Rifando una freidora de aire, colombiano busca recursos para continuar sus estudios en Alemania

El ingeniero mecánico Marveryck Andrés Garzón, aceptado en la Universidad de Múnich, Alemania, espera conseguir los 10.332 euros que debe tener en una cuenta para poder tramitar la visa

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Imágenes originales tomadas de Facebook
Imágenes originales tomadas de Facebook

Las redes sociales han pasado de ser el ‘lugar’ para conectarse con amigos y personas de todas partes del mundo, a ser plataformas en las que los usuarios generan debate, realizan denuncias, trabajan y hasta piden ayuda. El alcance de una publicación de un joven colombiano rifando una freidora de aire se ha hecho viral en los últimos días.

Se trata de Marveryck Andrés Garzón, un ingeniero mecánico de la Universidad Nacional que recientemente fue aceptado en la Universidad de Múnich, Alemania, para continuar sus estudios; sin embargo, el joven no cuenta con el dinero necesario para la visa ni para iniciar su estadía en ese país, razón por la que está realizando la rifa de una freidora para recoger los fondos.

A través de sus redes sociales, Garzón solicitó ayuda a los demás usuarios con la compra de una boleta de $20.000 para participar en la rifa de la olla que es de 2.5 Litros. “Soy egresado de Ingeniería Mecánica de la Universidad Nacional y hace poco fui admitido al programa de maestría ‘Computational Mechanics’ en la Universidad Técnica de Múnich. Mi familia no cuenta con suficientes recursos y en el Icetex no me aprobaron un préstamo. Por ello estoy rifando una freidora de aire para poder reunir los recursos y pedir la visa de estudiante”.

El apoyo ha sido bastante positivo, puesto que la publicación ha sido compartida muchas veces por conocidos y desconocidos, así que en los comentarios todavía se evidencia a muchas personas que le piden sus datos y preguntan por las boletas que todavía tiene disponibles.

Cabe resaltar que, aunque la educación en Alemania no es costosa, la Embajada le exige contar con al menos 10.332 euros en una cuenta bloqueada en un banco en ese país, esto para demostrar que tiene el dinero suficiente para mantenerse en ese país mientras estudia.

En la publicación el joven adjuntó toda la información del sorteo, pero también la carta de admisión con fecha del 30 de junio, así como una foto de la graduación en la Universidad Nacional. La rifa juega el próximo sábado 23 de octubre con las tres últimas cifras de la Lotería de Boyacá.

Quiero dedicarme a la academia, sobre todo en la Universidad Nacional. Me gustaría ser profesor en toda la rama de programación, simulación de mecánica computacional. Por eso sé que hacer una maestría afuera me daría más oportunidades aquí en Colombia, al menos en el ámbito académico”, comentó el joven a la revista Semana.

Además de la rifa, la plataforma Dona por la Educación se ha unido a la causa del joven colombiano para ayudarlo a recoger los fondos para ir a estudiar en Alemania. “Está convencido, así como nosotros, ‘que la única manera de cerrar el ciclo de pobreza y problemas de las futuras generaciones es a través de la educación’”, publicó esta plataforma en sus redes sociales, así que las personas que quieran ayudar a Maveryck también pueden hacer su donación en esta página.

Por su buen desempeño académico durante su paso por la Universidad Nacional el joven de 26 años trabajó como tutor y monitor durante varios años. Se graduó de dicha institución en noviembre de 2019, y fue contratado en la Universidad Javeriana como investigador durante año y medio, pero en diciembre de 2020, en medio de la pandemia, quedó desempleado.

Sin embargo, su empleo no fue lo único que perdió a causa de la pandemia por el coronavirus. Maveryck, al igual que miles de colombianos, sufrió la pérdida de un ser querido a causa de esta enfermedad, su padre.

Mi papá tenía 44 años, pero se enfermó y en junio le hicieron la prueba covid-19 y salió positivo. No podía ni siquiera caminar, unos días tampoco tenía fuerzas para hablar. El 27 de junio a las 5:00 de la tarde se desmayó junto a mi hermana, llamaron una ambulancia que nunca llegó y unos vecinos que saben del tema trataron de reanimarlo, pero de nada sirvió. Cuatro días después llegó la carta de aceptación de la Universidad de Múnich. Debo confesar que ese día lloré más de tristeza que de alegría, mi papá ya no estaba para darle la noticia”, contó al medio semanal.

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