A bordo de un vuelo privado y con rumbo desconocido, dos familias de empresarios judíos, que residían en Bogotá, tuvieron que abandonar el país el pasado mes de junio tras un informe de las agencias internacionales en las que se reveló que el iraní Rahmat Asadi, considerado como uno de los asesinos más buscados en el mundo, habría pagado a colombianos por atentar en su contra.
Según el diario El Tiempo, medio que tuvo acceso al dossier de la investigación y la alerta roja de Interpol, Rahmat Asadi es un hombre de 40 años, jugador “estrella del paintball” que viajaba por diversos países bajo esa fachada, pero quien realmente es considerado como uno de los terroristas más peligrosos en el mundo tras su entrenamiento con grupos terroristas como Hamas y Jihad en Palestina, y Hezbolá en el Líbano.
De acuerdo con el medio bogotano, un agente colombiano reveló que esta investigación es el trabajo de 15 agencias internacionales, las cuales tienen en la mira a dos colombianos, a quienes llaman ‘Jimmy’ y ‘Andrés K’, los cuales habrían regresado a la libertad en marzo de 2021 tras haber sido capturados en Dubái, durante 2017, por dedicarse al hurto de joyas.
El informe indica que ‘Jimmy’ y ‘Andrés K’, quienes están entre los 35 y 40 años, conocieron a Rahmat Asadi durante su paso por una cárcel en Dubái, pues el terrorista iraní, señalado de participar en el secuestro y asesinato del empresario iraní-británico Abbas Yazasanpanah Yazdi, en 2014, había sido capturado en Tailandia y extraditado a Dubái, lugar donde se hizo amigo de los colombianos.
Según el medio inglés Gulf News, una fuente en su momento reveló que las fuerzas de seguridad de los Emiratos Árabes Unidos estaban buscando a otros tres sospechosos iraníes por este asesinato.
Retomando la historia, “en la cárcel Asadi entrenó, orientó y designó tareas a ‘Jimmy’ y a ‘Andrés K’ para cuando estuvieran de regreso a Colombia”, sostiene el informe confidencial al que tuvo acceso El Tiempo.
Este presunto terrorista de Oriente Medio, en una situación judicial que no es clara, recuperó su libertad en 2020, a pesar de ser uno de los más buscados en el mundo, y mantuvo contacto con sus dos amigos colombianos, a quienes les pagaría 100.000 dólares, a través de plataformas digitales usando criptomonedas “para no dejar ningún registro o evidencia” de la tarea que tenían que realizar en Bogotá.
Sin embargo, todo cambió tras la alerta y posterior salida del país de las familias judías que estaban en riesgo, pues el plan de los colombianos ya no se podía realizar, por lo que el terrorista iraní empezó a presionarlos por el dinero pagado, pues se conoció que les habían dado un adelanto de 20.000 dólares.
Según el agente que habló con el diario bogotano, “‘Jimmy’ y ‘Andrés K’ trataron de pasar inadvertidos en Bogotá, pero los pudimos identificar porque se movilizaban en carros de alta gama, de fabricación alemana y japonesa, y porque tienen problemas de consumo de drogas y en algunas ocasiones se descuidaron y hablaron de más. Prácticamente estafaron a uno de los terroristas más buscados en el mundo, con las implicaciones que se pueden dar.”
De hecho, Asadi, según la investigación, les habría indicado a los dos sicarios colombianos que de salir bien el “golpe en Bogotá”, los contrataría para ejecutar acciones similares en Azerbaiyán, en Estados Unidos, Bulgaria y África, pues este terrorista trabaja bajo la sombra de la fuerza Quds, un grupo táctico de inteligencia y contrainteligencia que reúne los cuerpos élite de la Guardia Revolucionaria Islámica con sede en Irán.
Por el momento, las autoridades están trabajando en la ubicación de los dos colombianos, quienes se esfumaron tras las amenazas del terrorista iraní, o están a la esperan que acudan a ellos buscando blindarse de los alcances de este hombre.
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