El paro nacional y las movilizaciones sociales relacionadas siguen siendo el tema central de las organizaciones de derechos humanos que tienen el foco sobre Colombia por la cantidad de casos de represión reportados. Este 19 de agosto, la ONG Amnistía Internacional volvió a referirse al tema en un panel, en el que más allá de analizar la situación, “pretende ser un llamamiento para desescalar la violencia en el país”.
En el conversatorio “Colombia: desafíos para superar la violencia, represión y desigualdad social” participaron cuatro activistas de Colombia y Argentina: Rafael Gentili, presidente de Amnistía Internacional Argentina; Fernanda Doz Costa, directora adjunta para las Américas de Amnistía Internacional; Erlendy Cuero, vicepresidenta de Afrodes; y Alejandro Lanz, director ejecutivo de Temblores. Además, fue moderado por Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
Lo primero sobre lo que se llamó la atención es que las movilizaciones sociales en el país iniciaron el 28 de abril de este año, es decir, que han pasado un poco más de cuatro meses y no hay pronunciamientos oficiales contundentes por parte de las autoridades condenando los abusos de la fuerza pública.
Las protestas en Colombia han sido un hito. A casi cuatro meses, aún hay impunidad y muchas víctimas siguen reclamando justicia. Esta charla, además, es un pedido para poner a los derechos humanos en el centro de la agenda. Hacemos un llamado al compromiso por la paz, afirmó Gentili.
La situación es preocupante porque según Temblores ONG, solo del 28 de abril al 26 de junio, ocurrieron al menos 4687 casos de violencia perpetrados por la Policía Nacional, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) y el Ejército Nacional. Esto, sin contar los casos de desapariciones.
El director de Temblores señaló que un error es que tanto el Gobierno como las instituciones del Estado traten las movilizaciones como expresiones del conflicto armado interno del país y no como manifestaciones del descontento social. En este sentido, se han omitido razones importantes que terminan profundizando la crisis.
En Colombia ha sido una constante que, a la protesta social, se le dé un tratamiento de guerra. A través de uno de nuestros informes hemos documentado 34 homicidios. En Colombia el problema de la violencia policial se ha profundizado, por eso también llevamos adelante litigios, incidencia y comunicación. Trabajamos en generar agentes de cambio para la transformación social, dijo Lanz.
En este punto se unió la directora adjunta para las Américas de Amnistía Internacional a la conversación y señaló que la mayoría de situaciones violentas se presentaron en Cali. En su análisis, atribuyó el hecho a que en la ciudad vive un gran porcentaje de afrodescendientes y hay un estigma sobre esta población.
El 70 por ciento de las denuncias por represión ocurrieron en Cali. Es la segunda ciudad negra de Latinoamérica, entonces no es casualidad que haya sido el epicentro de la represión. Hubo represión violenta, lesiones oculares, lesiones que están destinadas a dar una lección a quienes están protestando”, sostuvo Doz Costas.
Esto fue sustentado por la vicepresidenta de Afrodes, quien dijo que hay una discriminación sistemática y señaló que los jóvenes y las mujeres fueron quienes más sufrieron en medio del paro.
“En general se habla de Cali como una ciudad bonita, pero nadie habla de la Cali deprimente, donde no hay oportunidades. Aquí hay un tema de discriminación racial y sistemática hacia el pueblo afro. Solo por tener la piel oscura se me hace delincuente. Especialmente también se discrimina a las y los jóvenes. Las fuerzas creen que el cuerpo de las mujeres negras puede ser el campo para hacer lo que se les den la gana. Además, hay una cifra de muertes de nuestros jóvenes, que son nuestra esperanza, demasiado alta”, dijo Cuero.
Acerca de la violencia basada en genero, Doz Costa afirmó que, “se usó la violencia sexual para callar a las mujeres que estaban protestando”. Además, señaló que se hizo con un enfoque misógino del tipo ‘no tolero la protesta, pero menos las de mujeres’.
Los activistas concordaron en que continuarán con el seguimiento a la situación para buscar justicia para las víctimas.
“Como organización nos interesa solidarizarnos con nuestros colegas del mundo y poner en la agenda de Argentina temas regionales, por eso realizamos este conversatorio sobre Colombia”, dijo la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina.
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