El Pacto Histórico, liderado por el senador y precandidato presidencial Gustavo Petro, cada vez revela más movimientos políticos en preparación a las elecciones presidenciales de 2022. Pero, como es claro que sin legislativo no hay gobierno, el colectivo que puntea las encuestas al cargo máximo de Colombia también planea mejorar su representación en el Congreso de la República.
Por esto, el pasado jueves, la colectividad lanzó un comunicado en el que anunció que la lista al Senado será de carácter cerrado y en cremallera. “Con esa decisión, el Pacto Histórico garantiza la elección de mujeres y hombres representantes de los pueblos afrocolombianos e indígenas”, escribió en el comunicado, recalcando la diversidad que garantizarían con dicha determinación.
¿Y eso qué significa?
En el sistema electoral legislativo de Colombia hay posibilidad de ofrecer diferentes tipos de lista al electorado. Sin embargo, para entender esto se debe saber que, en algunas ocasiones, las mismas pueden ser abiertas o cerradas en bajo el adjetivo bloqueadas o desbloqueadas, según el atributo de la reglamentación por país o territorio. Precisión que medios nacionales no han logrado diferenciar y, en primer lugar, hay que mirar hacia atrás.
No hace mucho, en Colombia se aprobó el voto preferente, el cual inició desde el Acto Legislativo 01 de 2003. Antes de esto, existían las listas cerradas y bloqueadas que consisten en que los partidos escogieran por consenso unas barajas ordenadas para presentarse a las elecciones. Estas, lideradas por cabezas políticas que garantizarían más votos a la colectividad. Esto fue un atributo propio del sistema bipartidista.
Por esto, en 2003, se estableció que cada partido contara con lista única y, con esto, mejorar la representatividad de todas las colectividades por medio de la metodología de lista cerrada y desbloqueada. Sin embargo, la lista cerrada nunca se eliminó.
Como resultado, las colectividades cuentan con la libertad de escoger si quieren una lista cerrada y desbloqueada o una lista cerrada. Según los autores que estudian los procesos electorales, citando a algunos como Clara Rodríguez y Maicol Quiroga de la Universidad Externado en su artículo ‘El hundimiento de la lista cerrada y bloqueada en las propuestas de reforma política en Colombia’, ambas listas son cerradas, solo que la segunda se encuentra bloqueada. Popularmente e, incluso, en palabras de quienes debatieron la reforma política de 2018, se diferencia entre cerrada y abierta.
La imprecisión
La lista abierta, por otro lado, significaría un sistema electoral, similar al de Ecuador, en el que el elector dispone de la libertad de votar por tantos candidatos quiera. Según el número de escaños, el ciudadano tendrá la misma cantidad de votos. Esto garantiza independencia casi total del aspirante frente a su partido.
En ese orden de ideas, la lista cerrada y desbloqueada es en la que un elector cuenta con un partido y una enumeración de opciones para cámara baja y alta, en la cual tienen acceso a escoger, por encima de cualquiera, un candidato para que el mismo supere el umbral y alcance una curul. Es decir, lo que se acostumbra a ver en los tarjetones.
Por otro lado, con un fiel ejemplo en las elecciones de 2014, las listas cerradas y bloqueadas son aquellas en las que un cabeza de lista escoge de forma ordenada a las apuestas por las que los electores deberían depositar el voto. Sin embargo, el mismo se presentaría al partido como tal y no a uno en particular.
En su elección introductoria, el Centro Democrático determinó que entraría a la contienda con una lista cerrada y bloqueada. En esta oportunidad, el partido incluyó dentro de los opcionados a figuras como Iván Duque, ahora presidente de Colombia, para dar a conocer a los candidatos que representarían las banderas del uribismo.
Esta vez, Gustavo Petro hará lo mismo pero con el atributo de ‘cremallera’, el cual se identifica con un principio de equidad de género.
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