La administradora de un gimnasio en Ibagué (Tolima) estaría a punto de enfrentar un juicio tras ser acusada de racismo al interior del centro deportivo en el Centro Comercial Acqua. La Fiscalía General de la Nación hará traslado del escrito de acusación por el delito de actos de discriminación, los cuales ocurrieron en abril de 2018.
Según el denunciante, los tratos discriminatorios se dieron en varias ocasiones y recordó que en uno de ellos se encontraba realizando sus ejercicios con un grupo de personas cuando la administradora se le acercó en una actitud despectiva y le advirtió que no podía entrenar con nadie, y que se le iba a iniciar un proceso por faltar al reglamento.
El hombre indicó que cada vez era más evidente el trato discriminatorio ya que no lo dejaban si quiera compartir o integrarse con otros usuarios del centro deportivo porque esto “infringía una supuesta norma del reglamento” que en realidad solo se le estaba aplicando a él, denunció la Fiscalía.
Se tiene documentado que en varias ocasiones, y frente a los demás compañeros, recibió comentarios de índole racista, tales como “ey negro usted no puede…” en un tono hostil y despreciativo, situación que lo llevó a buscar otros horarios para evitar cualquier contacto con ella. Pero en julio la mujer le informó por medio de una carta que estaba prohibido asesorarlo deportivamente de manera personalizada así pagara por el servicio y le suspendieron el plan de manera inmediata.
Por esta razón la víctima solicitó por medio de derecho de petición que se expidiera la copia magnética de los videos de las cámaras de seguridad y de la relación detallada de las personas que la administradora decía que había entrenado y todo el material probatorio que tuviera en su contra.
Días después le respondieron reiterándole la causal consignada en el contrato de prestación de servicios, donde le decían que el afiliado no podía comercializar ningún tipo de producto o servicio con otros afiliados o empleados. Información que no concordaba con lo que le habían comunicado el 4 de julio. Negándole, además, la entrega de los videos con el argumento de que la cámara no tenía espacio para almacenar.
Esta acción fue considerada por la Fiscalía como una forma de encubrir “la persecución racial de la que venía siendo objeto en forma sistemática por parte de la señalada, quien lo vetó, al parecer, por su color de piel”. Por esto la próxima audiencia que se adelante contra la mujer será la preparatoria para llevarla a juicio.
Racismo en Barranquilla
Otro hecho de discriminación se presentó en un almacén de venta de telas en la carrera 52, entre calles 72 y 74, en el norte de Barranquilla. Marbel Romero Licona, una mujer afro y lideresa de comunidades, se encontraba comprando telas en uno de los locales del sector, pero como vio que las que necesitaba no estaban disponibles decidió pedirle al empleado que le diera una muestra para mostrársela al cliente a ver si le aprobaban la compra de las mismas.
El empleado de la tienda le respondió que si deseaba una muestra debía pagarla en $50.000, a lo que ella argumentó que era solo una muestra, el joven le aseguró que debía comprarla, por lo que ella preguntó si había cambiado la administración del lugar, “no quise discutir con él y me retiré”, comentó al medio de comunicación Zona Cero en donde hizo la denuncia.
“En el momento en que yo me retiro él dice: ¿A dónde va a tener esa negra plata para comprar telas... Eso fue todo, yo me retiré obviamente, dolida, herida porque yo creo que no tengo un capuchón y después me lo voy a quitar y después van a decir que soy una mujer negra. Además, mi atuendo dice que soy una mujer orgullosamente afro”, comentó la mujer al medio de comunicación.
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