Aunque las víctimas de la implantación de biopolímeros en Colombia se calculan en decenas, la verdad es que no se tiene un registro exacto y apenas si son conocidos los casos de algunas famosas que han terminado por sufrir sus consecuencias.
Sin embargo, en el país se gesta actualmente un movimiento apoyado por modelos y políticos que pretende poner en cintura a quienes apliquen este tipo de sustancias sintéticas no aptas para personas, las cuales son utilizadas para rellenar ciertas áreas del cuerpo y son inyectadas, principalmente, en los glúteos.
“Los biopolímeros son sustancias como silicona líquida o derivados de la parafina y aceites no aptos para las personas, que se utilizan con el objetivo de rejuvenecer o embellecer, transformando en muchas ocasiones la obsesión por la belleza en una auténtica pesadilla. Se trata de sustancias que están prohibidas en algunos países pero que en otros, especialmente en Latinoamérica, se han utilizado durante años como rellenos estéticos bajo nombres como vitamina C, rellenos musculares o biogel, los cuales se han convertido en un gran atractivo dentro del mercado por el bajo coste del tratamiento”, dice el portal web de la Clínica Galena de España.
Así entonces y través de un proyecto de ley, se quiere penalizar con cárcel a quienes utilicen biopolímeros en procedimientos de belleza y estéticos. Mientras que otro de los objetivos será el de responsabilizar a las entidades distritales y departamentales de salud sobre el cumplimiento de las condiciones a las entidades prestadoras de salud y que correspondan a dicha sustancia.
Norma Hurtado, representante a la Cámara por el partido de La U y quien radicó el proyecto hace menos de un mes, indicó en Semana que el documento incluye imponer, además de la cárcel, “extinción de dominio al inmueble o establecimiento de comercio donde se apliquen dichas sustancias y la venta del inmueble será destinada a indemnizar a las víctimas”.
“Se proponen una serie de mandatos que llevan a las autoridades correspondientes a realizar campañas de prevención y promoción para alertar a los ciudadanos sobre las afectaciones dañinas acarreadas por la aplicación de sustancias modelantes no autorizadas sanitariamente, la fijación de avisos de advertencia de no aplicación de tales elementos al interior de establecimientos comerciales que han sido identificados recurrentemente como proveedores de este tipo de servicios, así como la instauración de canales de consulta y denuncia que surjan en relación al tema aquí tratado”, explicó Hurtado.
La iniciativa es apoyada por miles de mujeres, entre ellas Elizabeth Loaiza, quien hace apenas unos días mostró las marcas que dejaron en su cuerpo los biopolímeros que ha intentado retirar en un par de ocasiones.
“Todo esto me atreví a mostrarlo (créanme que en contra de mi familia y todo porque les daba pena), saqué fuerza de todos lados y dije: ¡Yo soy muchísimo más que unas nalgas bonitas y la cola no me define! Y quiero transmitir este mensaje a cada una de las víctimas de este veneno (...) presentaremos un proyecto en el Congreso para crear una ley que penalice la aplicación de estas sustancias y que ayude a las personas que ya han sido víctimas a retirarse estas sustancias”, comentó la modelo caleña.
Es clave mencionar que entre las otras reconocidas mujeres que han resultado afectadas por los implantes de biopolímeros en sus glúteos, los casos más conocidos son los de Jessica Cediel, Yina Calderón, Marcela Reyes, Andrea Cortés y Lina Tejeiro.
Cada una de estas celebridades ha tenido que librar su propia batalla en contra de las secuelas que dejan estas sustancias en el cuerpo humano, pues aunque han intentado retirarlas los procedimientos son bastante complejos y poco económicos.
“Ponerse biopolímeros es muy barato comparado a lo que vale retirarlos. (El procedimiento) está alrededor de 30 millones de pesos, más exámenes, post operatorios y demás”, indicó Elizabeth Loaiza en unas recientes historias de Instagram.
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