Andrea Cortés, la primera policía trans de Colombia, y su tragedia con los biopolímeros en los glúteos

Recientemente, la oficial decidió retirar de su organismo este producto, que, a pesar de los efectos, sigue siendo utilizado en la industria de los tratamientos estéticos.

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Andrea Cortés, policía transgénero. Foto: Cortesía Zona Cero y El Heraldo
Andrea Cortés, policía transgénero. Foto: Cortesía Zona Cero y El Heraldo

La patrullera Andrea Cortés Guarín es conocida en el país por ser la primera mujer trans en ingresar a la Policía Nacional de Colombia, una de las instituciones más importantes y conservadoras del país. Tras varios años de dar a conocer su historia para ingresar a la institución, Cortés volvió a dar de qué hablar a los colombianos, al revelar que también es una de las mujeres que sufrió a causa de los biopolímeros en los glúteos.

Los biopolímeros son un producto que se ha utilizado en los últimos años en tratamientos estéticos, especialmente en el área de los glúteos. Con el paso del tiempo, se han conocido los casos de muchas mujeres que años después de tener estos químicos en su cuerpo les genera una reacción negativa y deben ser retirados de urgencia a través de una cirugía que dejar una gran cicatriz.

Hasta ahora, entre los casos más sonados en la farándula colombiana están las famosas Lina Tejeiro, Jessica Cediel y Yina Calderón, entre las famosas colombianas que han sufrido las consecuencias de los biopolímeros en sus colas.

Ahora la patrullera Cortés reveló su historia a través de sus redes sociales, sorprendiendo a sus seguidores contándoles que se había realizado una intervención para retirar los biopolímeros, los cuales se había inyectado tres años atrás. Actualmente, Cortés se encuentra recuperándose de esta cirugía.

“No les quería contar hasta que no saliera bien, para no preocupar a nadie”, explicó la mujer en sus redes sociales. La patrullera quiso esperar a salir de esta intervención para hablar con sus seguidores e invitar a otras mujeres a no dejarse aplicar este producto en sus cuerpos, pues ella vivió en carne propia “la cárcel” que implica haberse inyectado este producto.

Cortés Guarín explicó que “hay muchas niñas que pasan por lo mismo. Es una cárcel que lleva una misma, que uno carga y uno no le dice a nadie por el miedo al qué dirán”. La muer de 26 años agregó que los biopolímeros son una “bomba de tiempo” en el cuerpo de aquellas que se los aplican y que “uno a veces no se quita eso por miedo a que le quede la cola deforme o la cicatriz”.

Ahora, Cortés Guarín, quien también se ha convertido en una abanderada de los derechos de las mujeres y de la comunidad Lgbtiq+, reconoció que “colocarme biopolímeros en la cola fue lo peor que pude haber hecho” y recomendó a las demás mujeres que quieran realizarse algún procedimiento estético en sus glúteos acudir a profesionales confiables y a otros tratamientos.

En 2016, Cortés se graduó para ingresar a la Policía Nacional de Colombia; sin embargo, en ese momento para sus compañeros era Fabio Cortés Guarín y la designaron al departamento del Cauca. Un año más tarde, la patrullera decidió regresar a su natal Bucaramanga y realizar el proceso de papeleo para ser Andrea.

En 2018, la patrullera instauró una tutela a la institución por no aceptar cambiar su documentación como mujer, el fallo fue a su favor y desde entonces Andrea Cortés porta con orgullo el uniforme de la Policía Nacional y se convirtió en la primera mujer trans en hacerlo. “En la gran mayoría de compañeros he encontrado mucho respeto hacia mi persona, y hacia mi decisión de ser una mujer trans”, dijo Cortés a El Tiempo hace unos meses cuando dio a conocer su historia.

Además de retirarse los biopolímeros, entre las más recientes cirugías de Andrea está una cirugía en sus cuerdas vocales que se realizó en Barranquilla a finales de 2020, con el otorrinolaringólogo Antonio Ballestas. Este profesional, citado por Pulzo, explicó que “le realizamos a Andrea una cirugía de feminización de la voz con la técnica de ‘glotoplastia de wendler’, que consiste en convertir una laringe masculina en una laringe femenina”.

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