Catalina Valencia Tobón, directora del Instituto Distrital de las Artes, IDARTES, anunció, a través de su cuenta de Twitter, que se adjudicó la licitación para la restauración integral del histórico teatro San Jorge, ubicado en la localidad de Los Mártires, el cuál ha permanecido abandonado desde hace décadas.
En total, se destinarán 13.600 millones para esta obra de restauración que iniciará en agosto de 2021, y culminará en el primer trimestre de 2023, como parte de las metas de la actual administración para reactivar, modernizar y darle una nueva vida al centro de Bogotá. El teatro San Jorge es un edificio emblemático que durante los años cuarenta se caracterizó por reunir a las principales figuras del arte en Bogotá, y cuya arquitectura fue inspirada en la corriente artística del Art Deco.
Alberto Manrique Martín fue el arquitecto que, en el año 1938, se encargó de idear y crear este espacio que se convirtió en un recinto dedicado al arte, el cine, el café, la lectura, y que le dio un tinte bohemio en su época al barrio La Favorita.
“¡Hoy es un día muy feliz! Adjudicamos la obra del #TeatroSanJorge en la localidad de Los Mártires. En esta administración le dejaremos a esta localidad un equipamiento con alto nivel para la creación y las artes”, escribió en su Twitter Valencia.
El teatro lleva varias décadas en abandono y deterioro, y su fachada se destacaba por su color azul celeste y tres altorrelieves distribuidos en el cuerpo central del edificio, de color blanco, con figuras femeninas estilizadas y marcadas por las obras del expresionismo alemán de principios del siglo XX.
¿Quiénes visitaban el teatro?
Según una investigación del Proyecto de Restauración para el teatro San Jorge de Bogotá, hecho por la Universidad Javeriana y en cabeza de Laura Viviana Quintero Agudelo, a este lugar asistían residentes del sector, políticos, artistas, empresarios y, por estricta orden de Jorge Enrique Pardo, los asistentes debían tener más de 15 años e ir vestidos con pantalones largos, camisa blanca, corbata o corbatín y sombrero de copa.
A la inauguración asistieron el entonces presidente Eduardo Santos y su esposa Lorencita Villegas de Santos. De igual manera, los ex presidentes Carlos Lleras Restrepo, Alfonso López y Laureano Gómez frecuentaban los palcos del teatro y, por disposición del mismo Jorge Pardo, nunca debían pagar entrada.
“El teatro de asocia con la productora de cine estadounidense Metro Goldwing Mayer (MGM), para traer sus películas y exhibirlas de manera exclusiva. Se estrenaron películas como “Lo Que el Viento se Llevó”, “El Gran Vals y Rosa de Abolengo”. También se presentaban películas de actores reconocidos como Antonio Aguilar, Pedro Infante, José Alfredo Jiménez o Cantinflas. La entrada a las funciones tenía un costo de $0.60 (sesenta pesos)”, cita la investigación.
Tenía capacidad total para 1.400 personas, puesto que la platea (ó salón de butacas) podía albergar 1200 personas más 200 en el área de bar y salones de té. Sus sillas fueron las primeras reclinables en la ciudad, por tanto el público veía la función desde cualquier lugar de la platea lo más cómodo posible. Contaba con el más moderno equipo de proyección fabricado y diseñado por Phillips, en Holanda, especialmente para el teatro, se describe en el mismo documento de la universidad Javeriana.
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