El museo de vestigios arqueológico hallados en Usme

El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) y el Instituto Distrital de Turismo (IDT) firmaron un convenio para contratar los diseños definitivos de un parque arqueológico, ya hay una asignación de $700 millones

Guardar

Hace unas semanas atrás en medio de las excavaciones para la construcción de una nueva línea de TransMilenio en la localidad de Usme en Bogotá, fueron descubiertas varias tumbas que pertenecerían a la cultura muisca, según análisis preliminares.

De acuerdo con José Felix Gómez, subdirector de desarrollo urbano del IDU, el histórico descubrimiento arqueológico está compuesto de 26 tumbas que tenían en su interior “cadáveres o huesos de indígenas del periodo más o menos muisca”. Sin embargo, este no seria el primer descubrimiento en la zona que comprobaría que en su momento esta localidad llego ha ser un cementerio muy importante para dicha cultura indígena.

Pues en el área de la Hacienda El Carmen, ubicada al sur de la ciudad de Bogotá terminó convirtiéndose en un verdadero hito para la memoria de la capital, pues en su tierra yace la historia ancestral de un lugar de culto, que podría estarse convirtiéndose en el vestigio arqueológico más grande del pueblo Muisca antes de la llegada de los españoles, según el Nuevo Siglo.

El área tiene una elevada densidad de restos fósiles, de acuerdo con los expertos entre los que se encuentran más de 2.500 tumbas con ajuares que pueden narrar 400 años de historia entre los años 1200 y 1600 después de Cristo. Debido a la riqueza histórica que representa en los últimos días tanto el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) como el Instituto Distrital de Turismo (IDT) firmaron el convenio para contratar los diseños definitivos de este Parque Arqueológico y ya hay una asignación de $700 millones para tal efecto. Así, la intención del IDPC es la de tener aprobados los diseños el año entrante, para que el museo abra sus puertas al público en el 2023.

La idea del museo, según mencionó la alcaldesa Claudia López, es que se resguarden todos los restos hallados y los que se encontrarán en las obras que vienen para Bogotá. Sobre esto, Robles cree que viene una etapa clave para la protección del territorio, dado que aún hay proyectos de viviendas en predios aledaños a la hacienda y lo que viene es un trabajo duro por la recuperación y preservación del territorio. Además de las discusiones que puedan surgir en otros puntos, ya que, como lo indica Montenegro, Usmes, Cota, Bosa Soacha y Sibaté son espacios donde había concentraciones sociales importantes de los muiscas.

Sin embargo, este proyecto que hoy ya tiene luz verde fue descubierto hace más de 10 años atrás. En el 2007 los predios de esta hacienda ya se habían destinado para proyectos de vivienda y ya estaban siendo intervenidos con maquinaria de construcción que dejaron a la luz los innumerables vestigios que salían del terreno, y que hizo que lo habitantes de la zona le exigieran a Metro Vivienda, hacer estudios de arqueología y antropología que llevó a cabo la Universidad Nacional, pues incluso, desde antes sospechaban que la zona tenía relación con la historia de las comunidades indígenas.

Lo que se ha venido descubriendo es que lo más probable es que donde las personas vivían enterraban a sus muertos, lo que nos habla de un fenómeno social alrededor de la vida y la muerte. Los muiscas no eran totalmente sedentarios se movían, pero siempre volvían a los lugares donde estaban sus muertos”, narró Rafael Robles, uno de los antropólogos que hoy lideran las investigaciones a el diario de El Espectador, además, resaltó que estos hallazgos han permitido conocer más de los indígenas que habitaron la capital y, de hecho, tumbar paradigmas como aquellos que indican que eran grandes acumuladores de oro, cuando en realidad no tenían la concepción de riqueza del mundo occidental.

SEGUIR LEYENDO

Guardar