Según el Reporte del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) Colombia, publicado en el 2020, la educación empresarial es el tercer factor que más obstaculiza la actividad empresarial en el país. Aunque se señala que los índices de educación empresarial en la educación superior son más altos que en la educación básica y secundaria, las universidades deben continuar fortaleciendo y consolidando las estrategias de formación en emprendimiento.
Al analizar las intenciones de emprendimiento, según el GEM, el 42% de los colombianos tiene la intención de iniciar su empresa en los próximos tres años, lo cual demuestra que se tiene una percepción favorable hacia el emprendimiento y que se considera factible la creación de empresa en Colombia.
Además de demostrarse una intención alta de emprendimiento, en el país la tasa de Actividad Empresarial Temprana (TEA) corresponde a un 22,3 %, ubicándonos en la sexta posición a nivel mundial. Aunque estas dos tasas son positivas, solamente el 4 % de la población llega a consolidarse como empresarios establecidos. Esta tasa se contrasta con el promedio de América Latina y el Caribe, que corresponde a un 8,5 % y nos ubica en el puesto 42 de 50 países que participan en el estudio del GEM.
En Colombia se crean aproximadamente 300,000 empresas al año. Sin embargo, según la ASEC (Asociación de Emprendedores en Colombia) solo el 55 % de los emprendimientos sobrevive al primer año, 41 % el segundo año y 31 % el tercero. Aunque muchas universidades han hecho grandes esfuerzos por aumentar el acompañamiento y formación de emprendedores, todavía queda mucho por hacer. De hecho, la ASEC desde el año 2017, hizo un llamado demostrando que el 56 % de los colombianos consideran que las universidades no brindan formación suficiente sobre el emprendimiento y creación de nuevos negocios.
Con base en esto, y analizando las evidentes necesidades de formación en emprendimiento, Sandra Chacón, decana de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, institución que recientemente lanzó el Pregrado de Emprendimiento, plantea que: “desde las universidades se deben continuar aumentando los esfuerzos para reducir el riesgo de fracaso de los emprendedores y generar programas de formación que permitan combinar el conocimiento con la práctica a través de diferentes espacios que contribuyan a la creación, consolidación y desarrollo de los emprendimientos”.
Por su parte, José Orlando Montes, experto e investigador en el área de emprendimiento, considera que: “a nivel global, los programas de emprendimiento se enfocan en el desarrollo de iniciativas independientes, pero también en la generación de habilidades para liderar y generar nuevos modelos de negocio en compañías existentes. Como ejemplo tenemos Princeton University, Stanford, University of Washington, Babson, entre muchas otras universidades que han desarrollado programas de formación en este ámbito”.
Estamos llamados a innovar en la formación para el emprendimiento respondiendo a las necesidades actuales de los emprendedores. La educación en emprendimiento debe trascender del salón de clase y permitir que los emprendedores vivan, experimenten y aprendan con proyectos y prácticas reales desde su primer contacto en la universidad.