Envían a la cárcel al sacerdote “sanador” acusado de abuso sexual

El padre Fredy Martínez había sido capturado en la tarde del pasado viernes, luego de que la Fiscalía conociera la denuncia de tres víctimas. Se presume que habría por lo menos otras siete mujeres que lo acusan de lo mismo.

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Padre Fredy Martínez, capturado por
Padre Fredy Martínez, capturado por acusaciones de abuso sexual. / Fiscalía

La Fiscalía General de la Nación confirmó en la noche de este sábado el encarcelamiento del sacerdote José Fredy Martínez Cruz, reconocido en Ibagué por celebrar “misas de sanación” en la iglesia del corregimiento Villa Restrepo, zona rural de la capital tolimense. Los investigadores del CTI lo capturaron luego de que se le acusara de abusar sexualmente de por lo menos tres mujeres en esa ciudad entre 2007 y 2013.

“Un fiscal del Centro de Atención Integral de Víctimas de Abuso Sexual (CAIVAS) imputó al religioso los delitos de acto sexual violento, acto sexual violento con persona puesta en incapacidad de resistir, y acceso carnal con persona puesta en incapacidad de resistir. El procesado no aceptó los cargos y, por disposición del juez de control de garantías, recibió medida de aseguramiento en centro carcelario”, reportó el ente investigador.

Sobre la forma de operar del religioso, la Fiscalía señaló que existe material probatorio que demuestra que Martínez convocaba a grupos de creyentes a sesiones de grupo de oración que dirigía y, durante el momento de la unción, supuestamente, doblegaba a las víctimas para así poder agredirlas sexualmente.

Asimismo, agrega el comunicado publicado por la entidad, que “se evidenció que, en algunos casos el hoy procesado, al parecer, abusaba de las mujeres, cuando se encontraba a solas con ellas, usando la misma práctica de la unción”.

Bajo esta modalidad se sabe, hasta el momento, de la victimización de tres jóvenes entre 19 y 22 años. Sin embargo, existen indicios para pensar que podrían ser más, por lo que la Fiscalía hizo un llamado a otras posibles víctimas para que denuncien. Valga recordar en este punto que tras los primeros reportes de su captura en la tarde del pasado viernes 2 de julio, se habló de que hay por lo menos unas diez víctimas.

Tampoco sobra mencionar que el sacerdote, de 49 años, fue suspendido de sus funciones por parte de la Iglesia Católica en abril pasado, cuando se conoció la primera denuncia en su contra. Así se confirmó luego de que saliera a la luz un comunicado enviado por la Arquidiócesis de Ibagué a los sacerdotes de esa ciudad, invitándolos a “redoblar las virtudes de la oración, la caridad y la prudencia”, con el objetivo de proteger tanto al padre en cuestión como a “todas las personas involucradas”, es decir sus víctimas, mientras se adelantan las investigaciones pertinentes.

“Ustedes están enterados de la situación que vive nuestro hermano sacerdote, padre José Freddy Martínez Cruz; y como es propio de estos casos la autoridad competente ha procedido a la suspensión ‘Ad Cautelam’ según el derecho canónico. Como comprenderán el Arzobispo no debe pronunciarse al respecto por ahora”, reza la misiva, que también pide a los religiosos no compartir el contenido de la misma con nadie.

Dicha institución volvió a pronunciarse sobre esa captura este sábado, señalando por medio de un comunicado oficial que abrió una investigación interna tan pronto como se conocieron las primeras denuncias de abuso por parte de Martínez, llegando a la decisión de suspenderlo del ejercicio público y otros oficios derivados de su condición de sacerdote. Igualmente, anunció que aquellas personas que se hallan sentido vulneradas pueden contar con la atención de la Oficina del Buen Trato.

Además, y sin rechazar las acciones por las que se acusa al padre, manifestaron que “La Iglesia Arquidiocesana de Ibagué manifiesta su oración y la cercanía solidaria con las víctimas del presunto abuso sexual. Así como reiteramos nuestra firme disposición para colaborar con las autoridades en los procesos civiles que se adelantan”. Por último, agregaron que “La Arquidiócesis, sufre con todos aquellos que se sienten vulnerados de una u otra forma en sus derechos y en su vivencia de la fe”.

De los delitos por los que es acusado Martínez, el de acto sexual violento se paga con entre 8 y 16 años de cárcel; mientras que los de acto sexual violento con persona puesta en incapacidad de resistir y acceso carnal con persona puesta en incapacidad de resistir con entre 12 y 20 años de cárcel, cada uno.

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