El empresario David Vélez, dueño del banco virtual Nubank anunció que se unión a la iniciativa The Giving Place con la que pretende donar parte de su fortuna a causas sociales destinadas a la población vulnerable de Latinoamérica, esto en compañía de la emprendedora peruana Mariel Reyes, su esposa.
Este proyecto creado en 2010 por Bill Gates y Warren Buffet busca incentivar que los millonarios del mundo se acerquen a la filantropía. “Lo haremos mediante el establecimiento de una nueva plataforma filantrópica familiar que se centrará en mejorar el conjunto de oportunidades para los niños y jóvenes latinoamericanos más vulnerables y desfavorecidos”, señalaron Reyes y Vélez en una carta.
Ambos expresan que han sido privilegiados de tener las posibilidades que sus familias les brindaron en su juventud y que “otros simplemente no tienen” y explican que Mariel ha dedicado sus últimos seis años a construir y hacer crecer {reprograma}, una startup sin fines de lucro con sede en Brasil que capacita a mujeres desfavorecidas en una de las habilidades más escasas en América Latina: programación de computadoras.
Por su parte de David resaltan su labor como fundado de Nubank, entidad que tiene clientes en Brasil, México y Colombia.
“Existe una urgencia extrema de invertir riqueza ahora para ayudar a mejorar la vida de cientos de millones de personas: en esta era de abundancia para algunos, cientos de millones de personas se van a la cama todas las noches con el estómago vacío, están esperando meses hasta que puedan ver a un médico o están tratando incansablemente de construir una vida mejor pero simplemente no pueden encontrar una mano amiga. Muchos de estos problemas no pueden esperar y queremos trabajar con extrema urgencia para contribuir a resolverlos”, expresan.
Además hacen varia reflexiones como que no pueden usar dos pares de zapatos al mismo tiempo porque hay un límite de “cuánto dinero puede gastar alguien y, hasta cierto punto, riqueza adicional simplemente no trae felicidad adicional o utilidad”.
Otra es que quieren brindarle todo a sus hijos, sin embargo, “al mismo tiempo puedan sentir esa “sensación de desesperación” que todo ser humano requiere. ; esa sensación de que queremos desesperadamente algo que nos falta, que nos empuja a trabajar muy duro para conseguirlo. Creemos que permitir que nuestros hijos adquieran un sentido de propósito al construir su propio camino y no caminar por debajo del de nadie les ayudará a desarrollar la confianza en sí mismos y un carácter fuerte”.
“Las oportunidades no están distribuidas igualmente. Y creemos que hoy en día hay millones de personas que están dispuestas a trabajar duro para construir mejores comunidades y países, pero muchas veces carecen del acceso a estas oportunidades que podría catapultarlas hacia un proyecto de vida diferente, vinculado a un impacto social positivo”.
Según Forbes, la fortuna de David Vélez es de al menos US$5.200 millones y se posicionó recientemente como uno de las 600 personas más ricas del mundo, de acuerdo con el tradicional listado de la revista. El nuevo multimillonario entra a ese ranking en el puesto 539 como un empresario hecho así mismo, pues su fortuna la levantó con sus propias manos: su primera inversión, la compra de una vaca.
Según contó Vélez a Forbes, su familia siempre ha sido emprendedora, y de hecho, recordó que su primer acercamiento a una compañía lo tuvo siendo todavía un niño, cuando trabajó en la fábrica de ropa de su padre, donde él se encargaba de hacerle control de calidad a todos los botones, separando así los que estaban imperfectos de los buenos.
Sin embargo, sus ganas de emprender no se quedaron ahí, pues el antioqueño añadió que con tan solo 12 años de edad, y con todo el dinero que reunió trabajando durante las vacaciones y el que ahorró durante sus cumpleaños, hizo su primera inversión: compró una vaca. “Siempre escuché que la forma de tener control de mi propio destino es emprender”, expresó Vélez.
Desde entonces, sus logros personales no se detuvieron, gracias a sus ahorros y a su espíritu emprendedor, David Vélez, pudo financiar una parte de sus estudios en la Universidad de Stanford, en la que cursó administración e ingeniería, y según detalló a Forbes a donde luego volvería para hacer un MBA. Tiempo después, sin saberlo, fundaría una de las empresas de tecnología financiera que mejor acogida han tenido en el mercado, y que lo llevarían a ser el hombre en el pues 539 de los más ricos del mundo.
La carta completa:
Siempre nos ha motivado invertir nuestro tiempo y energía en abordar problemas grandes y de gran impacto. Quizás esta necesidad venga de que los dos crecimos en América Latina, una región con mucho potencial, pero donde millones aún viven en la pobreza, con pocas oportunidades para crecer y desarrollarse plenamente.
Somos muy afortunados. Nuestras familias siempre nos brindaron oportunidades que otros nunca tuvieron. Heredamos de nuestras familias una profunda conciencia social, donde el significado de la vida proviene de contribuir a mejorar la calidad de vida de otros. Este es el espíritu que ha guiado nuestra jornada.
