Paloma Valencia, María Fernanda Cabal y otros uribistas que criticaron las protestas en Colombia pero defienden las de Cuba

Las protestas en Cuba desde el pasado fin de semana centraron la atención del mundo entero debido a que son las mayores manifestaciones antigubernamentales en 27 años. Las reacciones en Colombia no tardaron y varios políticos se pronunciaron al respecto.

Esta situación llama la atención dado que varios congresistas y exmilitantes de partidos políticos que hoy claman por libertad para los cubanos, fueron los mismos que hace tan solo semanas condenaron, rechazaron y deslegitimaron, en repetidas ocasiones, las protestas en Colombia en el marco del paro nacional y que dieron lugar al descontento generalizado con el gobierno de Iván Duque.

Por ejemplo, en el Centro Democrático, el partido con el que Duque llegó al poder en el país, hay varios casos de parlamentarios que arremetieron contra los colombianos que salieron a manifestarse contra la fallida reforma tributaria, reforma a la salud, violencia y demás situaciones en el país.

La senadora María Fernanda Cabal fue de las máximas críticas del paro en Colombia: defendió a la fuerza pública ante los varios casos documentados de brutalidad policial e hizo duros cuestionamientos a los jóvenes de todo el país que salieron a protestar. Incluso, cuestionó con vehemencia al presidente Duque y a varios alcaldes como Jorge Ospina en Cali, por no adelantar labores que permitieran restablecer el orden en el país.

Ahora, tras el estallido social en Cuba, Cabal ha publicado varios trinos en los que arremete contra el régimen de Miguel Díaz-Canel, cuestiona a las autoridades de esa nación por atentar contra los manifestantes, pide libertad para esa nación centroamericana y retuitea varios mensajes que plasman la difícil situación en ese país.

La también ‘cara visible’ del uribismo, la senadora Paloma Valencia, ha sido férrea defensora de la Policía Nacional y detractora de que la juventud en Colombia proteste, argumentando que afecta a los más pobres.

Sin embargo, tal parece que sí apoya que los jóvenes cubanos se pronuncien contra el gobierno de esa nación y que difiere abismalmente con la ideología política de la pupila del expresidente Álvaro Uribe, jefe del Centro Democrático.

Otro congresista de ese partido, Carlos Felipe Mejía, conocido por sus gritos en las plenarias del Senado y quien durante el paro cuestionó duramente a políticos como Gustavo Petro por incentivar a que los colombianos salgan a las calles a protestar, también se ha pronunciado a favor de las movilizaciones en Cuba con mensajes como: “Presidente Iván Duque es el momento de romper relaciones diplomáticas con la dictadura cubana del señor Raúl Castro y Diaz Canel, como muestra de apoyo al sufrido pueblo cubano y como rechazo a lo que representa ese modelo de horror y miseria. #SOSCuba”.

María del Rosario Guerra, también senadora de esa colectividad, se refirió al “castrochavismo”, lo criticó y justificó a los marchantes. Cabe recordar que Guerra, al igual que sus compañeros de partido, fue de las que también se despachó contra miembros del paro como la ‘primera línea’. “La dictadura del eje castro-chavismo: Maduro en Venezuela, Ortega en Nicaragua y Diaz Canel en Cuba buscan eliminar al opositor, a los que los pueden derrotar. Recuerden que el candidato de ese eje en Colombia dijo que necesitaría al menos 16 años en el poder. Ojo con el 22!”, dijo en Twitter.

De igual manera, el senador Ernesto Macías, quien criticó varias veces el paro en Colombia, dejó mensajes como el que leerá a continuación:

Por otro lado, uno de los máximos críticos de la ideología política de Cuba y una de las máximas personalidades políticas en Colombia, Álvaro Uribe, no se ha pronunciado directamente al tema, pero sí ha reposteado diversas publicaciones referentes a la crisis de ese país.

En contraste, el senador de la ‘Lista de la Decencia’, Gustavo Bolívar, también habló sobre el tema de Cuba y le recordó a sus colegas en el Congreso algunas de las problemáticas que hay en Colombia y les pidió que pongan los ojos en la situación del país del que son originarios y no de otros.

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