La colombiana Caterine Ibargüen cumplió en su categoría de triple salto femenino con un registro final de 14.37 lo que la clasifica a las finales de la disciplina en el puesto séptimo en la clasificación del salto triple.
Ibargüen inició su periplo con 14.02, que fue un salto impecable, pero corto para la marca impuesta por su rival, la venezolana Yulimar Rojas, quien ingresó directamente a la final con 14.77.
En su segundo intento, Ibargüen alcanzó los 14.08, con lo que mejoró su récord personal, pero tampoco daba suficiente para el corte, establecido por las autoridades de la competencia en 14.40 mts.
El último intento de Caterine Ibargüen dio como resultado 14.37 mts., lo que le permitió clasificar a la final olímpica en el puesto séptimo, con lo que dio una lección de maestría en su disciplina.
Ibargüen, una de las protagonistas relevantes del atletismo internacional, se enfrentará a su rival Yulimar Rojas y a la española Ana Peleteiro, en la final programada para agosto 1, a las 6: 15 a.m. (hora colombiana).
La abanderada colombiana que buscó la gloria en Tokio 2020
Una de las más carismáticas deportistas colombianas de la historia, Caterine Ibargüen Mena (Apartado, Antioquia, 1984), llegó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con un objetivo claro: culminar su carrera con una presea.
Para Ibargüen será el cierre anhelado para una carrera de 22 años de vigencia en las pistas internacionales, cuando inició en otra disciplina, el salto de altura, en los Mundiales sub-18 de Bydgoszcz (Polonia).
Aunque en los últimos años, la atleta ha enfrentado aires adversos, lo esencial no lo ha perdido: una disciplina a toda prueba, que la llevó a superar problemas físicos derivados de una fascitis plantar que afectó su desempeño en 2019, especialmente en el mundial de Doha, en donde no pudo ratificar sus dos títulos, obtenidos en Moscú 2013 y en Pekín 2015.
Ibargüen, quien cambió de entrenador y de residencia para afrontar estas justas, aseveró para el portal de World Athletics que contó con los “los mismos objetivos y la misma ambición” que la acompañan desde su primera aparición olímpica, en Atenas 2004.
Creo que todavía puedo tener un gran resultado en los próximos juegos. Mis objetivos y mi ambición lucen tanto como cuando hice mi debut olímpico en Atenas. Quiero estar al máximo nivel para seguir disfrutando de este bello deporte y acabar con una medalla olímpica
La atleta se movió en la dirección indicada: después de Doha, terminó con su antiguo entrenador, el cubano Ubaldo Duany, para trabajar bajo la dirección de Jorge Pichardo (padre de Pedro Pablo, cubano nacionalizado portugués, nuevo campeón de Europa de triple en pista cubierta) y ha dejado Puerto Rico para radicarse en la ciudad portuguesa de Setúbal, en donde el cambio de aires le ha permitido afrontar con optimismo la que es su última Olimpiada: Tokio 2020.
Cada entrenador con el que he trabajado ha hecho una gran contribución a mi trabajo que se refleja en mi rendimiento. Pero la pasión, el amor y el respeto que tengo hacia el deporte, que se refleja en mi disciplina y mi perseverancia, también ha sido muy importante
No le alcanzó a Yosiris Urrutia
La otra atleta que compitió en salto triple por Colombia fue la antioqueña Yosiris Urrutia, que para estos Olímpicos no llegó en su mejor forma luego de sufrir una lesión que sufrió en la planta del pie, dolencia que para estos atletas los deja en completa desventaja.
La hija del municipio de Apartadó en su presentación en Tokio falló en sus dos primeros saltos, mientras que en el tercero no le alcanzó, tras dejar una marca de 13,16 metros.
La deportista participó en el grupo B de la clasificación, pero estuvo muy lejos de 14,40 metros que se requerían para continuar a la final.
La colombiana se despide de esta forma de las olimpiadas, aunque ha tenido una carrera deportiva destacada, incluso se coronó como campeona en la competencia suramericana que se llevó en Perú en 2019.