Este viernes 6 de agosto, la vicepresidenta y canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, y la ministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Erika Mouynes, establecieron una hoja de ruta para atender la crisis migratoria que se presenta en la región fronteriza del Darién, al nororiente del país, la cual se ha visto agudizada en los últimos meses.
Desde el corregimiento de Metetí, en Panamá, Marta Lucía Ramírez, anunció parte de las estrategias que se desarrollarán en articulación con el Gobierno del país vecino para atender el alto flujo de migrantes de naciones del Caribe y África que pretenden alcanzar la frontera sur de los Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida.
“Acá estamos trabajando de la mano con las autoridades de Panamá para lograr una solución definitiva a esta tragedia humanitaria que estamos viendo por muchos años, de los migrantes que vienen del sur hacia el norte, y en donde Panamá y Colombia somos países de tránsito, no somos países de origen; no somos países de destino, pero sin duda, este tránsito está también generando consecuencias sociales muy difíciles en nuestros países”, explicó la alta funcionaria al terminar la reunión.
En ese sentido, manifestó que en el municipio de Necoclí se está presentando un importante represamiento de ciudadanos provenientes de Cuba, Haití y diferentes naciones africanas, lo que está ocasionando una peligrosa crisis humanitaria y sanitaria sin precedentes en esta región fronteriza, razón por la cual se implementarán diferentes estrategias para su atención.
Por tal motivo, indicó que se abordará esta situación desde dos enfoques, uno relacionado a la atención humanitaria de los migrantes y otro que buscará hacerle frente a las redes de tráfico de personas que se están lucrando de la necesidad de las personas que aspiran a una vida con mayores oportunidades y condiciones dignas.
“Hemos acordado que pondremos de por medio el trabajo de Ameripol, el trabajo de Interpol, la inteligencia y las autoridades judiciales, que nos permitan judicializar a estas redes que pueden estar lucrándose de esta necesidad humanitaria; porque creemos que es muy importante que se puedan judicializar a estas personas y también, que sean pedidas en extradición, si es del caso, por parte de Estados Unidos, porque sabemos que esto, en todo caso, está organizado para llegar a Estados Unidos con toda esta migración”, señaló Ramírez.
A su vez, manifestó que se coordinarán acciones con otras naciones de la región como Chile, Ecuador, Canadá y Estados Unidos para implementar controles fronterizos lo suficientemente claros para prevenir y evitar que se agudice la crisis migratoria, reduciendo la presión sobre las fronteras y haciendo un manejo de los flujos de los ciudadanos extranjeros.
Por último, afirmó que se llevará a cabo otra reunión con las autoridades panameñas el próximo lunes 9 de agosto para establecer cómo se organizará la migración por la región del Darién en cuanto al tráfico marítimo, el número de migrantes que Colombia puede asumir y las medidas necesarias para que no se colapse la frontera.
“Todo esto para definir cómo vamos a regularizar un contingente, una cantidad diaria de personas que preferiblemente se muevan por un solo sitio, tengan un solo lugar de llegada a Panamá, se muevan ojalá por un transporte que esté totalmente organizado y controlado por parte de las autoridades de Colombia, de tal manera que aquí corramos los menores riesgos desde el punto de vista humanitario”, concluyó la vicepresidenta y canciller.
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