Autoridades colombianas confirmaron, en la tarde de este martes 25 de agosto, la captura de Juan Pablo Daza Urbina, también conocido como alias el Esmeraldero, quien sería uno de los principales narcotraficantes del país. En la operación, que dejó otras ocho aprehensiones, participaron la Fiscalía General y hasta miembros del FBI de Estados Unidos.
La noticia la confirmó el ministro de Defensa, Diego Molano Aponte, quien explicó a través de Twitter que, “capturamos a ‘Juan Pablo, el esmeraldero’ y 8 integrantes de su organización criminal, dedicados al tráfico de cocaína hacia EE.UU, que operaban en Guateque, Boyacá. Con estas capturas la banda llega a su fin”.
Su reporte fue confirmado por el general Fernando Murillo Orrego, director de la Policía Judicial (Dijín), quien relató para medios que Daza Urbina había comprado una mina de esmeraldas en dicho municipio, que además es su lugar de nacimiento. La misma le servía para camuflar su operación ilegal.
Sus actividades se centraban en “el almacenamiento, transporte y comercialización para organizaciones transnacionales de narcotraficantes especialmente con destino hacia los Estados Unidos”, agregó el oficial. De acuerdo con ese testimonio, la cocaína salía desde la mina hacia La Guajira en vehículos con compartimentos de doble fondo, y desde allí hacia ese país norteamericano y a Centroamérica, abordo de embarcaciones conocidas como ‘lanchas voladoras’.
El general Murillo confirmó, además, que los operativos para dar con su captura iniciaron hace seis meses. Gracias a esto, pudieron identificar a el Esmeraldero viajando a Bogotá para reunirse con dueños y trabajadores de casas de cambio en el centro de la ciudad. De allí se movilizó hasta Cúcuta para otro encuentro, esta vez con narcotraficantes mexicanos, con el objetivo de enviar un cargamento de droga hacia ese país, desde Venezuela.
Fue allí, en esa ciudad fronteriza, donde las autoridades pudieron finalmente dar con la captura de Daza, quien se encontraba empleando en ese momento una cédula venezolana falsa que le permitía evadir a la policía en casos de retenes, por ejemplo. El resto de capturas se registraron en San Luis de Gaceno y Guateque (Boyacá), Aguachica (Cesar), Guamal (Meta) y en Soacha y Cáqueza (Cundinamarca).
“A partir de esta operación, y de la incautación de nueve cargamentos que estaban llevando hacia el norte del país, también se le determina una medida de extinción de dominio”, señaló el uniformado. En esta última labor se incluyen por lo menos 21 muebles e inmuebles pertenecientes a la estructura delincuencial, avaluados en por lo menos $10.000 millones.
Entre esas propiedades se contarían “camionetas con blindaje para su protección; de igual manera, tenía para su defensa varias armas de fuego de corto y largo alcance, con las cuales alardeaba en fotografías”. Igualmente, se habla de un lujoso hotel, casas, fincas y lotes de grandes extensiones.
Con todo, agregó el uniformado, a los nueve capturados se les imputó con los cargos de concierto para delinquir con fines de tráfico y fabricación o porte de estupefacientes. Por los mismos, un juez de control de garantías ya les profirió medida de aseguramiento en centros penitenciarios.
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