El aberrante caso de presuntos abusos sexuales a 14 menores de cuatro años en el centro infantil ‘Pequeños Exploradores B’, en el barrio Santa Cruz de Medellín, que se conoció el pasado 30 de junio, tiene conmocionado a Colombia. Las autoridades locales, departamentales, así como el presidente Iván Duque, han reiterado que debe caer todo el peso de la ley sobre el responsable, quien, al parecer, sería el encargado de la manipulación de los alimentos del centro y el cual estaría vinculado desde 2018 al lugar, según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
De hecho, durante el desarrollo de las investigaciones por parte de la Fiscalía General de la Nación, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, aseguró el pasado jueves que “al parecer la persona sí dormía allá y nosotros decimos que hay que elevar los criterios sobre los cuales se están trabajando allá”.
Una de las implicadas dentro de los hechos es Trinidad Cecilia Flórez López, profesora del establecimiento educativo, y quien lleva trabajando ocho años allí. La primera denuncia fue interpuesta el pasado 19 de junio por parte de una de las madres de los pequeños, y la cual fue comunicada a la docente. Según ella, al conocer dicha información, se la trasladó a la coordinadora:
“Yo llamé a mi equipo interdisciplinario para gestionar que empezaran a activar los protocolos que se activan en la sede y eso se hizo, pues la psicóloga se puso en comunicación con la mamá. De hecho, yo también en varias ocasiones llamé a la mamá para estar pendiente de la condición del niño, pero no recibía una buena respuesta pues ella estaba demasiado enojada”, expresó Flórez a la opinión pública.
La mujer se encuentra a cargo de uno de los grupos en los que dividen a los menores, y su objetivo siempre ha sido acompañar el proceso de crecimiento de los menores: “Soy responsable por el cuidado de mis niños y niñas, responsable de educarlos, orientarlos en el desarrollo de ellos para las habilidades de su vida. También responsable de orientar y acompañar a las familias en alguna inquietud que tengan con respecto al desarrollo de sus niños”.
Además, añade, nunca perdió de vista a los infantes, pues permanece en constante compañía de ellos: “Yo recibo a los niños a sus familias desde el momento que entran en la mañana y no los pierdo de vista hasta que salen a las 4:30 de la tarde. Todo el tiempo estoy en el acompañamiento con ellos junto con mi auxiliar”.
Por otro lado, dice que el presunto abusador tuvo poca interacción con los pequeños, entre febrero y marzo, cuando el establecimiento retornó a la presencialidad: “El único contacto que él tuvo con el niño fue ahorita solamente para toma de temperatura y ofrecía la caja de los tapabocas, pero todas las demás profes estábamos en el sitio. Fue la coordinadora la que le pidió ayuda en esa tarea pues faltaba personal y solo llegaba hasta el día siguiente”.
En declaraciones entregadas a RTVC, ella desmintió los rumores que aseguraban que el sujeto señalado de cometer los abusos era familiar suyo: “Nosotros no somos hermanos, no tenemos ningún vínculo sanguíneo y la única relación que nos une a nosotros es de trabajo solamente”.
Adicionalmente, la profesora explicó que ha recibido amenazas de muerte, e incluso su vivienda ha sido atacada en repetidas ocasiones con piedras y demás objetos por los pobladores: “Por eso es que yo no he podido dar la cara frente a mi comunidad, que yo he amado durante mucho tiempo”, apuntó al citado medio.
Por último, rechazó los hechos e hizo un llamado a cuidar a los infantes en todo momento. “Yo reprocho todo lo que está pasando y me duele en el alma, porque yo amo muchos mis niños, yo les he dedicado muchos años de mi vida y por eso me siento tan mal por todo lo que les está pasando”, concluyó.
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