A medida que pasan los días, las pérdidas que genera la sedimentación que obstruye el canal de acceso al Puerto de Barranquilla son mayores. Este 15 de julio se dio a conocer que solo durante esta semana se han tenido que desviar quince embarcaciones a los terminales de Santa Marta (Magdalena) y Cartagena (Bolívar) y otras siguen estancadas en el río Magdalena. Según la Asociación Portuaria de Barranquilla (Asoportuaria), en la ciudad se han dejado de desembarcar casi 300.000 de productos, que representan más de seis millones de dólares.
“Llevamos ya casi 300.000 toneladas que se han perdido, han tenido que ir a otros puertos o se han dejado de movilizar y eso representa más de 6 millones de dólares. Hay dos o tres buques afuera esperando alguna mejora en las condiciones o alguna ventana para poder ingresar y estos ya traen muy poca carga”, aseguró Lucas Ariza, director de Asoportuaria.
Esta crisis tiene preocupadas a las autoridades marítimas en Barranquilla porque se ha disminuido la cantidad de buques que llegan y salen de la ciudad en un 81 por ciento. El calado para los buques, que estaba en siete metros, descendió hasta 6,7. Con estas mediciones, las embarcaciones con eslora de hasta 180 metros podrán seguir operando sin mayores contratiempos; pero no ocurre lo mismo para aquellas que cuenten con eslora entre 180 y 200 metros, pues estos solo podrán laborar en horas del día.
Lo anterior, retrasa las operaciones en el puerto y una solución es que las embarcaciones lleguen con menos carga, pero esto no es muy atractivo para las empresas. Esto se debe a que los costos por movilizar mercancía son los mismos aunque no tengan la misma cantidad de mercancía.
“Esos falsos fletes ya hacen muy poco atractivo traer carga al puerto de Barranquilla porque el buque le cobra su capacidad completa, aunque venga a menos de la mitad de su capacidad de carga. Eso, aunado al fenómeno del incremento en los fletes marítimos, es una tormenta perfecta que nos juega en contra de la competitividad de la ciudad y a la que tenemos que darle soluciones de fondo”, explicó Ariza.
Esta situación preocupa al alcalde de la ciudad, quien aseguró desde inicios de esta semana que lo que está sucediendo pone en riesgo la estabilidad de la capital atlanticense.
“Nos dijeron que la draga llegaba ayer y empezaba trabajos hoy. Reaccionamos rápidamente y declaramos la Calamidad Pública. Ahora, que apenas zarpará y el jueves estaría arrancando trabajos. Como ya dijimos, estas crisis minan la confianza y deterioran todo logro”, escribió Pumarejo el 13 de julio en redes sociales.
Es importante mencionar que la draga a la que se refirió Pumarejo, en efecto, llegó este jueves en la mañana a Barranquilla. Se trata de la draga Taccola, de Luxemburgo, que deberá remover 140.000 metros cúbicos de sedimento que están en cuatro tramos críticos de los 22 kilómetros del canal de acceso del puerto.
Aunque, al parecer , pronto empezarán a mejorar las condiciones de navegabilidad en el río Magdalena, a la altura de la capital atlanticense, las autoridades aseguran que esto no soluciona todos los problemas. Algunos sectores señalan que es importante que la ciudad cuente con su propia draga.
“El tema no es dragar e irse, necesitamos en la ciudad de Barranquilla una draga urgente que haga mantenimientos preventivos, que la profundidad sea sostenible hasta el 31 de diciembre de 2021 y posteriormente hasta que el Appeista reciba el canal navegable de Barranquilla”, aseguró José Curvelo, jefe de la Oficina de Asuntos Portuarios de Barranquilla.
Esta no es la primera vez que se hace la solicitud, pues recientemente el director de Asoportuaria también pidió soluciones permanentes. El pasado 4 de julio, el funcionario pidió que se realicen los procesos de licitación del dragado rápidamente.
“Ida la draga Bartolomeu Dias y habiendo quedado desiertos tres procesos de licitación, nos hemos quedado sin draga y estamos pagando las consecuencia. Este es un hecho desafortunado que de verdad requiere la urgencia del caso. El proceso quedó desierto desde el pasado lunes (27 de junio) y ya ha transcurrido prácticamente una semana y no se ha concretado nada. Las pérdidas son millonarias para toda la cadena que vive de la actividad del comercio exterior y es un revés teniendo en cuenta que la zona portuaria venía siendo ejemplo de la reactivación económica”, dijo Ariza.
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