La ONG Médicos Sin Fronteras alertó el martes que la población del triángulo de Telembí, en el suroccidente de Colombia, vive una de sus peores crisis humanitarias en los últimos 20 años, debido al recrudecimiento de la violencia y de los combates entre los distintos grupos armados que se disputan ese territorio, como son los grupos de las disidencias de la extinta guerrilla de las Farc, el Eln y el Clan del Golfo.
Se trata de la zona que conforman los municipios de Barbacoas, Magüi Payán, Roberto Payán y Tumaco, ubicados próximos a la frontera con Ecuador y donde la organización humanitaria estima que han sido desplazadas 21.106 personas en el primer semestre del año y otras 6.000 han tenido que confinarse.
Estas cifras suponen, apunta Médicos Sin Fronteras, que casi un cuarto de la población viva desplazada de sus hogares y que cientos de familias de veredas aledañas se hayan tenido que instalar en las cabeceras municipales por culpa de la violencia.
“Hoy vemos hacinamiento, así como condiciones precarias de vida: en muchos no hay acceso al agua, así como tampoco a comida ni medicamentos”, aseguró Luis Ángel Argote, coordinador de Médicos Sin Fronteras en el departamento de Nariño.
En muchos casos, hay mujeres embarazadas o pacientes con enfermedades crónicas que no pueden ir al hospital a sus chequeos habituales o niños que se ven privados de las vacunas básicas.
Escenario de riesgo
La población de esta zona se ve expuesta a la inseguridad, las amenazas de los grupos armados que tiene presencia allí y el aumento de minas antipersonales que ponen en peligro su movilidad.
La Defensoría del Pueblo lanzó el mes pasado una alerta temprana de inminencia por el escenario de riesgo ante desplazamiento forzado y atentados contra la vida que había en el territorio, y que podían suponer, en el muy corto plazo, el agravamiento de la situación humanitaria existente.
Este escenario de riesgo se deriva de los combates que se produjeron entre el 12 y 13 de julio entre el Ejército y facciones disidentes de la extinta guerrilla de las Farc que se produjeron cuando la fuerza pública intentó que los desplazaron volvieran a sus veredas; y también por las amenazas que sufrieron en junio y julio varios líderes y autoridades por parte de grupos armados y varios asesinatos de personalidades relevantes de la zona.
En esta zona tienen presencia varias disidencias de las Farc, sobre todo la Columna Móvil Franco Benavides o Frente 30, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (Eln) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país.
Situación Grave
Estos choques y amenazas han creado una grave barrera de acceso de la población a servicios básicos, incluido el agua potable, y que las familias tengan que usar el agua del río para su uso cotidiano, lo que puede aumentar los casos ya presentes de diarreas, cólera o malaria y dengue.
“Además, con la llegada de nuevas familias, los albergues se han quedado sin espacio, lo cual ha generado una situación preocupante de hacinamiento”, añadió Argote, citado en un comunicado de la organización.
Un líder social de la localidad de Roberto Payán aseguró que tienen miedo de volver a sus veredas, por la venganza que puedan sufrir por parte de los grupos armados y porque siguen sin mejorar en la seguridad.
Con información de EFE.
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