En el marco de la Feria del Libro que se realizó de manera virtual del 6 al 22 de agosto de este año, el exsacerdote Alberto Linero presentó su más reciente libro llamado ‘Amar es ganarlo todo, incluso si no te queda nada’, un ensayo escrito por el también periodista en el que abarca los diferentes tipos de amor desde su experiencia de vida.
En diálogo con Infobae Colombia, Linero habló sobre el amor de pareja que ha conocido y experimentado después de que dejó el prestiberado, la inspiración de su abuela para escribir y las razones -también llenas de amor- que lo hicieron dejar de ser sacerdote, pero no abandonar sus hábitos. Un libro dirigido “a todo aquel que tenga el cerebro y corazón, a todo el que esté dispuesto a amar y que no tenga complejos con los libros de bienestar”.
La influencia de Cleotilde
Cleotilde era la abuela de Alberto Linero, una mujer que falleció a los 52 años y que tuvo una vida difícil, pero basada en el amor por sus hijos y su fortaleza para no permitir que nadie le faltara al respeto. “El título del libro sale de la historia de mi abuela materna, una mujer del Caribe colombiano llamada Cleotilde. Ella sufrió mucho en la vida, tuvo muchas dificultades, fue una mujer valiente que se separó en 1950 y de ahí para allá la vida le fue muy difícil. No tenía nada, pero siempre me decía ‘Amar es ganarlo todo’ y me lo repetía una y otra vez. Y ahora que estaba escribiendo este texto del amor recordé esas expresiones de ella”.
El amor es el protagonista de este texto
Cuando se le pregunta al también periodista sobre la desición de escribir sobre el amor señala que “yo creo que del amor hemos escrito mucho desde la poesía, la música, la filosofía, desde la literatura. Pero infortunadamente seguimos sin saber amar, seguimos sin saber dejarnos amar y por eso me atrevo a proponer una reflexión; no tengo la pretensión de que esto resuelva el problema pero sí tengo la intención de proponer una voz más”.
Sabe que el amor es un término extenso y por eso resalta que en este ensayo habla de este desde “el amor propio, el amor que se expresa en el amor de pareja, el amor que me permite relacionarme con los otros en sociedad y el amor que se expresa en una relación trascendente”.
“El amor a Dios no es ni primero ni segundo. El amor a Dios sólo es posible si hay amor a mí mismo y a los otros. Decir que el amor a Dios es primero a mí me suena a que no entendimos bien el evangelio, porque el amor a Dios se expresa en la praxis de amor que vivimos a diario”.
¿Vivió muchos años limitándose a tener un amor de pareja?
Linero, como cualquier sacerdorte de la iglesia católica cumplió con el celibato, ¿fue esto una limitación en su vida? “Yo no sé si yo me limité a vivir este amor, porque yo no lo tenía y era por una opción personal. Yo había decidido no construir una relación de pareja y gracias a eso había ganado un montón de cosas. No sé si era un limitante, a veces creo que más bien era una posibilidad porque tenía posibilidades y oportunidades que ahora no tengo”.
Señaló que, aunque se ha establecido el amor de pareja como una única posibilidad, la unión con alguien también implica una pérdida de oportunidades y posibilidades que él había experimentado en solitario. Sin embargo, el amor romántico llegó a su vida tiempo después de que decidiera no ejercer más el presbiterado y reconoció que ha sido una experiencia única que vive con emoción.
“No imaginaba que me iba a cuadrar con alguien y construir una vida en pareja. Yo me imaginaba recorriendo el mundo y haciendo un montón de cosas en plan solitario, pero teniendo otro tipo de conexiones apareció una vieja del pasado y cuál Fermina Daza irrumpió en mi vida de nuevo y nada, aparece ese amor romántico como el que muchas veces había sospechado que era, el corazón empezó a vibrar más fuerte y nada y me tragué me enloquecí”, confesó.