Mariel ha dedicado los últimos seis años a construir y escalar {reprograma}, una startup sin fines de lucro con sede en Brasil que capacita a mujeres en situación de vulnerabilidad en una de las habilidades más escasas en América Latina: programación. David, siguiendo el sueño de toda su vida de ser emprendedor, se embarcó en una misión de varias décadas de crear mayor competencia y eficiencia en la industria de servicios financieros latinoamericanos. Por eso fundó Nubank, un neobanco obsesionado con el bienestar del consumidor y ya con varias decenas de millones de consumidores fanáticos.
Estos proyectos y la familia que estamos construyendo juntos son lo que nos inspira día tras día.
Fuerte trabajo y mucha suerte nos han concedido un nivel de éxito que nunca imaginamos posible cuando comenzamos. El nivel de éxito financiero alcanzado nos ha hecho reflexionar profundamente sobre cómo utilizar mejor la riqueza adquirida. Si bien esta decisión inicialmente parecía difícil, ambos nos sorprendimos al descubrir que llegamos a una respuesta más rápido de lo que pensábamos: debemos invertir la mayor parte de nuestra riqueza de la misma forma en la que estamos invirtiendo gran parte de nuestro tiempo: contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas.
Llegar a esta conclusión para nosotros fue el resultado de seguir una lógica bastante simple y racional, que nos encantaría compartir con la mayor cantidad de personas posibles:
- La vida es efímera: nuestra condición de mortales es innegable, y no podremos llevar nuestras posesiones adonde sea que vayamos a continuación. ¿Cuál es el punto de morir con demasiadas posesiones materiales cuando un gesto podría transformar radicalmente la vida de otra persona?
- No podemos usar dos pares de zapatos al mismo tiempo: hay un límite en la cantidad de dinero que alguien puede gastar y, creemos que después de cierto punto, la riqueza adicional no trae felicidad ni utilidad adicionales. Pero la satisfacción de construir una vida con propósito es infinita.
- Queremos que nuestros hijos construyan su propio camino desarrollándose plenamente: nuestra intención es crear un entorno familiar donde nuestros hijos reciban todo el amor y apoyo que necesiten y, al mismo tiempo, puedan sentir ese “sentido de desesperación” que todo ser humano requiere; ese sentimiento de querer desesperadamente algo que nos falta, y que nos empuja a trabajar muy duro para conseguirlo. Dejando que nuestros hijos adquieran un propósito al construir su propio camino sin caminar bajo la sombra de nadie les ayudará a desarrollar autoconfianza y fortaleza de carácter.
- Existe una urgencia extrema de invertir riqueza ahora para ayudar a mejorar la vida de cientos de millones de personas: en esta era de abundancia para algunos, cientos de millones de personas se acuestan todas las noches con el estómago vacío, esperan meses para ver a un médico, o están tratando incansablemente de construir una vida mejor, pero simplemente no pueden encontrar una mano amiga. Muchos de estos problemas no pueden esperar, y queremos trabajar con extrema urgencia para contribuir a resolverlos.
La simplicidad y, sin embargo, la profundidad de la lógica anterior nos lleva a concluir que el camino más natural y genuino a nuestro parecer es invertir esta riqueza hasta que “nuestro último cheque rebote”, como dice uno de nuestros héroes personales, Chuck Feeney.
Es por eso que hemos decidido unirnos a The Giving Pledge y comprometernos a donar la mayor parte de nuestra riqueza a la filantropía. Lo haremos mediante el establecimiento de una nueva plataforma filantrópica familiar que se centrará en mejorar el conjunto de oportunidades para los niños y jóvenes latinoamericanos más vulnerables y desfavorecidos.
Las oportunidades no están distribuidas igualmente. Y creemos que hoy en día hay millones de personas que están dispuestas a trabajar duro para construir mejores comunidades y países, pero muchas veces carecen del acceso a estas oportunidades que podría catapultarlas hacia un proyecto de vida diferente, vinculado a un impacto social positivo.
Con esta iniciativa, buscamos construir una plataforma filantrópica completamente única en América Latina. Ya estamos reclutando un equipo de clase mundial para que se una a nosotros y nos ayude a abordar algunos de estos grandes problemas de formas no convencionales.
En paralelo, Mariel continuará su trabajo en {reprograma} y David su total compromiso en seguir liderando y haciendo crecer a Nubank hasta convertirla en una de las empresas de mayor impacto global. Esperamos dedicar las próximas cinco décadas de nuestras vidas (¡y con suerte más!), así como la mayor parte de nuestra riqueza, enfoque y energía, a estas grandes misiones. Invitamos a nuestros hijos, familiares y amigos a unirse a nosotros en este nuevo y emocionante viaje.
David Vélez y Mariel Reyes
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