De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, con ocasión de la apertura gradual de establecimientos nocturnos por la pandemia del Covid-19, esta organización delincuencial habría aumentado su producción ilegal de licor con sustancias peligrosas que eran vendidas como aguardiente, whisky y vino.
Tras lograr obtener abundante evidencia técnica y material de prueba, las autoridades dieron cuenta de que esta organización, supuestamente, preparaba las bebidas en una casa de familia de la localidad de Kennedy, en el suroccidente de Bogotá. Alcohol, colorantes y otros elementos peligrosos, al parecer, eran mezclados indiscriminadamente y en condiciones de salubridad precarias.
“Los indicios dan cuenta de que el resultado de esas combinaciones era envasado en botellas recicladas, las cuales se rotulaban con etiquetas de marcas reconocidas y sellos de seguridad”, detalla la información de las autoridades.
En el curso de la investigación fueron detectadas varias bodegas y centros de acopio de elementos reciclados, donde lavaban las botellas y recuperaban los mecanismos de identificación de los licores para ser adheridos nuevamente. Asimismo, se estableció que ‘Cristales’ tenía a su servicio lugares y maquinaria para hacer etiquetas, sellos, empaques, tapas y dosificadores con la finalidad de imitar la presentación de un producto original.
Con la apariencia aguardiente, whisky, vino, champaña y aperitivos, las bebidas falsas salían al mercado. Algunas, al parecer, las vendían en locales comerciales de la Calle 13 en el centro de Bogotá, pero la gran cantidad salía en vehículos de carga a municipios de Cundinamarca, Tolima, Huila, los Santanderes y la Costa Atlántica.
En comunicaciones obtenidas por la Fiscalía, algunos supuestos integrantes de la red ilegal mantenían contactos con diferentes distribuidores en el país.
En esas interceptaciones, las autoridades concieron el caso de un hombre que habría manifestado su intención de ‘inundar’ las tabernas, bares y discotecas de Cartagena, Barranquilla y Santa Marta con el licor adulterado, otro en Ibagué que pretendía llevar varias cajas a una fiesta de 15 años; y un tercero que, a sabiendas de haberle generado brote e inflamación a un amigo, quería seguir comprando más botellas.
La diligencia judicial fue realizada por el CTI de la Fiscalía, con apoyo del Gaula Militar, el Invima, y peritos de empresas licoreras nacionales y extranjeras. El resultado dejó la captura nueve personas que harían parte de la estructura delictiva. En los procedimientos se incautaron más de 80 toneladas de insumos, maquinaria y producto terminado.
A los capturados se les imputaron los delitos de: corrupción de alimentos, productos medicamentos o material profiláctico; usurpación de derechos de propiedad industrial; ejercicio ilícito de actividad monopolística de arbitrio rentístico y concierto para delinquir. Los cargos fueron aceptados por siete de los procesados.
Entre los investigados están los hermanos Carlos Fabián y William León Díaz, supuestos articuladores de toda la actividad ilegal.
Los otros vinculados son:
- Elisabeth Romero Rincón, esposa de Carlos Fabián León y presunta responsable de la comercialización en el centro de Bogotá y con otros contactos en el país.
- César Augusto Marulanda Gutiérrez, estaría involucrado en las actividades de reciclaje, acopio y limpieza de botellas usadas para venderlas a los falsificadores.
- Omar Martínez Bonilla y Carlos Arturo Guerrero Valenzuela, quienes serían los encargados de obtener el alcohol base.
- Yeison Iván Tangarife Ayala, señalado de la producción de licor adulterado.
- Willinton Antonio Ayala Gómez, supuesto responsable de suministrar los insumos secos y líquidos para la elaboración del producto.
- Pablo Andrés Rivera Guzmán, persona que estaría encargada de la preparación y venta de licor falsificado en diferentes zonas de Bogotá.
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