El relleno sanitario ‘El Carrasco’, uno de los más importantes de Santander, tuvo que cerrar hace tres días y esto ha derivado en una crisis de salubridad en el departamento. Este domingo, 15 de agosto, la Defensoría del Pueblo llamó la atención por este hecho y pidió a las autoridades locales y nacionales que den soluciones para que los residuos puedan llegar a un nuevo punto que no represente riesgo para las personas.
“Exhortamos a las alcaldías municipales, a la Gobernación de Santander, autoridades ambientales regionales, y a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), para que de forma conjunta y articulada definan una solución oportuna y factible para atender la emergencia que atraviesan los 16 municipios que venían disponiendo residuos en el relleno sanitario El Carrasco”, dijo Carlos Camargo, defensor del Pueblo.
La situación es preocupante porque a ‘El Carrasco’ llegaban a diario más de 1.000 toneladas de basura y ahora no se sabe qué hacer con ella. Se indicó que los deshechos vienen de Bucaramanga, la capital santandereana, y otros 15 municipios: Betulia, California, Charta, El Playón, Floridablanca, Girón, Lebrija, Los Santos, Matanza, Piedecuesta, Rionegro, Santa Bárbara, Suratá, Tona y Zapatoca.
CONTEXTO: Cerraron el relleno sanitario El Carrasco de Bucaramanga
Mientras la Gobernación y las alcaldías llegan a una solución permanente, la Defensoría le pidió a las empresas prestadoras del servicio público de aseo en el departamento que activen los planes de contingencia. Las esperanzas están puestas en que estos van a permitir recolectar todos los residuos y llevarlos hasta lugares autorizados por las autoridades ambientales para que los ciudadanos tengan ambientes sanos.
En este sentido, Camargo sugirió que se tengan en cuenta los trayectos, horarios y cantidad de desechos producidos en cada municipio para poder evitar que se acumulen las basuras en las calles.
“En los casos que los nuevos sitios de disposición final se encuentren en un trayecto distante de los municipios, es preciso que se evalúen los horarios y rutas de recolección a fin de prever retrasos en el servicio de recolección y en consecuencia evitar la acumulación de residuos sólidos en calles y sitios de acopio que puedan generar condiciones insalubres para la comunidad”, dijo el defensor.
El problema es que los planes de contingencia solo funcionarán durante un tiempo y una solución permanente, según el alcalde de Bucaramanga, Juan Carlos Cárdenas, podría implementarse en tres años. Además, el cierre podría costarle a los municipios más de 50.000 millones de pesos al año, pues tendrían que llevar las basuras hasta otros departamentos.
“Para llegar a la solución definitiva vamos a requerir de 3 años y eso en términos económicos, cualquier lugar sea Aguachica, Cúcuta o Medellín, hablamos que a los santandereanos nos va a costar 150 mil millones esos tres años que serán de los bolsillos de los santandereanos”, explicó el mandatario a la emisora.
Asimismo, evidenciando su preocupación, Cárdenas indicó que no solo el problema será el sobrecosto que implica el transporte de las basuras, sino que también no se cuenta con los vehículos necesarios para el traslado de esos desechos.
“Podemos decir que es Aguachica pero no hay la flota, no hay el transporte suficiente para poder llevar las mil toneladas de desechos que hoy se recogen en los 16 municipios del departamento”, sostuvo el mandatario de los bumangueses.
<b>¿Por qué ordenaron el cierre de ‘El Carrasco‘?</b>
Este relleno sanitario empezó a funcionar en 1978 a cielo abierto, sin ningún tipo de tecnificación en el manejo de las basuras. Años después, alrededor de éste se empezaron a construir urbanizaciones, lo que hoy se conoce como barrio El Porvenir, habitantes del sector quienes compraron sus viviendas en esta zona no se percataron de las repercusiones del relleno e indicaron que también los habrían engañado, por lo que con el tiempo empezaron a padecer diferentes problemáticas de salud y ambientales debido a que están a menos de 500 metros del botadero.
Ante las afectaciones a esta población, en 1990 se empezó hacer el manejo de las basuras de tal manera que se mitigara los efectos sobre la salud de los residentes, sin embargo, en el 2002 ellos interpusieron una acción popular ante el Juzgado Cuarto Administrativo, instancia judicial que negó en primera instancia negó las pretensiones de los vecinos que alegaban el cierre del basurero era necesario.
Ante el fallo, la comunidad apeló y el proceso fue remitido al Tribunal Administrativo de Santander, que en el 2009 ordenó el cierre del basurero y en el 2011, en un fallo de segunda instancia, corroboró la decisión y fijó el 30 de septiembre de ese año como la fecha de cierre de El Carrasco.
Tras varios años de lucha por mantenerlo en servicio y luchar con prórrogas, el final del botadero debe ser una realidad, y aunque actualmente se habla de la solución del relleno sanitario en Aguachica, en el Cesar, las autoridades tendrán que definir si acatan o no la orden del juez.
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