Los mejores destinos de turismo de posconflicto en Colombia: paraísos para el mundo después de la guerra

Con el Acuerdo de Paz firmado en 2016 con las extintas Farc, se generaron nuevos espacios que surgieron desde el conflicto como escenarios para el turismo, convirtiéndolo en una herramienta para dinamizar la economía de estas regiones donde sus habitantes protagonizan el cambio.

En estos destinos, que estuvieron escondidos detrás de balas, las comunidades han sabido cómo comprometerse para emprender proyectos que le brindan al viajero experiencias memorables, llenas de aventura, naturaleza y cultura. De acuerdo con datos de Colombia Travel, el sitio web oficial del país dedicado al turismo, hoy en día estos lugares cuentan con “más de dos mil nuevas opciones de empleo legal y digno, y más de un centenar de guías profesionalizados”, mediante los cuales se puede acceder a sitios exclusivos en donde “la libertad, la seguridad y la paz son los valores que imperan”. A continuación recogemos algunos de ellos:

La Sierra de La Macarena, donde está ubicado Caño Cristales, fue una zona que se le otorgó a las Farc con el fallido proceso de paz de Andrés Pastrana en 2002, y fue allí donde se refugió por años el jefe guerrillero Jorge Briceño, alias ´Mono Jojoy’.

Hoy en día, y luego del Acuerdo de Paz de 2016, según el Ministerio de Comercio y Turismo, “el río de los siete colores” recibe en los últimos seis meses de cada año a unos 15.000 visitantes de todo el mundo.

El lugar es reconocido por sus actividades ecoturísticas, pero también por ofrecer al viajero una experiencia de bienestar donde se puede disfrutar desde talleres y meditaciones guiadas que buscan aliviar dolencias físicas y emocionales.

De acuerdo con lo recogido por El Espectador sobre este destino, “con los colores del agua y la sanación cuántica”, se puede hacer una limpieza de chakras, así como se trabaja con cristales “para aumentar la luz interior”.

En el noroccidente antioqueño se encuentra esta zona que históricamente ha sido víctima de distintos actores armados, y por ello se ha mantenido prácticamente aislada por décadas, algo que ha empezado a cambiar en los últimos años.

Actualmente, el turismo en municipios como Turbo, Necoclí, Chigorodó, Apartadó y Mutatá ha permitido que las comunidades creen nuevas formas de economía mediante programas gubernamentales como el de Turismo y Paz.

Este territorio es reconocido por sus hermosas playas vírgenes a la orilla de ecosistemas de manglar y grandes plantaciones de banano, donde los viajeros pueden realizar actividades ecoturísticas como avistamiento de aves, pesca artesanal o muestras gastronómicas y culturales.

En este departamento de la región Pacífica colombiana se encuentran municipios que han sido marcados por el conflicto armado como Santander del Quilichao, Jambaló, Puerto Tejada, el Tambo, Guapi y Toribío, donde a su vez se encuentran los Parques Naturales Nacionales de Puracé, Munchique y la Isla Gorgona.

Allí, las comunidades indígenas y afrodescendientes han implementado experiencias culturales que acercan a los viajeros a sus tradiciones, tratamientos naturales, artesanías, música y a su deliciosa gastronomía.

También se puede encontrar la ruta de aventura, que brinda la oportunidad de realizar deportes náuticos como surf y buceo en Gorgona, canotaje por ríos, senderismo, avistamiento de aves, viajes en Ferry y conocimiento sobre la minería en Suárez.

Conocida como la “puerta de oro” de la Amazonía, este es uno de los destinos que abrió campo al turismo luego de la firma del Acuerdo de Paz. Su gran biodiversidad, marcada por caudalosos ríos, ideales para practicar rappel o rafting, son uno de los mayores atractivos y una de las actividades que surgieron en el posconflicto.

Colombia Travel destaca el emprendimiento Caguán Expeditions, que nació de la unión entre comunidades, profesionales y población excombatiente en proceso de reincorporación. “Los antiguos exguerrilleros y personas de la comunidad son los guías, encargados de la seguridad de la experiencia de canotaje en el río Pato, que cuenta con ocho guías profesionales , cinco excombatientes y tres miembros de la comunidad de Miravalle”, recoge el portal.

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