En los últimos días el nombre de la alemana Rebeca Sprößer empezó a figurar en las redes sociales y medios de comunicación. La mujer se volvió famosa en las últimas semanas debido al cubrimiento que hizo del paro nacional y sobre todo, al apoyo a los jóvenes de la primera línea en Cali.
El pasado martes, se conoció que funcionarios de Migración Colombia abordaron a la mujer e inmediatamente, fue expulsada del país. De acuerdo con las autoridades de la capital del Valle, la joven estaba involucrada en actividades calificadas como ‘mal comportamiento’.
Ante la decisión, el director de Human Rights Watch (HRW) para las Américas, José Miguel Vivanco, aseguró que dicho proceso no se adecuó a los estándares internacionales.
“La legislación que aplicó Migración Colombia contra Rebecca Linda Marlene Sprößer contradice estándares internacionales porque permite expulsar a un extranjero que está legalmente en el país sin garantizar el derecho a que su caso sea revisado por una autoridad competente”, señaló Vivanco el pasado miércoles.
En respuesta, el embajador de Colombia ante la OEA, Alejandro Ordóñez, por medio de su cuenta de Twitter arremetió contra Vivanco y responsabilizó a la primera línea de alterar el orden público en el país.
“Una respetuosa observación: Defender a quienes promueven la “primera línea” es insultante para las víctimas. Si no lo sabía, miembros de ese grupo bloquean, tienden cables para decapitar, saquean comercios, violan, intentan quemar policías y evitan que bebés sean atendidos”, escribió el funcionario como respuesta al trino de Vivanco.
<b>Ella es la alemana expulsada de Colombia</b>
El propósito inicial de la llegada de Rebecca al país fue por su amor a la salsa. Pero no todo salió como ella lo planeó ya que ingresó a una academia, pero las clases se suspendieron una vez comenzaron las jornadas de protestas, los toques de queda y los hechos de violencia que acompañaron las noches de la capital del Valle.
“Quería quedarme dos semanas porque yo amo la salsa, pero me enamoré de la gente, de la forma de vivir y me quedé”, contó la ciudadana alemana.
Cuando las miles de personas empezaron a marchar en la capital del Valle, la alemana empezó a registrar lo que ocurría en las calles. Estuvo en algunas zonas del departamento donde vio cómo algunos manifestantes promovían los bloqueos y quemaron un CAI y el MÍO.
Su historia de unión con los manifestantes de Cali comenzó el 3 de mayo, cuando una fundación le pidió ayuda para recolectar medicamentos, alimentos y otros bienes para entregarlos en Puerto Resistencia, “y desde ese día estuve allá, prácticamente me mudé y estuve día y noche allá”, aseguró al diario El Tiempo.
Respecto a su expulsión del país, este 29 de julio la alemana compartió varias historias en sus redes sociales refiriéndose a la decisión de Migración Colombia, quien no solo la envió de vuelta a su país sino que le prohibió el ingreso durante 10 años.
“Me prohibieron entrar a Colombia por 10 años. Se ha convertido en mi hogar, no puedo regresar a mi casa por diez años. No es la razón por que me estoy muriendo por adentro todo es mucho peor y cuando tenga la fuerza les voy a contar todo”, sostuvo Rebecca.
Asimismo, la mujer de 34 años agradeció a las personas por los mensajes de apoyo que ha recibido y del difícil momento que está pasando.
“Gracias por sus palabras disculpen si no tengo la fuerza para responder. No existen palabras para el dolor que siento. Plenamente dicho me siento morir y y no se como aguantar”, escribió la mujer en un principio.
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