El Valle del Cauca vive épocas muy comprometedoras por cuenta de la pandemia por la COVID-19. Desde hace un par de meses, la red hospitalaria del departamento se encuentra al límite de su capacidad, e incluso los centros médicos de la región han requerido trasladar a los pacientes a otros puntos del país. En el informe de este sábado 3 de julio, la Secretaría de Salud reportó un índice de ocupación de unidades de cuidados intensivos (UCI) del 98,3%.
Bajo dicho panorama, en la noche del pasado viernes 2 de julio se generó una polémica en Cali por cuenta de las aglomeraciones que generó un amplio grupo de hinchas del América de Cali, miembros de la barra de ‘Barón Rojo’, en el puente de la autopista suroriental con calle 26. Según ellos, bajo el objetivo de inaugurar unos murales que pintaron en homenaje al conjunto ‘Escarlata’.
“Esto prácticamente es la casa de los habitantes de calle, es un orinal [...] Quisimos hacer una intervención en este lugar, una recuperación de espacio. No solamente es la pintada de los murales, vamos a construir un gimnasio al aire libre”, manifestó Andrés Barrios, vocero de la fundación Barón Rojo Sur, en diálogo con El País de Cali.
No obstante, esta actividad, que fue divulgada por varios pobladores a través de las redes sociales, recibió duras críticas por parte de las autoridades locales y departamentales, quienes argumentaron que dichos fanáticos no tenían la autorización para realizar estas acciones. El secretario de Seguridad de Cali, Carlos Soler, así lo expresó:
“Las jornadas de movilización ciudadana y la ‘pintatón’ de espacios públicos en la ciudad, anunciadas por las redes sociales para los próximos días, no cuentan actualmente con permisos de la Secretaría de Seguridad y Justicia Distrital y tampoco se prevé el acompañamiento de la Policía Metropolitana y el Ejército Nacional”, manifestó en primera instancia.
Y posteriormente agregó: “Se les dijo que no estaba permitido, no tenían permiso, pero tratamos de evitar la confrontación. Hicimos lo que está en los protocolos de mediación, llegó personal de la Secretaría de Paz para mediar y después desocuparon el sector”.
Además, los expertos en salud aseguraron que estas conductas se verán reflejadas en un aumento en el número de contagios por COVID, los cuales, al corte del 3 de julio, daban cuenta de 2.723 casos nuevos en el departamento y 1.914 en Cali; entretanto, se presentaron 71 fallecimientos. Y de las 1.153 camas UCI habilitadas, 828 (71,8%) ya fueron ocupadas por pacientes COVID, mientras que 306 (26,5%) con aquellos de otras patologías; es decir, que apenas quedan 19 unidades disponibles.
“Esto se va a traducir en mayor comorbilidad. Si no nos interesamos por nosotros mismos, al menos preocupémonos por nuestras familias. Si no nos cuidamos, habrá mucho contagio”, aseveró Jorge Enrique Enciso, presidente de la Asociación Colombiana de Sindicatos Médicos.
Al mural de los aficionados, que fue denominado como ‘La Villa del Diablo’, también generó molestia por parte de algunos pobladores y políticos, quienes expresaron que no es el momento oportuno para reunirse, aún sabiendo que la administración departamental lo ha prohibido. El concejal, Fernando Tamayo, fue uno de los que no escondió su disgusto:
“Respeto las manifestaciones artísticas pero no tiene sentido que se tomen un bien público y se realice una inauguración en medio de una pandemia, cuando hay muchas personas esperando una cama en una Unidad de Cuidados Intensivos. Esta situación debe ser controlada porque se podrían generar conflictos entre las barras bravas que puede terminar en hechos de violencia”, puntualizó.
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