Laura Sánchez, una mujer colombiana residente en Alemania, desde el 2014, se ha convertido en una nueva cara de la violencia contra la mujer. De acuerdo con las denuncias que hace ella misma, y su familia, se ha visto sometida a todo tipo de agresiones por parte de su esposo, un alemán. Los familiares de Sánchez están en búsqueda de ayuda, pues temen que la mujer se vea obligada a volver al hogar que comparte con ese hombre.
Esta historia se conoce a la par de la misteriosa desaparición de Maria Goßmann, o María Magdalena Sánchez Durán, una mujer cucuteña de 42 años, desaparecida en Alemania, cuya familia acusa a su esposo, también un ciudadano de ese país, de estar mintiendo respecto a lo que le sucedió a la colombiana.
Tal y cómo lo revelaron medios de comunicación nacionales como Noticias Caracol y la revista Semana, Laura Sánchez conoció a quien se convertiría en su esposo en Santa Marta. Según Lucía Urrea, madre de Laura, el hombre se mostró como un ‘príncipe azul’, por lo que su hija no dudó en tener una relación amorosa con él. Tiempo después, mientras la relación se consolidaba, Laura decidió irse para Alemania pues, además de irse con aquel hombre, habían promesas de conseguir un mejor trabajo en territorio europeo.
Todo fue muy precipitado, recuerda Urrea en una entrevista con el noticiero televisivo, de hecho, fue tan rápido que Laura empezó a dudar, incluso, en el aeropuerto, le expresó a su familia que estaba a punto de dar un paso para atrás de ese viaje. “Nosotros pecamos en decirle que era una oportunidad, que iba a trabajar en lo de ella, que iba a estar bien”, anotó. Laura se fue, y al llegar al país extranjero, comenzó a vivir lo que se denominó por parte de ambos medios de comunicación como una ‘pesadilla’.
Cuenta la familia de Laura que, a su llegada, el alemán le quitó su pasaporte, le limitó su acceso a comida, y la puso a trabajar en dos empresas diferentes. El hombre le quitaba el dinero que ella ganaba con sus dobles jornadas. “La mitad de esta casa no tenía electricidad (...) hubo constantes violaciones y fue tan grave que le generó una infección alta (...) los otros tipos le dijeron que ‘ella huele feo, llévela a un médico porque se le va a morir’”, señaló Lucía.
Un año después, cuando Laura ya había sido sometida a todo tipo de abusos, fue obligada a casarse con aquel hombre en Dinamarca. “Este señor es un psicópata, bajo psicopatía ella ya obedece, es una esclava de él, es una sumisa. Eso fue lo que le hizo con mi hija”, dijo la madre de Laura, quien se enteró de todo esto tiempo después. Lo que comentó fue que, un mes después de la ceremonia nupcial, viajó a Alemania a encontrarse con su hija, y decide quedarse con ella durante tres meses. En ese lapso de tiempo, Laura nunca le contó nada, al parecer, por miedo.
Tiempo después, quien va a visitarla es su hermana, Ana María, quien aseguró, para Noticias Caracol, que fue negativamente sorpresivo ver el estado en el que se encontraba Laura. “Me impactaba verla como tan demacrada, yo intentaba subirle el ánimo. No podía hablar, inclusive llegué a pensar que se le había olvidado el español, pero ella iba a hablar y se trababa demasiado al hacerlo”, detalló.
Paralelo a todo ello, y producto de un abuso sexual, cuanta la madre de Laura, Urrego vuelve a Alemania para cuidar a su hija y a su nieta, y allí es cuando se da cuenta de que su hija, e incluso su nieta, es víctima de violencia. “Ella, por estas violaciones, quedó embarazada de una bebé (...) Él dice que es una niña café, una india, él no siente ningún aprecio, él no tiene sentimientos”, le dijo Lucía a la Revista Semana.
En marzo del 2017, Laura Sánchez logra escapar del hombre, y se hospeda en un hogar de mujeres en Münster. Meses después, en septiembre, se anima a denunciarlo con las autoridades por abuso sexual y maltrato. Esa primera intención de hacer justicia frente a su caso se vio frustrada cuando su esposo negó haberla golpeado, y aseguró que las agresiones eran producto de un fetiche que compartían juntos.
Esto sucedió luego de que Lucía asistiera a la Embajada de Colombia en busca de ayuda para su hija: allí le dijeron que la mejor opción era que buscar apoyo de alguna iglesia.
Laura no ha podido regresar a Colombia porque, cuenta Semana, tiene una medida cautelar que le impide viajar con su hija o sacarla de Alemania. “Queremos que las escuchen, queremos que las defiendan, no tenemos recursos para un abogado (...) Queremos que las saquen de Alemania para que sean libres. Mi hija lleva 7 años presa de un hombre, no es justo”, reveló Lucía para Semana,
“Las autoridades colombianas se comunicaron con Laura (...) este señor la llama y se comunica con ella para decirle que le pide perdón por lo que le dijeron anteriormente a ella y a la mamá, por no haberles prestado atención, por haberles dicho que fueran a pedir ayuda a otro lado, a una iglesia, que no tenían presupuesto y le indican cuál es el proceso para generar la nacionalidad de la niña”, dijo Ana María, hermana de Laura.
Noticias Caracol, quien también se puso al frente del caso, se comunicó con el Ministerio de Relaciones Exteriores, y recibió la respuesta de la canciller Martha Lucía Ramírez quien manifestó que espera que ”los embajadores tomen de manera prioritaria lo que ha pasado con dos mujeres, una que está perdida en Alemania y la otra sometida aparentemente a violación por parte de su marido. Nuestra cónsul tiene la instrucción de buscar toda la asistencia jurídica”.
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