Colombianos capturados en Haití habrían sido engañados y torturados para confesar

Esta es la teoría que manejaría el FBI, que involucra directamente a miembros de seguridad del presidente Jovenel Moïse.

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Haitian police stand guard outside the court house a week after the assassination of President Jovenel Moise, in Port-au-Prince, Haiti July 14, 2021. REUTERS/Ricardo Arduengo
Haitian police stand guard outside the court house a week after the assassination of President Jovenel Moise, in Port-au-Prince, Haiti July 14, 2021. REUTERS/Ricardo Arduengo

Desde el pasado 7 de julio que se dio el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, las teorías sobre cómo se ideó y ejecutó el plan siguen siendo la conversación principal. Este miércoles El Tiempo, que dice haber conocido un documento del FBI y afirma que todo se trataría de un engaño para incriminar a los colombianos ya que ellos habrían llegado tiempo después de la muerte del presidente.

Al parecer los exmilitares habrían llegado incluso 45 minutos después de la muerte de Moïse, así que se habla de una posible trampa a la mayoría de los colombianos hoy involucrados en el magnicidio. La estrategia estaría pensada desde una ‘élite haitiana’ y por miembros de la seguridad presidencial.

Según El Tiempo, se considera entre los sospechosos a un magistrado que ordenó la orden de captura contra Moïse y que se haría efectiva el día que murió. Por su parte, el documento del FBI tendría la teoría de que Claude Joseph, el primer ministro y por ahora presidente del país, también podría estar involucrado, pero no es confirmado y sigue en investigación.

El punto principal es que, al parecer, los colombianos estarían siendo torturados para declarar falsamente. Primero porque de acuerdo al ministro de Elecciones, Mathias Pierre en diálogo con Bloomberg, sus perfiles no dan para planear ese asesinato y que es necesario la intervención de personas más poderosas. Incluso cree que los colombianos ni siquiera conocerían la misión que ejecutarían, como lo han manifestado algunos familiares.

“Recibieron la llamada para ir a prestar apoyo en un ataque que ya había pasado hacía 45 minutos”, señaló Pierre.

Entre los posibles responsables estaría el jefe de seguridad del palacio presidencial, Dimitri Hérard, quien no se presentó recientemente ante el tribunal para un interrogatorio de la Fiscalía sobre el magnicidio. Según Efe, el hombre justificó su ausencia aduciendo una medida cautelar impuesta por la Policía de Haití que no le permite asistir y hasta ahora ningún miembro del cuerpo de seguridad lo ha hecho.

Las autoridades del país caribe señalan que el director del cuerpo de seguridad (CTU) que habría contratado a los colombianos, el exsenador John Joel Joseph (prófugo), James Solages, el alcalde Marky Kessa (detenidos) y un hombre llamado Walter Veintemilla (posible financiador) se habrían reunido para planear el asesinato al menos una vez.

La versión contra el primer ministro

Según una investigación de Noticias Caracol, el primer ministro Claude Joseph, quien asumió el poder de la isla tras la muerte del jefe de Estado, estaría involucrado en el atroz crimen.

El noticiero colombiano reveló que el magnicidio comenzó a planearse en noviembre de 2020 en el edificio de la sede de CTU Security en Miami. Cuentan que allí se reunieron el venezolano Antonio Intriago, dueño de la empresa, el gerente colombiano, Arcángel Pretel, el haitiano-estadounidense James Solages, un diplomático haitiano de apellido Askard, el médico haitiano ya capturado, Christian Sanon, y el colombiano Jonathan Rivera García.

El plan en un primer lugar habría sido secuestrar al presidente Moïse para tomarse el poder y dejar como presidente a Claude Joseph, el actual primer ministro de Haití. Esta es una hipótesis que se fortalece con las investigaciones que adelantan las autoridades haitianas y los investigadores del FBI.

Sobre el reclutamiento de los mercenarios colombianos, fueron el capitán Germán Rivera y el sargento Duverney Capador (muertos) quienes se encargaron de reclutarlos a través de tres empresas colombianas reconocidas por haber enviado a militares retirados a prestar servicios de seguridad en Oriente Medio.

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