La Secretaría de Ambiente de Bogotá anunció este jueves que el venado de páramo que fue rescatado el pasado 13 de julio al norte de la capital no podrá ser liberado en su hábitat natural, debido a que en una operación que se realizó en la tarde de ayer se le amputó parte de su pata delantera.
El ejemplar de la especie Mazama Rufina, que fue rescatado en el separador de la carrera séptima con calle 127, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente por segunda oportunidad, debido a que la herida que presentaba en la extremidad, producto de una fractura abierta, no pudo sanar de manera adecuada.
“Nuestro equipo veterinario hizo una operación en su pata delantera y encontró problemas a nivel muscular, óseo y un tejido no vitalizado, razón por la cual fue necesario, para evitar que se agravara de una infección, amputar una parte de su extremidad. En este momento el venado se encuentra estable y en recuperación”, aseguró el secretario de Ambiente encargado, Julio César Pulido.
Este procedimiento se realizó luego que los profesionales del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre (CAV), donde el venado adelanta su recuperación, evaluaran detalladamente los tejidos y observaran una afectación en la herida que, de no ser atendida, ponía en riesgo la vida del pequeño animal.
Luego de la cirugía, los profesionales del CAV le implantaron una muleta de soporte en su pata para que se pueda desplazar, mientras cicatriza la herida, y seguirán suministrándole el tratamiento antiinflamatorio y antibiótico para que presente una pronta recuperación.
“Estamos realizando una observación directa y muy minuciosa para garantizar que su recuperación sea la adecuada. También estamos haciendo las gestiones para colocarle una prótesis al venado. Su destino será un hogar de rescate de fauna silvestre, dado que por sus nuevas condiciones será imposible retornarlo a su hábitat natural”, aseguró el secretario de Ambiente encargado.
A su vez, los especialistas han manifestado que el ejemplar se encuentra estable y ha reaccionado de manera positiva a esta segunda intervención, alimentándose por sus propios medios y manteniendo una actitud de alerta, sin embargo, su pronóstico continúa siendo reservado.
De igual manera, las autoridades ambientales señalaron que contemplan la posibilidad de adquirir una prótesis que le facilite la movilidad al pequeño venado, asegurando que no podrá ser reintegrado a su hábitat natural debido a que su nueva condición le impediría desarrollar sus actividades y continuar con una vida silvestre.
“La Secretaría de Ambiente seguirá haciendo todo lo que esté a su alcance para garantizar el bienestar de este mamífero, y le prestará la atención y cuidados necesarios, que le permitan mejorar su estado de salud”, concluyó la entidad.
Esta especie de venado se encuentra especialmente en ecosistemas de bosque alto y páramo entre los 1.5000 y 3.500 metros de altura y se alimenta de frutas sotobosque, hierbas y ramas que encuentra en estos espacios con abundancia de arbustos.
Sin embargo, las poblaciones de esta especie se han visto reducidas en los últimos años por el impacto ambiental, por esta razón está catalogada en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Uicn) como vulnerable.
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