El Ministerio de Salud y Protección Social reportó, este miércoles 28 de julio, 9.364 casos nuevos de covid-19 en Colombia. En las últimas 24 horas se procesaron 65.169 pruebas de las cuales 31.806 son PCR y 33.363 de antígenos.
El informe también señala que 319 colombianos fallecieron a causa de la enfermedad en las últimas 24 horas. De esta manera, el país llega a un total de 119.801 decesos a causa del virus desde el inicio de la pandemia.
Al conglomerar todas las cifras, Colombia llegó a 4.757.139 contagiados, de los cuales 78.461 son casos activos y 4.545.346 corresponden a casos positivos que ya lograron superar la enfermedad.
En cuanto a las regiones con más casos reportados, Bogotá lidera con 1.972 contagiados, seguido de Antioquia con 1.390 y en tercer lugar Valle con 960.
Hay 1.110 conglomerados en el país. Los territorios son: Amazonas, Antioquia (Ituango), Arauca, Atlántico, Barranquilla, Bogotá, Boyacá, Bolívar, Buenaventura, Caldas, Caquetá, Cartagena, Casanare, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, Huila, La Guajira, Magdalena, Meta, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Quindío, Risaralda, San Andrés, Santa Marta, Santander, Sucre, Tolima, Valle, Vaupés, Vichada, Guaviare y Guainía.
Así va la vacunación en el país
El más reciente reporte del Ministerio de Salud también señala que, hasta las 11:59 p.m. del 27 de julio ya se habían aplicado en Colombia un total de 25.902.416 dosis de la vacuna contra el covid-19.
Según el mismo informe, la cantidad de colombianos totalmente vacunados, es decir, aquellos que ya recibieron las dos dosis del biológico, asciende en este momento a 11.605.364 personas, mientras que 2.321.298 personas se han inmunizado con monodosis.
De igual manera, se detectó una leve baja en el ritmo de vacunación, donde para el día se aplicaron un total de 261.330 dosis, de las cuales 98.341 corresponden a la segunda inyección mientras que otras 49.392 fueron monodosis.
Balance emocional, necesario para la reactivación social segura
Han pasado 16 meses desde que el primer caso de covid-19 se reportó en Colombia, el Plan Nacional de Vacunación continúa a buen ritmo, el tercer pico epidemiológico presenta una curva de descenso, y la reactivación económica progresiva y segura, amparada en el decreto 580 y la resolución 777 de 2021, se adelanta en una sociedad que trata de amoldarse a la nueva normalidad.
Al respecto, Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social, reconoció que, “el bienestar físico y emocional se ha visto afectado por los diversos acontecimientos que ha provocado la pandemia: pérdidas de vidas humanas, eliminación de miles de empleos, dificultades económicas e incertidumbres generalizadas, que son apenas algunos ejemplos de las afectaciones que hoy se manifiestan en la población en general”.
Adicionalmente, la sociedad ha tenido que adaptarse a todos los cambios abruptos en corto tiempo y con ritmo vertiginoso, semana a semana.
Hoy, cuando se empiezan a dar avances en el proceso de inmunización y se comienzan a dar los primeros pasos hacia el regreso gradual a la vida en sociedad, recobrándose así las rutinas habituales, no es conveniente dejar de lado las necesidades que a nivel emocional van surgiendo, destacó.
La crisis sanitaria ha exacerbado las sensaciones previas a la declaratoria de la emergencia, por lo que se concluye que, directa o indirectamente, toda la sociedad en mayor o menor medida ha sufrido consecuencias psicológicas.
“Alteraciones en el estado de ánimo, inseguridad o sensación de agotamiento, es lo que más se ha podido identificar. Las emociones se han intensificado, pudiendo pasar del miedo al pánico o de la tristeza a la depresión. Situación que, aunque se supere, deja huella en la psiquis de las personas”, explicó Bautista, quien es médica psiquiatra.
Buscar el centro emocional
Un mecanismo psicológico que las personas han utilizado durante estos meses y al que le pueden dar continuidad, tiene que ver con la posibilidad de ampararse en el momento presente (aquí y ahora), analizar cada situación experimentada en perspectiva e identificar las herramientas concretas necesarias para resolver cada situación.
Esto implica dar orden por grado de importancia y prioridad, concentrarse en cada hecho particular, y tomar distancia de aquellos pensamientos que pueden generar ansiedad y malestar emocional.
Bautista resaltó que “este mecanismo es útil y válido para cualquier momento de crisis, especialmente cuando las personas se sienten invadidas por la incertidumbre, el miedo y la angustia. Se basa en las necesidades de la persona y usa como herramienta el reconocimiento de las emociones”.
Para ubicarse en ese centro emocional, hay que identificar objetivamente qué amenazas hay a la propia seguridad, qué límites son posibles poner y buscar siempre espacio y tiempo para reubicarse, emocionalmente hablando.
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