Pacho Herrera era un hombre corpulento, de un metro 70 de estatura y siempre vestía elegante con saco y corbata. Nacido en Palmira, el 24 de agosto de 1951, se decía que era el hijo no reconocido de Benjamín Herrera Zuleta, ‘el Papa Negro de la Cocaína’, quien inició el negocio del tráfico en el Valle del Cauca.
Nacido en una familia humilde, su ambición era tan grande que, desde pequeño comenzó a traficar, primero con esmeraldas y joyas. Hasta que se mudó a Estados Unidos a los 22 años y se convirtió en mecánico de la Nemac Corporation, una empresa de piezas de aviones en Nueva York. “En ese entonces el trabajo que se hacía era para los aviones de guerra del gobierno. Como yo era mecánico industrial y logré sacar el Social Security, comencé a trabajar legalmente”, dijo Herrera en una indagatoria ente la Fiscalía, que reseñó Semana.
Allí trabajó durante cuatro años, su sueldo eran dos dólares por hora, con ese dinero compraba calculadoras y relojes electrónicos que enviaba a Colombia y los vendía a un precio mucho más alto. Pero luego su hermano Ramiro Herrera le propuso lavar dólares. Lo cual aceptó, en cinco años llegó a sacar en ollas, destapadores, otros electrodomésticos y maletas de doble fondo, unos USD $100 millones.
“Los dólares que traía de Estados Unidos eran del narcotráfico y también de algunos industriales, ya que por la situación cambiaria que había en ese tiempo no era posible que ellos los trajeran legalmente. Pero la mayoría de los dólares que yo traía eran de personas que trabajaban en actividades ilícitas”, confesó Herrera en la indagatoria ante la Fiscalía.
Su vinculación al negocio del narcotráfico la hizo posicionándose como capo de la distribución de cocaína y el lavado de activos en Estados Unidos, esto lo convirtió en uno de los narcotraficantes más adinerados del mundo, sin embargo, hasta el momento no se conoce el dinero total que recaudó durante su vida.
A su regreso a Colombia fundó el ‘Clan Herrera’ y se posicionó como tercero al mando dentro del Cártel de Cali, siendo el hombre más joven en liderar uno de los grupos ilegales más grandes del país en el momento, así llegó a ser, en su momento, el más importante lavador de dinero de los cárteles de droga colombianos apoyado en estructuras como el Clan Ramírez en el Valle del Cauca entre otros.
También fue llamado como “El hombre de los mil rostros”, esto porque después de la fuga de Pablo Escobar de La Catedral, se conoció un álbum con fotos de Herrera en donde se veía que el hombre se había hecho varios retoques para tratar de identificar su aspecto actual, ya que era muy difícil reconocerlo.
Según cuenta la Fiscalía, el 1 de septiembre de 1996 Hélmer Herrera, quien permanecía prófugo de la justicia, decidió entregarse ante el general Rosso José Serrano, líder de la unidad Bloque de Búsqueda de la Policía Nacional de Colombia, en la iglesia del municipio de Yumbo.
Fue el último de los cuatro líderes del cártel de Cali en ser capturado y poco después, el 8 de octubre de 1996, Pacho Herrera le reveló a la policía que había prestado colaboración para que se capturara a Pablo Escobar afirmando haber gastado toda su fortuna en que esto pasara, posteriormente fue trasladado al pabellón de máxima seguridad de la penitenciaría de Palmira.
El 4 de noviembre de 1998, Rafael Ángel Uribe Serna, haciéndose pasar como abogado, ingresó al penal de Palmira donde se encontraba Hélmer Herrera y lo asesinó, propinándole siete impactos de bala.
Pacho Herrera falleció a los 48 años con contusiones en el brazo derecho, un trauma cerrado en el tórax, lesiones en el rostro y una herida de tres centímetros en el lado derecho de la cabeza. Él nunca supo por qué, pero tenía bastantes cuentas por pagar de sus crímenes en el negocio del narcotráfico y el lavado de dólares para no imaginarlo. Tampoco fue el primer atentado que enfrentó.
En indagatoria ante la Fiscalía, Uribe Serna afirmó que lo mató porque él amenazó con hacer lo mismo con su familia si no asesinaba al esmeraldero Víctor Carranza, y no pudo cumplir la misión. Más tarde las autoridades desestimarían el móvil, pues lograron determinar que el sicario fue enviado por el Cartel del Norte del Valle en represalia por un atentado hacia su cabecilla, Wilber Varela, en 1996, que ordenó Herrera.
Extinción de dominio:
Hace unas horas se conoció que tras la captura de William Herrera López, alias W, sobrino del narcotraficante, se le decomisó al hombre toda la fortuna que guardaba de su tío, en total fueron recuperados 324 inmuebles (37 apartamentos, 93 casas, 62 parqueaderos, 8 fincas, 108 Lotes ‘Proyecto de Condominio’ y 16 oficinas), 2 sociedades, 3 establecimientos de comercio y 247 semovientes.
318 bienes fueron ocupados en Cali, Cerrito, Jamundí, Tuluá, Yumbo, Ginebra, Calima, Palmira, Candelaria y Dagua (Valle del Cauca); 5 más en zona rural de Cimitarra (Santander), 2 en Bogotá, 2 en Cartagena (Bolívar), 1 en Pereira (Risaralda), y 1 en Girardot (Cundinamarca). Además de una hacienda ubicada en el lago Calima, cuya extensión supera las 137 hectáreas y está avaluada comercialmente en 3.3 billones de pesos
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