En el 2007 se anunció la venta de unos apartamentos que, en ese entonces, serían los más costosos de Bogotá. La construcción en el barrio Los Rosales fue un éxito debido a que todas las unidades se vendieron rápidamente. En ese momento cada inmueble de Peñas Blancas, como se llamó el proyecto, podría costar unos 1.500 millones de pesos y se les entregaron a sus propietarios dos años después.
Sin embargo, el edificio que cuenta con 66 apartamentos diseñados por la constructora Escalar y que se entregaron hace más de diez años, hoy presenta un gran inconveniente que ha afectado a sus propietarios. La fachada que fue hecha en piedra, con unos detalles muy precisos para dar ese color blanco que la caracteriza y la hizo una de las piezas arquitectónicas de mayor valorización en Bogotá, se esta derrumbando y ha creado problemas en las zonas comunes.
De acuerdo con algunos testimonios recopilados por Revista Semana, el inconveniente comenzó a ser evidente en el 2015, pero como los propietarios confiaban en la constructora que, además, es una de las de mayor prestigio en el país, decidieron partir por el dialogo entre las partes buscando un acuerdo que les garantizará poder arreglar el problema. Pese a los esfuerzos la constructora señaló que como había pasado más de un año de la construcción esta remodelación no les correspondía a ellos.
“La garantía por acabados en la fachada es de un año luego de hacer el traspaso oficial a los copropietarios del edificio. La constructora hizo entrega de un manual de mantenimiento con recomendaciones para mantener la piedra instalada”, comentó Juan Manuel González, abogado de la constructora y agregó que los propietarios no siguieron las instrucciones y no cuidaron como era debido el material.
Pero del otro lado, el representante legal de algunos de los propietarios, que es el abogado Pablo Felipe Robledo, comentó que esta falla se debe a la “mala construcción”.
Debido a la disputa, en primera instancia, la Superintendencia de Industria y Comercio se pronunció y anotó que “la fachada no era un elemento estructural, sino de los acabados”, por lo que desestimó las pretensiones de los dueños. En un segundo momento, el Tribunal de Bogotá ratificó el concepto y definió que, al haber pasado diez años, el tiempo de las reclamaciones ya había vencido.
En este sentido, Robledo reconoce los pronunciamientos de las autoridades, pero argumenta que las reclamaciones van más allá pues sus clientes buscan una protección como consumidores porque pagaron precios altísimos por un bien cuya fachada se está resquebrajando.
El abogado, incluso, sostiene que podría haber incurrido en un posible engaño al entregar un producto defectuoso y sin calidad. “La acción no se inició antes porque se pensó que se estaban haciendo negocios con gente seria”, reiteró el abogado de los demandantes.
Además, el abogado de los dueños de los apartamentos afirmó que un informe de la Sociedad Colombiana de Ingenieros confirmó su teoría, pues concluyó que “hay fallas en las losas de la fachada que no necesariamente obedecen al paso del tiempo y a la falta de mantenimiento”.
La respuesta de la constructora y su abogado es que no se puede tener en cuenta el informe académico, ya que se elaboró 11 años después de la entrega de los apartamentos, y, si hay “fallas en la fachada”, es por “culpa de los propietarios”.
Pero la situación no se quedo ahí pues al pleito se sumó un tercer abogado, el reconocido Jaime Lombana, quien es el apoderado de otros propietarios que sostienen que Pablo Felipe Robledo habría hecho las cosas mal, pues estaría afectando la valorización de los apartamentos y estaría envuelto en un conflicto de intereses debido a que se desempeñó como Superintendente de Industria y Comercio en el pasado.
Por ahora en este proceso, parece ser que la mejor solución es que los dueños recolecten dinero para poder solucionar el problema, que les costaría unos 10.000 millones de pesos. Sin embargo, el pleito jurídico continua en los juzgados.
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