Dejar el presbiterado también fue una decisión basada en el amor
“Yo un día tomé la decisión de no ejercer más, pero siempre he dejado claro que no renuncie al sacerdocio porque al Sacramento no se puede renunciar. Yo no he renunciado a mi fe porque sigo siendo católico apostólico y romano, no he renunciado a Jesús de Nazaret porque lo sigo amando y sigo sintiendo su afirmación en mi vida, pero un día no me sentí en el relato que nos define oficialmente, no me sentí en algunas prácticas que nos caracterizan y sentí que había necesidad de renovar algunas opciones en mi vida y lo hice sin pensar que iba a tener pareja”
Cuando Alberto Linero empezó a cuestionarse la decisión de dejar de ejercer como sacerdote lo hizo porque “no podía ser doble ante Dios, porque si yo no me muero de pasión por esto y yo no puedo vivir bajo estos valores y bajo este relato entonces yo me tengo que ir, y lo más bacano es que mi Dios me sigue amando y me lo ha demostrado diariamente. También por amor a la gente, porque la gente merece presbíteros honestos, coherentes y sanos y cuando uno tiene dudas y no cree en las dinámicas y en algunas disciplinas ya no es ni honesto ni coherente”.
Y cuando se le cuestiona por esas incoherencias que lo hicieron tomar un camino distinto, el exsacerdote deja en evidencia el malestar que dentro de sí le causan las denuncias de abusos a menores cometidas por algunos religiosos. “¿Te parece poco la pedofilia? eso es una tragedia, no sólo es un crimen sino una tragedia. Yo sé que algunos adultos son pedófilos, pero si hay alguien que no puede ser pedófilo, por todo lo que dice y por todo lo que predica, es un presbítero o un obispo o un diácono, eso a mí me escandaliza y eso que yo soy un pecador y no soy juez de nadie. Y si a eso le encuentro que hubo gente que encubrió o que tapó la vaina eso me da ira”.
Ha pedido perdón por sus conductas machistas y homofóbicas
Alberto Linero dejó el hábito eclesiástico, pero su fe y su interés por las lecturas bíblicas se mantuvo fiel. Sin embargo, al abordar estos textos desde una perspectiva diferente y con un análisis de los textos originales, se percató de que a lo largo de su vida había sido machista y homofóbico, razón por la que se ha disculpado en varias ocasiones.
“Infortunadamente yo tengo una formación que tiene unos énfasis patriarcales y que tiene unos énfasis homofóbicos dañinos. Ya en el último tiempo del presbiterado, cuando empiezo a leer la palabra y me encuentro a un Jesús de Nazaret siendo capaz de aceptar a todo el mundo, eso comenzó a decirme ‘Alberto, esto no está bien’ y me di cuenta de lo discriminadores que somos en la religión y cómo le hemos hecho daño a la gente leyendo mal los textos bíblicos (...) me doy cuenta que es una locura, que es pura ignorancia lo que nos ha hecho dañar a los otros y hoy me arrepiento de eso. Yo pido perdón por eso y si alguien a quien yo haya ofendido con mis actitudes homofóbicas o machistas me está leyendo yo le pido perdón sinceramente”.
Lo que opina Alberto Linero sobre algunas creencias populares del amor, el poliamor, el celibato y la participación de las mujeres en la iglesia
¿El amor aguanta todo?: “No, el amor de pareja no aguanta todo ¿Quién dijo esa vaina? El amor tiene límites, el amor de pareja y el amor de nosotros los humanos tienen límites, porque nosotros los humanos no podemos aguantarlo todo”.
Los cachos no se perdonan: “Depende, en esto yo no hablo en términos absolutos porque depende de las infidelidades. Yo creo que a veces se pueden perdonar y seguir adelante; a veces se perdonan y te digo ‘adiós, te perdono pero no te quiero más’ y a veces simplemente ni te perdono ni me reconcilio contigo. No nos impongamos reglas de que todo tiene que ser de una manera”.
¿Es la monogamía lo correcto y lo establecido?: “No me atrevo a juzgar a otras culturas, no me atrevo a juzgar a los demás. Respeto el poliamor, pero no creo que yo lo pueda practicar, si el que me está leyendo tiene una experiencia de poliamor nacida en la verdad en el respeto y la reciprocidad yo no tengo líos cada uno hace de su vida lo que quiera”.
¿Se debe mantener el celibato dentro de la iglesia?: “Yo creo en el celibato pero no creo que haya una identificación entre la vocación presbiteral y la vocación celibataria. Hay gente que puede ser célibe sin ser presbítera y hay presbíteros que pueden serlo sin ser célibes, creo que el error ha estado en juntar esas cosas”.
¿Y la participación de las mujeres dentro de la iglesia?: “Yo construyo todo dentro desde la equidad, creo que hemos entendido mal el feminismo y algunos con mucha ignorancia lo ponen el mismo nivel machismo. Espero que pronto haya mujeres presbíteras y espero no morirme sin que haya una obispa en la iglesia católica”.
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