Queda menos de un año para que Colombia tenga un nuevo presidente y muchas bancadas están en la carrera por elegir sus candidatos. El Partido Verde no es la excepción; de hecho, se encuentran en una ‘encrucijada’, porque mientras unos se quieren unir al Pacto Histórico, liderado por Gustavo Petro, otros se inclinan hacia la Coalición de la Esperanza, liderada por Sergio Fajardo.
En diálogo con Infobae Colombia, el representante a la Cámara Inti Asprilla habló sobre las fracturas que hay dentro de la colectividad, los casos de abuso policial antes, durante y después del paro nacional y la reforma propuesta por el Gobierno nacional, que arrancó con el cambio de uniformes.
Infobae Colombia: ¿Es suficiente la reforma a la Policía que el Gobierno nacional propone o es necesario hacer algo más profundo, teniendo en cuenta casos como el de Villa de Leyva, donde uniformados atacaron con taser a una persona?
Inti Asprilla (IA): Las posibilidades de una reforma estructural con una capacidad de generar resultados que sean verificables bajo el gobierno de Iván Duque son prácticamente nulas o inexistentes; esta reforma es exactamente lo mismo que el uniforme. La reforma que están proponiendo es el reflejo legislativo de lo que fue el cambio de uniforme, uno que no va a servir para mayor cosa, simplemente para dar contentillo a la opinión pública.
El cuento del uniforme es absolutamente escandaloso, básicamente es un detrimento patrimonial, la función principal de un cambio de uniforme tenía que ser facilitar al máximo la identificación para los ciudadanos y dificultar al máximo el ocultamiento de identidad por parte del personal policial; esas dos cosas no se cumplen y lo que se hizo fue un desperdicio de plata.
Ahora, pasamos a lo que ha dicho el Gobierno nacional y a lo que se está debatiendo en el Senado, sobre dos proyectos: uno, acerca de la manera en que se va a reclutar y otra sobre la reforma al código disciplinario y ahí hay que ser muy insistentes en lo siguiente: incluso el proyecto de ley mío traía unas reglamentaciones específicas de procedimientos policiales, el eje para que eso verdaderamente tenga incidencia en la reducción de los casos de abuso policial, es precisamente la reducción en las tasas de impunidad que hay dentro de los procesos disciplinarios, esa es la raíz de todo el problema, la impunidad.
Entonces, el proyecto de ley del Gobierno nacional desecha lo que traía nuestra propuesta, que era la creación del ‘Comisionado de Policía’, que a diferencia del inspector de Policía, era un civil abogado, externo a la Policía, y que tenía la función de hacer un acompañamiento a los procesos disciplinarios al interior de la institución para verificar, no solamente el respeto a los derechos de los ciudadanos, sino la celeridad con que eso se hacía. En cambio, lo que se hace en el proyecto del Gobierno nacional es reinventar la figura del inspector de policía pero sigue siendo un uniformado a la institución.
Ahora, no digo que el proyecto de ley del Gobierno no va a servir para nada, solo que mientras no haya un cambio sobre la manera en que se llevan a cabo los procesos disciplinarios, va a terminar siendo letra muerta.
¿Pero hay posibilidades de que su proyecto sea planteado nuevamente en un eventual cambio de gobierno en el 2022?
IA: Claro, eso sí. Esa tiene que ser la apuesta de quienes van a conformar el nuevo Congreso.
Se habla de que crímenes como los de Lucas Villa en Pereira y Esteban Mosquera en Popayán fueron sistemáticos o que hay una posible complicidad de diferentes actores, ¿Usted cree lo mismo? ¿Quién o quiénes estarían detrás de estos asesinatos?
IA: Sí, evidentemente hay un patrón que es innegable contra personas que tienen oposición al Gobierno nacional y terminan siendo asesinadas por sicarios que no se sabe quiénes son o por grupos paramilitares; ahí uno deduce que hay una alianza evidente. Miremos los casos de los líderes sociales, ellos denuncian al gobierno y terminan siendo asesinados días después, demostrando que hay una alianza natural y solapada, que es difícil de mostrar pero evidente, entre los asesinos de líderes sociales y el gobierno.
Ahora, el caso de Esteban Mosquera es exactamente igual; se trató de una persona que sufrió una mutilación de su ojo por parte de un agente del Esmad en medio de una protesta contra el Gobierno nacional y tiempo después fue asesinado por sicarios. Entonces como le digo, es difícil demostrar que sea una alianza deliberada, pero de todos modos sigue siendo evidente. Si primero protesta contra el gobierno, lo hiere la Policía y después lo asesinan sicarios, es claro que existe una alianza natural. Es como si existiera por parte del gobierno, Policía y sicarios, una animadversión hacia las victimas. Otro caso fue el del amigo de la periodista alemana que fue asesinado, también fue típico de un perfilamiento previo y hay una altísima probabilidad que haya sido efectuado por fuerzas del Estado.
