Con el segundo semestre del año avanzando en buenos términos, cada vez más organismos nacionales e internacionales se están animando a emitir sus propias predicciones sobre lo que será el desarrollo de la economía nacional y regional hacia el final del 2021. En el caso de Colombia, ya se conocen los balances del Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), entre otros.
De todos estos, quizá el más optimista es el de la Ocde, que llega incluso a superar las proyecciones ofrecidas por JP Morgan y Corficolombiana, asegurando que el PIB nacional cerrará el presente año con un crecimiento del 7,6 por ciento. Valga señalar, además, que se trata de un pronóstico lanzado en mayo, cuando el paro nacional se encontraba en su máximo furor y las calificaciones de riesgo de la nación comenzaban a caer.
Según dicho organismo, la cifra se da teniendo en cuenta la continuidad de los programas sociales y el augurio de un creciente interés por invertir en Colombia, tanto de manera interna como externa. “El continuo apoyo fiscal a los hogares fortalecerá el repunte del consumo, y la considerable inversión en infraestructuras y la fuerte demanda en el sector de construcción de viviendas se traducirán en una mejora de los datos de inversión”, aseguraron los analistas del mismo, agregando que dicha recuperación será visible en el segundo semestre de 2021.
Luego está el panorama pintado por el Banco Mundial, que indica desde inicios de junio que el producto interno bruto colombiano experimentará un alza del 5,9 por ciento, lo cual representa un avance importante frente al 4,9 por ciento anunciado en enero pasado. Los motivos, explicó la entidad, tienen que ver con un mejoramiento en las condiciones económicas a un nivel global y, de nuevo, con el crecimiento de la demanda en el escenario nacional.
No obstante, la entidad fue clara en que Colombia, como muchos otros países, debe ser cautelosa y mantener los esfuerzos por la inmunización. “Después de un comienzo lento, cualquier retraso adicional en la vacunación contra el covid-19 sería un lastre para la recuperación”, advirtieron.
En tercer lugar están las previsiones de la Cepal, que aseguran que el PIB colombiano experimentará un impulso del 5,4 por ciento. El informe publicado por dicha entidad en julio pasado advierte que “la dinámica y la persistencia del crecimiento de 2021 hacia adelante están sujetas a las incertidumbres derivadas de los avances desiguales en los procesos de vacunación y la capacidad de los países para revertir los problemas estructurales detrás de la baja trayectoria de crecimiento que exhibían antes de la pandemia”.
Dicho de otra manera, desde la óptica de la Comisión, el actual periodo postpandemia se convirtió en una oportunidad de crecimiento pues no presenta condiciones para caer más que lo que ya se dio el año pasado. Al mismo tiempo, es el chance para corregir no repetir los errores que se presentaban antes de que el virus llegara a la región. En ese sentido, se emitió una recomendación muy clara: “fortalecer el rol del Estado y políticas públicas, mantener los estímulos y medidas expansivas, seguir potenciando la inversión, así como robustecer la protección social y los sistemas de salud y de educación, además de beneficiar la integración regional y apoyar las propuestas de tributación mundial”.
Así las cosas, la proyección más baja la emitió el FMI, de 5,1 por ciento, que sigue siendo superior a la de 5 por ciento publicada por el Ministerio de Hacienda. Lo anterior, siempre y cuando el Gobierno nacional sepa darle manejo a las deudas asumidas a causa de la pandemia del covid-19. En otras palabras, dependerá del éxito que tenga la reforma tributaria que cursa actualmente en el Congreso de la República.
No sobra recordar que, según la analista financiera JP Morgan, el PIB del país crecerá en un 7,5 por ciento, mientras que de acuerdo con Corficolombiana, la cifra será del 7,2 por ciento. Sea cual sea, lo cierto es que cualquiera de estas es mucho mejor que la caída del 6,8 por ciento experimentada en 2020.
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