“Ya casi no cantan rancheras, qué milagro”: la salsa y el vallenato se robaron el show en las audiciones de ‘La Voz Kids’

Nuevamente, el concurso se volvió en uno de los temas más discutidos en Twitter, donde los memes no se hicieron esperar

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Como ya se ha vuelto habitual, el diamante de ‘La Voz Kids’ brilló gracias a la presencia de los niños que cautivaron al público presente y a los jurados con sus voces. En esta ocasión, hubo talentos que destacaron más que otros, como fue el caso de ‘Isa Tous’, una pequeña proveniente de la ciudad de Pereira y quien cantó ‘Hay amores’, sencillo recordado en la voz de Shakira y que hace parte de la película ‘El amor en los tiempos del cólera’, basada en la novela de García Márquez.

No pasaron 10 segundos cuando Jesús Navarro pulsó el botón en señal de aprobación de su voz; después, Andrés Cepeda giró su silla y al final de la presentación, Natalia se dejó cautivar y también volteó su mirada hacia la niña de nueve años. El mexicano destacó su talento: “brillas como el sol, tienes un sello particular y lamentablemente esas cosas no se pueden ensayar, se nace con eso”. Luego de meditarlo, Isa escogió a la española como su mentora, pidiéndole disculpas a los otros dos jueces por no elegirlos.

Después, ocurriría algo inédito en la presente temporada del programa: la salsa diría ‘presente’, en la voz de Jefferson, un pequeño de trece años y que llegó desde la ciudad de Cali a mostrarle a Natalia y a Jesús la música representativa de ‘La Sucursal del Cielo’. De la mano de Rubén Blades y ‘Amor y Control’, fue escogido por el exintegrante de Reik para que sea su discípulo. A pesar de no girarse, Cepeda notó que el niño “se estaba gozando la presentación” y no desaprovechó el momento para mostrar su talento tocando la trompeta.

Luego de la audición del caleño, se daría a paso a la música mexicana, pero no precisamente a la ranchera.

Dany Beltrán, un bogotano de 14 años, llegó en representación de Los Bukis y Marco Antonio Solís con el éxito ‘Y ahora te vas’, llamando la atención de Andrés Cepeda, quien por cierto, fue el único jurado que giró su silla y aprovechó para contar una curiosidad del país norteamericano.

“Hoy aprendí algo nuevo (…) y me estaba contando Jesús -yo no lo sabía-, que en Sonora, al norte de México, a los niños les dicen ‘bukis’… Esta podría ser ‘La Voz Bukis” dijo. El niño le contestó que su gusto por la música norteña venía de su padre, quien hace parte del conocido ‘Grupo Tornado’, e incluso, lo estaba viendo cantar tras bambalinas.

Llegaba el turno para el vallenato por parte de Samuel, un pequeño guajiro de nueve años que cantó en el diamante ‘Sin medir distancias’, interpretada por Diomedes Díaz y compuesta por Gustavo Gutiérrez. Sin embargo, y a pesar del talento del menor, no pudo convencer a ninguno de los jurados pero sí destacaron su vestimenta, especialmente sus tirantes.

De Bucaramanga llegaría María Victoria, una pequeña de once años que llenó de ternura el escenario con su interpretación de ‘Chocolate’, compuesta por el dueto Jesse y Joy. Después de varios segundos, una silla se giró: era la de Jesús, quien al final de la audición confesó que aquel dúo musical le gusta mucho.

“Son de mis artistas favoritos, y además de que son buenos amigos creo que son muy talentosos y sus rolas (canciones) son bien bonitas, y se me antoja oírte cantar un par más de Jesse y Joy”, dijo el mexicano, confirmando a la niña en su equipo. Finalmente, Mariana cerraría la velada con ‘Contigo a la distancia’, conocida en la voz de Christina Aguilera; sin embargo, no logró convencer a los artistas para que la reclutaran. Natalia destacó de ella sus timbres altos en una canción difícil como esa.

“Escogí esta canción porque me ha traído muchos recuerdos… Hay un niño que yo le dedico esta canción, somos muy buenos amigos y a pesar que no estamos juntos siempre vamos a tener un amor”, expresó la niña de once años.

Los memes no se hicieron esperar e incluso, varios preguntaron qué es lo que anotan los jurados en las libretas que tienen. También, algunos ‘festejaron’ que por fin hubiera algo de salsa y, además, que por segunda noche consecutiva no se escucharon rancheras.

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