El bicicrosita Carlos Alberto Ramírez nació un 12 de marzo de 1994 en Envigado, pero dice sentirse orgulloso de representar a los bogotanos en los diferentes campeonatos internacionales en los que ha tenido la oportunidad de participar. Sin embargo, por este motivo es blanco de críticas pues constantemente recibe comentarios porque muchos consideran que no está bien visto que un paisa figure por la capital del país.
En entrevista con ‘Lo Sé Todo’, programa de entretenimiento de Canal 1, habló de ese largo camino que ha tenido que recorrer.
“Comentarios van a haber, siempre los van a hacer, sé que probablemente van a haber peticiones que van a llegar a la Alcaldía o al IDRD, lo que sea, pero creo que es un homenaje que ellos me están haciendo que para mí es un orgullo y tengo una gratitud muy grande con las diferentes instituciones por creer en mis sueños desde pequeño”.
Agregó además, que fue Bogotá la ciudad que le abrió las puertas para llegar a ser el competidor que es hoy en día y llegar a ser un profesional del bicicross.
“Creo que esta es la ciudad de todo el mundo, es la capital y es la que les abre las puertas a todos los colombianos porque yo creo que en esta ciudad hay personas de todas partes”, mencionó el deportista.
Pero, qué siente Carlos Ramírez cada vez que ve su nombre plasmado en una pista del deporte que practica y con el que le ha dado orgullo tanto a paisas como a bogotanos, esto fue lo que dijo para ‘Lo Sé Todo’: “Tuve el sueño algún día de que una pista llevara mi nombre y con el poder de influenciar a niños que sueñen en grande”.
Con respecto a la competencia, Ramírez mencionó que momentos previos a iniciar una carrera le pide mucho a Dios y se echa la bendición, “luego digo ‘primero a la curva, primero a la meta’, yo sabía que no llegaría de primero a esa primera curva, pero yo decía ‘salgo ahí en el cocado, hago algo en la primera curva y busco la medallero’, siempre digo que somos unos leones en una competencia y salimos a buscar estar adelante”, puntualizó.
Aunque no llegó en primer lugar y son muchas las críticas que ha recibido por ello, nadie le puede quitar la felicidad y el orgullo, porque compitió en unas condiciones de salud que pocos conocen, una rodilla afectada, una caída que le generó una crisis de ansiedad y dudas.
“La caída me generó momentos de dudas de saber si iba a poder competir en los Juegos Olímpicos, si me iba a poder poner la camiseta, el uniforme, el casco que habíamos diseñado para competir, no fue lo más fácil. El accidente me reventó la bursa de la rodilla derecha, no podía doblarla del todo, me tocó drenar la rodilla varias veces fuera de competencia, me tocó parar de entrenar casi tres semanas en el gimnasio, fueron muchas cosas que pasaron con las que no pude tener la preparación que hubiera querido”, señaló el medallista olímpico.
De manera que tuvo momentos muy difíciles en los que tuvo que ver a sus compañeros entrenando mientras él estaba en terapias, pero afirmó que las cosas pasan por algo y este año fue su recompensa con ese tercer lugar que sabe a oro.
“Es una cosa de locos tener dos medallas olímpicas y hay que seguir luchando para tener la tercera y pues después de los juegos me operé para sacar ese líquido que tenía en la rodilla”, finalizó.
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