Boyacá es un departamento lleno belleza histórica. Fue allí, precisamente en el Pantano de Vargas, donde se dio el gran golpe que luego terminó en la declaración de independencia de la República de Colombia. Pero además, el territorio es la cuna de grandes ciclistas colombianos, quienes han encontrado en la topografía del terreno, un lugar único para armar de acero sus piernas y recorrer triunfantes las carreteras de todo el mundo.
Y es este conjunto de riqueza histórica, cultural y natural, lo que hace de este departamento uno de los más bellos para conocer en Colombia. Sus pueblos aún conservan calles empedradas de épocas coloniales, así como una arquitectura que pareciera trasladar por momentos al viajero a una historia de amores y dramas bicentenarios al mejor estilo de Jorge Isaac.
A continuación Infobae trae un resumen sobre cinco pueblos imperdibles para visitar en Boyacá, que guardan las tradiciones de una tierra llena de historia y momentos memorables:
Villa de Leyva
Un destino de ensueño a tan solo cuatro horas de Bogotá. Este pueblo boyacense cuenta con una amplia oferta gastronómica, hotelera y turística que permite disfrutar de actividades como recorrer los viñedos de la zona, hacer ecoturismo en los distintos ecosistemas del territorio o disfrutar de un glamping con todas las comodidades.
También se puede conocer la cerámica más grande del mundo: La Casa Terracota: “un espacio destinado a la experimentación arquitectónica y artística que promueve la práctica de las distintas artes y oficios”, describe Colombia Travel.
Paipa
Uno de los parajes boyacenses más frecuentados por su hermosas montañas, su deliciosa gastronomía, además de sus aguas termales que componen uno de los principales atractivos turísticos del destino. Para llegar, Alkilautos recomienda tomar “la vía que pasa frente al Lago Sochagota y conduce también al Pantano de Vargas, a solo cinco minutos del parque principal de Paipa”.
Allí, los visitantes se pueden encontrar con distintas actividades de bienestar como lodoterapia y algaterapia, además de camas de burbujas, hidroacupuntura e hidromasajes.
Lago de Tota
Se encuentra a 34 km de Sogamoso, muy cerca de las localidades de Cuitiva, Tota y Aquitania. Es reconocido por sus playas de blanca arena y aguas cristalinas, que conforman un ecosistema donde conviven distintas especies terrestres y marinas.
Los visitantes pueden disfrutar allí de dos playas, la de la Laguna de Tota y la de Playa Blanca, reconocidas por sus agradables 12°C, además de ser ideal para disfrutar deportes acuáticos como windsurf.
Iza
Es uno de los pueblos declarados como patrimonio del país, un reconocimiento que mereció por su arquitectura, que aún conserva características originales de los pueblos muisca.
Se encuentra en el Valle del Sol o “Nido Verde”, donde se pueden disfrutar paisajes inolvidables, aguas termales y actividades al aire libre como senderismo, ciclomontañismo o cabalgatas.
La agencia de viajes Aviatur aconseja no irse de Iza sin “pasar por su plaza principal y dejarse tentar por alguno de sus deliciosos postres (cuajadas con melado, leche asada, postre de las tres leches y dulces de frutas), almojábanas, génovas, queso de cabeza”.
Monguí
Otro de los pueblos de encanto que esconden el paisaje boyacense. Es reconocido nacional e internacionalmente por sus fábricas de balones, donde en algunos casos se puede conocer su proceso de fabricación.
Estando allí, el buscador de viajes Skyscanner recomienda visitar algunos atractivos como el puente Calicanto y el Páramo de Ocetá, ideal para practicar senderismo, mientras se divisan los frailejones y se disfrutan de cascadas y manantiales.
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