Cartagena atraviesa días polémicos en términos de turismo. A los escándalos de esta semana por el desplome de un caballo cochero y la indignación por una pareja sosteniendo relaciones sexuales en un balcón del centro histórico de la capital de Bolívar se les sumó este sábado una preocupación recurrente al interior del ‘corralito de piedra’: el microtráfico, la prostitución y la explotación sexual, para la que la administración local estaría formulando una alternativa.
Eso, después de que el Juzgado Segundo Administrativo del Circuito de Cartagena admitiera el pasado viernes 9 de julio una tutela presentada en contra de la Alcaldía por funcionarios de la Defensoría del Pueblo y del Colectivo ‘Somos Centro Histórico’, que exigen que se prohíban dichas actividades, así como la violación de los usos del suelo establecidos en el POT y la contaminación auditiva, consideradas como excesivas, en la zona turística por excelencia de la ciudad.
En palabras de Isabela Restrepo, directiva del mencionado colectivo, “desde que se cerró Tesca la prostitución se regó por toda la ciudad y en el Centro Histórico ha proliferado por el turismo nocturno”, señaló la vocera.
A través de un comunicado, Somos Centro Histórico insiste en que el turismo de excesos nocturno en el Centro Histórico está poniendo en riesgo la permanencia de Cartagena en la lista de Patrimonios de la Humanidad de Unesco. Y hasta proponen “que en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) se cree una zona de tolerancia en las afueras de la ciudad, lejos de barrios con uso residencial, y se establezcan licencias de funcionamiento para la operación de comercios como existen en otras ciudades del país”.
“Ya no es posible un paseo con niños y en familia durante las noches por el Centro Histórico de Cartagena sin estar expuesto a un escándalo protagonizado por prostitutas, borrachos; con peleas, sexo o venta y consumo de drogas”, manifestó al respecto Catalina Pardo, habitante del Centro Histórico, citada por el diario El Tiempo.
Pues bien, ante la petición, Noticias RCN reporta que el alcalde de la ciudad William Dau habría confirmado su interés en darle desarrollo a la idea de crear una zona de tolerancia que permita trasladar todas esas actividades a otra zona a las afueras de la ciudad que todavía no ha sido seleccionada.
Según cita el diario local El Universal, el mandatario señaló que “ya he discutido la propuesta con varias personas y sí, pienso que al igual que pasa en muchas otras ciudades del mundo se debe crear una zona rosa para este tipo de actividades y obviamente no puede ser en el Centro”. De igual forma, reconoció que “la idea que yo tenía era establecer una zona rosa, bien desarrollada, que haga parte del atractivo de la ciudad pero reglamentada, una zona que ofrezca seguridad e higiene”.
Esta, concluyó, se podría desarrollar por medio de la creación de una alianza público privada que atraiga inversión a la ciudad y garantice la sostenibilidad de la idea en el largo plazo. De esta forma se podría ejercer mayor control sanitario y regulatorio sobre dichas actividades.
Valga recordar que por el hecho del balcón que desató esta petición, el teniente coronel, Oscar Eduardo Pachón, subcomandante de la Policía Metropolitana de Cartagena confirmó que “se realizaron las dos órdenes de comparendo haciendo aplicación al Código Nacional de Convivencia y Seguridad Ciudadana en el artículo 33, que son los comportamientos que afectan la tranquilidad por realizar actos de exhibicionismo que generan molestia a la comunidad”.
Sobre las personas, no se ha establecido sí en realidad era una pareja o se trataba de una persona adquiriendo un servicio de compañía en la ciudad. Esta última opción tiene, por ahora, más probabilidades dado que se pudo establecer, según medios locales, que la mujer es una habitante de Cartagena que prestaría servicios sexuales, mientras que el hombre es un turista que viene del interior del país.
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