Nikki, exparticipante de ‘La Voz: Teens’, habló de la lucha que vive frente a su adicción al alcohol

La joven de 21 años aseguró que, aunque ama la música, su carrera en la industria del entretenimiento no será su principal objetivo. Nikki invitó a quienes tienen problemas con su salud mental a pedir ayuda.

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Nikki
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Con un gran sombrero negro, y con su interpretación en piano de ‘Creep’, de Radiohead, Nikki se ganó los elogios de Gusi, Goyo, y Andrés Cepeda en su audición a ciegas al participar en ‘La Voz: Teens’. Hoy, con 21 años, y con una gran cantidad de sueños por delante, Nikki le confesó a sus seguidores que lleva más de 130 días sobria pues, tras sufrir de un complejo cuadro de complicaciones con su salud mental, el alcohol le sirvió como una especie de escape. Nikki, conmovida, aseguró que dejará de ‘meterle gasolina’ a su carrera musical, aún y cuando cantar es de las cosas que más ama en su vida.

Nikki, en 2016, y luego de que los tres jurados giraran sus sillas interesados por su voz, escogió a Andrés Cepeda como su entrenador y, aunque no ganó el concurso, llegó a las finales, y enmarcó su nombre en una de las presentaciones más vistas de YouTube de todas las versiones de ‘La Voz’ del mundo cuando, de la mano de las también concursantes Ana María y Angie, cantó el clásico del rock ‘Bohemian Rhapsody’, interpretada originalmente por Queen. El video de esa presentación supera las 33 millones de visualizaciones.

En una transmisión en vivo a través de su cuenta de Instagram, el pasado 17 de julio, Nikki, conmovida, confesó que estuvo internada en un centro de rehabilitación y que, para esa tarde, hora en la que hizo su transmisión, completaba 135 días sobria.

El confinamiento y los cambios a la vida que trajo la pandemia de la covid-19 fueron un detonante para la bogotana pues, fue durante aquellos meses que su salud mental empezó a empeorar. En el 2020, contó ella, “las cosas conmigo, en general, empezaron a tomar un giro hacia lo ‘no muy bueno’, lo ‘no muy bonito’ en términos de salud mental (...) las cosas se me salieron de las manos. Llegué a un punto en el que tener que despertarme por las mañanas era abrumador. Existir me parecía una vaina absurda. Me enrollé mucho en mi cinismo, en mi pesimismo. Perdí mi esencia”.

Con su emocionalidad inestable, Nikki vivió un momento complejo durante inicio de este año que, aunque no especificó de que se trató, la llevó al límite. Fue una de sus mejores amigas la que, preocupada por ella, le sacó una cita con un terapeuta y, en medio del proceso, Nikki terminó llegando a un centro de rehabilitación de adicciones. “Pedir ayuda no es fácil (...) lo que me ofrecieron fue internarme. Me interné el 4 de marzo de este año. Fueron dos meses. Durante ese proceso llegué a la gran conclusión de que tengo un problema de alcoholismo. Soy adicta en recuperación”.

La joven explicó que mientras más se deterioraba su salud mental, más aumentaba su alcoholismo “yo no me daba cuenta. Lo que uno está haciendo es ahogando el sentir. Si yo me sentía mal me tomaba un trago. Cosa que claramente no está bien hecha”.

Seguido a su relato, la cantante aseguró que aquellas semanas en recuperación, internada, la hizo cambiar la forma en la que ve muchas cosas en su vida, y la hizo tomar decisiones que, aunque siguen siendo difíciles para ella, son las más correctas, según su concepto. “La persona que soy hoy tiene sueños y de hacer cosas distintas. Por un tiempo indefinido voy a dejar el tema de ser cantante. Todo este mundo mágico que es el ser figura pública, y sacar música y ser artista, no es necesariamente lo que quiero para mi vida. De verdad, lo siento mucho”.

Nikki manifestó que no dejará de hacer música, ni de cantar, pero que “no le voy a meter más gasolina al asunto de llegar al estrellato. Esta decisión fue un puño en la cara, lo que yo quería en la vida, o lo que yo creía que siempre había querido en la vida era solamente cantar. Se me cumplió ese sueño, estuve en ‘La Voz’ (...) yo amo cantar, y no lo pienso dejar de hacer, pero todo este tema ya no lo quiero perseguir. Los sueños cambian”.

La cantante, que ahora estudia “Producción de audio y composición para cine y medios”, en la Universidad de los Andes, aseguró que aunque su experiencia en la voz fue ‘maravillosa’, después de ello la gente a su alrededor le puso el título y el futuro de ‘cantante’ y empezaron a suceder cosas a su alrededor que, en medio de todo, la hicieron desinteresarse de aquello. Más que una pasión, por esos días, la música se convirtió en una obligación, en una tarea, “me tenían que perseguir para que yo hiciera esas cosas, ya no me despertaba con esas mismas ganas. Me iba desmotivando cada vez más (...) me di cuenta de que ya cumplí el sueño de la niña chiquita, y ahora me toca a mi”.

Nikki se despedirá de su sueño con un EP de cuatro canciones que saldrá el 30 de julio. “Son posiblemente las cuatro canciones más honestas y pegadas a mi estilo y a mi espíritu. Es música muy mía”. Aunque explicó que siente que está decepcionando a muchas personas, lo que menos quiere es decepcionarse a sí misma. “Los quiero muchísimo a todos por apoyarme. Ustedes han sido gente espectacular conmigo. El apoyo siempre ha siso incondicional, les agradezco mucho. Ya después de un rato yo hacía esto por ustedes. Un músico sin gente que le escuche la música no es nadie, entonces muchas gracias por oírme y apoyarme. Nunca se los voy a terminar de agradecer”, concluyó Nikki entre lágrimas.

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