El turismo cultural es una manera de viajar que cada vez más llama la atención de los colombianos. Mediante esta actividad se logran articular procesos de identificación, valoración, competitividad, sostenibilidad y difusión del patrimonio cultural, para con ello motivar al viajero a aprender, descubrir y vivir experiencias culturales en un destino turístico.
Mediante este tipo de turismo, los viajeros pueden descubrir las características materiales, intelectuales, espirituales y emocionales que distinguen a una sociedad, abarcando las artes y la arquitectura, el patrimonio histórico y cultural, el patrimonio culinario, la literatura, la música, las industrias creativas y las culturas vivas con sus estilos de vida, sus creencias y sus tradiciones.
En Colombia, un reciente estudio del agendador de viajes Booking.com indicó que el interés de los colombianos en el turismo cultural empieza a crecer con fuerza, ya que cuatro de cada diez (44 %) viajeros colombianos encuestados por la plataforma, señaló que haría un tour cultural o histórico en sus próximas vacaciones.
Pensando en ello, en Infobae Colombia recogimos seis destinos culturales imperdibles en Colombia:
Mompox, Bolívar
El crecimiento urbano de Mompox, ubicado en el departamento de Bolívar, fue siempre limitado y organizado por el río Magdalena (no alrededor de una plaza principal como la mayoría de las poblaciones españolas).
Después de que el cauce del río Magdalena se desviara, a mediados del siglo XIX, Mompox quedó sin posibilidad de navegación. Ese aislamiento facilitó que sus inmuebles y centro histórico se hayan conservado excepcionalmente, una de las razones para incluirlo en la Lista de Patrimonio Mundial en 1995.
Paisaje Cultural Cafetero
Incluido en la Lista del Patrimonio Mundial en junio de 2011, el Paisaje Cultural Cafetero, según MinCultura, “constituye un ejemplo sobresaliente de adaptación humana a condiciones geográficas difíciles sobre las que se desarrolló una caficultura de ladera y montaña”.
El corredor turístico del Paisaje Cultural Cafetero es relativamente pequeño, pues tiene una extensión de 17.630 kilómetros cuadrados, y está conformado por los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda, y algunos municipios del Valle de Cauca, sin embargo, se ha convertido en el referente por excelencia de la producción cafetera del país.
Guaduas, Cundinamarca
Guaduas es un municipio perteneciente a la red de Pueblos Patrimonio de Colombia. Está a tres horas de Bogotá y es reconocido por sus hermosas calles empedradas, sus casas de bareque y tejas de barro. Además, tiene un importante valor histórico ya que allí nació la líder revolucionaria, Policarpa Salavarrieta, “La Pola”.
Cali, Valle del Cauca
Cali, capital del Valle del Cauca es una ciudad llena de ritmos y cultura. Además de su agradable clima y el calor de su gente, en esta ciudad se puede disfrutar de su diversa gastronomía y planes de turismo cultural, entre los que el portal turístico Colombia Travel sugiere:
-Asistir al Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez y bailar al son de las marimbas y los cantos.
-Visitar el Museo La Tertulia y admirar las obras de arte de sus diferentes espacios.
-Conocer la Hacienda El Paraíso y descubrir la historia detrás de la obra “María” de Jorge Isaacs.
San Agustín, Huila
En 1995 fue incluido la Lista de Patrimonio Mundial, comprendiendo dos parque nacionales: San Agustín y Alto de los Ídolos. En el primero se encuentra el que es considerado como el mayor conjunto de monumentos religiosos y esculturas megalíticas en América del Sur.
Es una tierra ancestral ubicada en el Huila reconocida por su Museo Arqueológico, donde exhiben vestigios de herramientas de piedra, urnas funerarias y objetos de orfebrería, relacionados con las distintas sociedades que habitaron la región.
San Basilio de Palenque, Bolívar
Está ubicado a 45 minutos de Cartagena en el corregimiento Mahates, y su espacio cultural fue declarado por la UNESCO en el año 2005 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. Allí se preservan prácticas sociales, médicas y religiosas, pero también tradiciones musicales y orales, que en ocasiones conservan raíces africanas, heredadas desde el siglo XVII, cuando los esclavos traídos al territorio colombiano buscaron refugio en la región huyendo del régimen esclavista de la colonia.
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