Aunque no pudo traer medalla en esta ocasión, la hija del municipio de Morales (Cauca) avanzó hasta los cuartos de final de la competencia de boxeo femenino en la categoría de peso mosca, donde fue vencida por la pugilista local Tsukimi Namiki.
A Valencia no le alcanzó para disputar una medalla, luego de que la japonesa la venciera en una pelea que se caracterizó por el poder ofensivo y la velocidad de Namiki que no le permitió a la colombiana avanzar a la semifinal, pero que le permitió obtener un nuevo diploma olímpico para el país.
La nipona desde que comenzó el combate inició con una sagaz estrategia de golpear y luego alejarse, que le permitió sumar los puntos requeridos para avanzar a la fase medallista de la disciplina.
En el primer round no hubo gran intercambio de golpes y las peleadoras mantuvieron abrazadas, pero en las pocas oportunidades que pudo la japonesa conectó buenos golpes en el rostro de la boxeadora nacional, por lo que los jueces declararon en unanimidad que la pugilista local ganaba ese primer asalto.
En el segundo asalto, Namiki se fue con todo contra la boxeadora caucana y fue mucho más incisiva con sus golpes, pero además por su velocidad pudo esquivar los ataque de Valencia, que en ese momento ya era presa de la desesperación, lo que la puso en desventaja. Así fue como nuevamente los jueces dieron como ganadora a la pugilista nipona.
El último round Valencia buscó revindicar el combate, pero de nuevo la ansiedad no le permitió manejar la pelea lo que le impidió conectar los golpes con contundencia contra Namiki. Fue así como los referís declararon vencedora a la japonesa con la tarjetas 28-29, 28-29, 27-30, 27-30 y 27-30.
“Fue bastante fuerte. Hay que contar que estábamos peleando contra una local. Como se pudo ver el árbitro se fijó en mí, me llamó la atención siempre. El árbitro se inclinó hacia ella”, recogió el periódico El Tiempo de las primeras declaraciones de la pugilista caucana.
En el diario bogotano reseñaron el análisis que hizo Valencia de la forma de combatir de su rival, que dio catedra de velocidad y contundencia en los golpes.
“Ella desestabilizaba, metía la cabeza, me abrazaba, se agachaba, así es ella, para eso la preparan. Es bueno, hay que aceptarlo, ella fue la que ganó. Me impresionó lo que hizo, es buena en su táctica, en su técnica. Hasta aquí llegaron mis Juegos”, concluyó la colombiana.
Ingrit Valencia no logró obtener una medalla, como ocurrió en Río 2016, cuando la pugilista de Morales se trajo bronce, pero tuvo un interesante ascenso dentro de la competencia al derrotar en octavos de final a la representante de India, Mery Kom en una decisión dividida de 30-27 29-28 y 29-28 que terminó inclinándose para Valencia.
La colombiana ganó dos de los tres rounds reglamentarios, con actitud y hambre sobre el cuadrilátero, elementos determinantes para vencer a una de las mejores boxeadoras del planeta, que solo pudo ganar un round.
“No era una rival fácil, ella cinco veces campeona mundial, y me había ganado dos veces, pero salió bien, gracias a dios, a toda mi gente, a mi familia, a mi hijo que está pegado al televisor”, manifestó tras ese combate.
Así fue como Ingrit Valencia consiguió un nuevo diploma olímpico para la delegación del país, tras llegar hasta esa instancia de la disciplina boxística en peso osca femenino.
SEGUIR LEYENDO:
Bernardo Tobar Prado terminó su primera fase en el tiro rápido masculino de Tokio 2020