IC: Hablando ya del Partido Verde, se nota que hay divisiones por la propuesta de la alcaldesa de Bogotá de crear un comando contra los delitos cometidos por venezolanos. ¿Estas fracturas podrían afectarlo de cara a las elecciones de 2022?
IA: Desafortunadamente Claudia López ha tenido una forma de administrar que francamente a todos quienes hemos compartido causa con ella, nos sorprende, y por supuesto nosotros estamos en completo desacuerdo. No he escuchado la primera voz de la bancada parlamentaria que defienda esa postura de la alcaldesa. Ahora, ni siquiera el mismo sector de ella la defiende y otros que hemos tenido diferencias anteriores con ella, obviamente criticamos la propuesta. No he escuchado la primera voz de apoyo a la propuesta, ni siquiera la de Fajardo.
Por otro lado, las divisiones con Claudia y Angélica Lozano vienen de tiempo atrás, es una mezcla de ambas cosas: tanto las actuaciones de ella en su alcaldía, que a muchos nos ha decepcionado, como la manera en que su esposa quiere manejar las cosas dentro del partido, en lo que tiene que ver con lo presidencial y el trato y las posiciones que deberíamos tener nosotros frente a la alcaldía. Estamos mirando la manera de tratar de solucionar esas divisiones pero, de todas maneras, hay diferencias ideológicas que son insalvables con ellas.
Ahora, lo que afecta al partido son las posiciones de ella -Angélica Lozano- y no el hecho de que uno exprese sus desacuerdos; el solo hecho de que ella tenga ese tipo de posiciones, debilita al partido.
¿Ve posible que haya un consenso entre los verdes y el Pacto Histórico de cara a las presidenciales?
IA: Lo primero que teníamos planeado era que se escogiera un candidato del Partido Verde, pero todavía no se ha definido como debe ser. Yo estoy jugado con la candidatura de Camilo Romero al interior del partido, pero también hay voces que se han planteado la posibilidad de llevar una parte del mismo al Pacto Histórico. Aquí existe la libertad para quienes quieran hacerle campaña a la Coalición de la Esperanza y quienes queramos una convergencia más amplia con los sectores alternativos y de izquierda, lo podamos hacer de esa manera. Y no hemos propuesto que todo el partido deba ir por ejemplo al Pacto Histórico, porque sabemos que hay diferencias insalvables, caso contrario de Angélica Lozano, quien sí nos quiere llevar obligados a la Coalición de la Esperanza.
Tenemos una división con la Coalición de la Esperanza por tres factores: primero, no aceptó los procesos del Verde, y le dio un portazo al partido diciendo que primero debíamos resolver qué hacer con Camilo Romero; en segundo lugar, todo lo que la coalición dijo sobre el paro nacional; y tercero, la no aceptación por parte de ellos de lo que fue la base del consenso para la última decisión, que era un compromiso de apoyar al candidato alternativo que pasara a segunda vuelta. Básicamente que si pasa un candidato alternativo o de izquierda, no se fueran a ver ballenas como sí ocurrió hace cuatro años.
¿Y no cree que esas diferencias entre los alternativos puedan beneficiar al uribismo?
IA: No necesariamente. Lo primero que tenemos que hacer nosotros es lograr un consenso al interior del partido, que sea respetado por los actores externos; también es posible que la Coalición de la Esperanza deje el veto a Camilo (Romero) y también acepte el pacto para segunda vuelta y no sea una coalición antizquierda como la estaban planteando anteriormente. De todas, maneras ya sabemos que el tiempo se está agotando y esperamos que en uno o dos meses esta situación esté resuelta y tengamos una hoja e ruta definida donde haya un respeto entre todos.
Ahora, yo creo que el uribismo va a jugar por partida doble: primero van a lanzar un candidato de ellos que le permitirá a sus votantes recalcitrantes tener a alguien por quién votar para la Presidencia, y por otro lado, van a camuflarse en sectores afines a ellos. Pueda que su candidato sea Oscar Iván Zuluaga, pero su apuesta verdadera se incline por los exalcaldes (Enrique Peñalosa, Alex Char y Federico Gutiérrez), ellos se van a mostrar como los de centro y los independientes, así lo van a vender pero ya muchos conocemos la realidad.
¿El hecho de que Gustavo Petro lidere las encuestas no los motiva a agilizar las convergencias internas y hagan una posterior coalición con el Pacto Histórico?
IA: Yo desde el comienzo he sostenido la posibilidad de una convergencia amplia, sin vetos, pero cada vez esa posibilidad se ve más lejana. Por eso se plantea que unos vayan a la Coalición de la Esperanza y otros al Pacto Histórico. La diferencia radica en que Angélica Lozano ve muy diferente el proyecto de Petro mientras que muchos al interior del Partido Verde no lo vemos tan diferente.
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