Este 28 de julio, el Juzgado Diecisiete Penal de Cali rechazó el preacuerdo al que llegó Gabriel Alejandro Bejarano, uno de los autores materiales de la masacre de Llano Verde, con la Fiscalía General de la Nación.
Con el preacuerdo, el criminal quería reducir la condena a 400 meses de cárcel por el primer homicidio y 12 más por cada una de las cuatro víctimas restantes.
“Inmediatamente manifestamos nuestro rechazo que fue escuchado por el juez 17 penal del circuito de Cali y se aplazó la diligencia para que la Fiscalía pudiera reevaluar ese preacuerdo”, dijo Luis Mejía uno de los abogados de las víctimas durante la audiencia.
El próximo 4 de octubre se llevará a cabo una nueva audiencia contra el sicario que atentó contra los cinco jóvenes.
Más temprano, el abogado de la defensa, Elmer Montaña, había denunciado que Bejarano había logrado un preacuerdo con la Fiscalía, algo que rechazaron las familias de las víctimas.
Si bien es cierto que hay rebaja de pena, de todas maneras, por trabajo, estudio y otros beneficios penitenciarios, la pena quedaría de menos de 30 años de prisión.
El abogado también dijo que el acusado de asesinar a los jóvenes, “cuando cumpla 20 años de prisión, tendría derecho a salir de la cárcel con permisos de 72 horas”, algo que calificó como “indignante”.
Blu Radio aseguró que la Fiscalía se pronunció sobre este caso y dijo que la rebaja de pena se establece en la ley y solo un juez puede aceptar o rechazar esto.
El homicidio de Álvaro José Caicedo, Jair Cortés, Josmar Jean Paul Cruz, Luis Fernando Montaño y Léider Cárdenas el pasado 11 de agosto de 2020 no ha sido esclarecido. Pese a que hay tres capturados que aceptaron su participación en el hecho, los testimonios dejan ver que hay más personas detrás del crimen.
El diario El Espectador reveló apartes de los testimonios que ha entregado Gabriel Bejarano, alias ‘El Mono’, el más reciente capturado y quien es señalado por los otros dos detenidos como el hombre que disparó en contra de los menores.
El delincuente ha hablado dos veces con las autoridades sobre el crimen, el pasado 15 de enero cuando fue capturado en una finca del municipio de Bolívar, al norte del Valle del Cauca, y el 18 de febrero.
Antes participar en el asesinato de cinco menores, él mismo estuvo con su hija, según reveló El Espectador. A las siete de la mañana de ese 11 de agosto de 2020 llegó a la zona de Llano Verde donde supuestamente trabajaba como vigilante informal contratado por un ingeniero de nombre Gonzalo Estupiñán.
El barrio Llano Verde, cerca del cañaduzal donde supuestamente trabajaba, es una zona que él mismo describió como “de alto riesgo”, porque conoció más crímenes y agresiones contra personas, e incluso, había recibido amenazas y le habían disparado en dos ocasiones.
Bejarano aseguró que él, Jefferson Marcial Angulo y Juan Carlos Loaiza, los otros dos capturados, estaban cerca del cañaduzal y vieron a unos jóvenes armados con machetes que lo iban a agredir y fue en ese momento, entre las 12:30 y la 1:00 cuando sucedió la masacre.
Aunque Marcial y Loaiza aseguraron que fue él quien disparó el revólver de calibre 38 en contra de los menores, Bejarano se ha limitado en asegurar que participó de los hechos, pero ha condicionado ahondar en el esclarecimiento a cambio de garantías de seguridad para él y su familia.
“Yo estoy dispuesto a seguir colaborando, pero quiero algunos beneficios”, registró el diario El Espectador.
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