganador América de Cali, subcampeón de la Copa Libertadores 2020, competencia en la que Catalina Usme fue la máxima goleadora.
Desde el comienzo de la liga, en Colombia se han presentado denuncias, quejas y desacuerdos por la duración del torneo (dos meses y medio) y los contratos de las jugadoras, además del manejo y el apoyo que la Dimayor ha empleado. Tanto fue así que a principio de este año, cuando la máxima entidad del fútbol colombiano anunció las fechas del campeonato, por medio de las redes sociales se protestó con la frase “Por una Liga Femenina digna”.
Desde 2017, con el paso de las temporadas, la duración de la Liga Femenina ha disminuido y, de la misma manera, el número de clubes en participar. Según el informe de la Liga Femenina BetPlay, realizado por la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales (Acolfutpro), el campeonato va en retroceso: en su primera edición, el torneo duró 104 días y tuvo 18 equipos; en 2018 fueron 124 días y 23 equipos; en 2019 fueron 74 días y veinte equipos, y el 2020 pasado fueron 58 días y trece equipos. Este año durará 45 días y solo hay once escuadras.
Sobre la duración del torneo, las garantías contractuales, lo que se debería mejorar en la liga femenina y lo que implica que una mujer patee ‘la pecosa’ en Colombia, Angie Castañeda, capitana de La Equidad y una las jóvenes promesas que tiene la selección (fue goleadora del Sudamericano Sub 20), conversó con Infobae Colombia. Lo hizo en el marco de las semifinales, una de ellas entre el cuadro asegurador y el Deportivo Cali de este 1 de septiembre.
¿Cómo empezó la conexión con el fútbol?
Desde muy chiquita iba a las canchas con mi papá. Él jugaba fútbol y micro. En esos tiempos solo había niños, entonces yo jugaba con ellos. A veces mi papá se iba temprano y me iba en pijama, me cogía una moña y salía a jugar.
Esos tiempos eran difíciles porque solo había niños, entonces una llegaba a una cancha y eran como: “No, no, no, tú puedes jugar porque eres una niña”. Fue complicado, pero después de que jugaba con ellos, ya me conocían.
¿Qué le genera el fútbol que no le generan otros deportes como el patinaje?
El fútbol es mi vida y me encanta. Me encanta lo que hago en estos momentos y poder trabajar en lo que más me gusta. Es una pasión que se despierta todos los días y te inspira a ser mejor, a ir a una cancha, a patear un balón.
¿Cómo llegó a la selección Colombia Sub-17 femenina?
Yo jugaba la liga con hombres, porque estaba en un club de hombres. Entonces mi entrenador dijo que fuera a probarme en las convocatorias de la selección. Cuando fui me preguntaban ¿eres selección Bogotá? Y yo les respondía que no, que nada de eso. Tampoco estuve en la Pony Fútbol, que era lo que se jugaba ese tiempo. Cuando me vieron jugar, al profe le gustó y me llevó de una vez al Sudamericano. Fue un proceso bastante complicado porque nadie me conocía.
¿Cómo recibió la noticia de que iría al Sudamericano?
Fue complicado porque se entrenaba en Cota y llegar allá desde mi casa era un paseo. Yo estaba estudiando, entonces no podía ir al colegio. Mis papás me decían que cómo iba a faltar al colegio, pero yo me objeté a eso. Gracias a Dios se dieron las cosas... El profe me dijo: “¿Vas a viajar conmigo? El suramericano me gusta y quiero que estés ahí”. Para mí fue una felicidad enorme llegar a la selección Colombia y poder representar el país.
¿Toda su familia la apoyó en el proceso?
Al principio, el que me apoyaba era mi papá. Para los demás era nuevo que una mujer jugara, pensaban que era un deporte de hombres. Me decían que me dedicara a otra cosa o que siguiera estudiando juiciosa. Pero después de que yo entré a la selección le cogieron mucho amor, veían los partidos por los links. Como a los nietos de la familia no les gustaba el fútbol, mi abuelito me apoyó y empezó a acompañarme a todos lados.
El momento que más recuerda...
El Sudamericano Sub-20. Fui la goleadora. Recuerdo que hice once goles. Creo que ninguna jugadora colombiana había sido goleadora en esa categoría, entonces fue algo muy bonito para mí. Siempre es un placer representar al país. Ahorita, en la selección de mayores, los amistosos fueron chéveres porque somos las pequeñas, las que llegan como a esa nueva generación, a la nueva era de la selección.
Santa Fe fue su primer equipo profesional, ¿cómo fue el fichaje?
Estaba en el Club Future Soccer, que había hecho una alianza con Santa Fe. Estábamos en un período de prueba y ahí se dio. En ese momento ya había salido de once en el colegio y me gané una beca en Los Andes para estudiar Ingeniería Industrial, pero solo podía estudiar en las mañanas y como el tema del fútbol profesional me dije: “¿Cómo carajos?, ¿qué hago?” Decidí quedarme ahí en Santa Fe y fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado en mi vida. Fuimos las primeras campeonas, eso marcó mucho y fue muy gratificante para mí. Estuve dos años con Santa Fe.
La sensación de salir campeona….
Para nosotras fue como un ¡guau! No imaginábamos que el estadio iba a estar a reventar, no le cabía una persona. La gente nos apoyaba mucho, la hinchada fue maravillosa. Nos conocían. Cuando terminó el partido todos nos pedían fotos. Fue algo nuevo, muy bonito.
Después de militar en Millonarios y Santa Fe, ¿a qué le apunta con La Equidad?
El objetivo que tenemos es clasificar a la semifinal, que es a lo que más ha llegado La Equidad en el femenino. Y bueno, nosotras apuntamos a ser campeonas. Tenemos un gran equipo, un excelente cuerpo técnico y todas las jugadoras somos muy obreras. Somos un equipo compacto y podemos llegar a una final, pelear el título.
A la Liga Femenina en Colombia, ¿le cambiaría algo?
Pienso que todo parte de que sea una liga más larga, ahí van a llegar los patrocinadores, porque no van a llegar en una liga de dos o tres meses y será más vistosa. Creo que el fútbol femenino ha hecho mucho y ha ganado muchos méritos para esto… En la selección Colombia las mujeres fueron campeonas panamericanas. Nosotras seguimos trabajando porque amamos esto, muchas tienen su profesión pero siguen ahí, metiéndole para que la gente y los clubes sigan creyendo en que vale la pena apostarle al fútbol femenino y.
Cómo se mantiene el nivel de competencia cuando la liga es tan corta.
Tratar de trotar, mantenerse en el gimnasio y seguir entrenando en los clubes pequeños de la liga. En selección Colombia cada vez hay más microciclos y después podemos mantenernos y cómo meterle más forma; nos mandan planes de trabajo. En los clubes apostamos a salir campeonas para que esto siga, para que se alargue el proceso y que podamos ir a la Copa Libertadores.
Lastimosamente, en este momento las mujeres no pueden vivir del fútbol como los hombres, ¿usted cómo se proyecta?
Yo sigo entrenando porque tengo la esperanza y tengo la fe que esto va a cambiar, en que vamos a poder vivir de esto. Nosotras igual tenemos que seguir luchando por esto, porque viene un legado, vienen unas niñas pequeñas y queremos que vean que esto es una profesión para ellas. Yo sigo estudiando gestión deportiva, porque tenemos que estudiar también, no podemos quedarnos ahí.
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