Las Perseidas, popularmente conocidas como las lágrimas de San Lorenzo, componen la más destacada de las lluvias de estrellas dentro del calendario de este fenómeno natural. Este show celestial aparece todos los años en julio y agosto, cuando la tierra atraviesa los rastros de escombros dejados por el cometa Swift-Tuttle.
Estos residuos originan la esperada lluvia de meteoros que empezó a producirse el 17 de julio e irá hasta el 24 de agosto, aunque alcanzará su punto máximo de actividad en la noche del 12 al 13 de agosto, cuando se podrían llegar a ver hasta 100 meteoritos por hora.
A este evento estelar se lo considera una de las mejores oportunidades para los fanáticos de los cielos y astrofotógrafos del mundo.
¿Por qué se llaman Perseidas?
Todos los meteoros asociados con una lluvia en particular tienen órbitas similares y todos parecen provenir del mismo lugar en el cielo, llamado radiante. Las lluvias de meteoritos toman su nombre de la ubicación del radiante.
La Perseida se encuentra ubicada en la constelación de Perseo. De manera similar, la lluvia de meteoros Gemínida, que se observa cada diciembre, lleva el nombre de un radiante en la constelación de Géminis.
El cometa Swift-Tuttle fue descubierto por Lewis Swift el 16 de julio de 1862 y por Horace Parnell Tuttle el 19 de julio de 1862. Apareció de nuevo en 1992 y fue redescubierto por el astrónomo japonés Tsuruhiko Kiuchi. Tiene 26 kilómetros de ancho, y tarda 133 años en completar una elipse en su órbita. Contiene casi 30 veces la energía cinética del ataque de asteroides que destruyó a los dinosaurios y, con base a una próxima interacción con Júpiter, tiene una probabilidad de chocar con la Tierra de un millón en el año 4.479.
¿Cómo verla?
Más que grandes equipos como telescopios o binoculares, es necesario que el cielo esté despejado y tener mucha paciencia. Los expertos no recomiendan las ayudas visuales debido a sus pequeños campos de visión. Los meteoritos generalmente se pueden ver en todo el cielo, por lo que no hay que mirar en una dirección en particular.
Lo ideal es colocar una silla de modo que se esté viendo una gran región del cielo centrada justo debajo y a la izquierda de la primera «W» hecha por la constelación de Casiopea, ya que todos los meteoros parecerán alejarse de ella.
Este punto es conocido como el radiante, ya que los fragmentos irradian desde este punto de origen. Las estrellas fugaces son visibles a simple vista, por lo que no se necesitan binoculares ni un telescopio.
La plataforma Time and Date, cuya sede principal se ubica en las afueras de Stavanger, Noruega y es el sitio web de mayor rango en el mundo para las zonas horarias y de fechas astrológicas, publicó estos consejos para ayudar a los curiosos a tener una mayor visibilidad y mejorar la experiencia de la exploración de los meteoritos y las estrellas fugaces.
-Encuentre un lugar de observación apartado, lejos de las luces de la ciudad. Una vez allí, sus ojos pueden tardar entre 15 y 20 minutos en acostumbrarse a la oscuridad.
-Vístase de acuerdo con el clima y asegúrese de estar cómodo, especialmente si planea quedarse fuera mucho tiempo. Lleve consigo una manta o una silla cómoda; la observación de meteoritos puede ser un juego de espera.
-Una vez que haya encontrado su punto de observación, acuéstese en el suelo y mire hacia arriba en la dirección del radiante. Utilice un mapa celeste para encontrar la dirección actual del radiante en el cielo.
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